

Ya dejen votar en paz a la gente
Este llamado va para todos los dirigentes de partidos políticos, medios de comunicación y sus periodistas, a los agentes de la llamada sociedad civil anclada en la capital, y sobre todo a la llamada comunidad internacional que, en alguno de sus sectores vinculados con el gobierno de los Estados Unidos, ha dado muestras inequívocas de meter a Honduras en el saco de ese maniqueísmo geopolítico que reduce todo al simplismo de que o eres comunista o eres demócrata.
La gente quiere ejercer su derecho al sufragio y punto. Y quiere hacerlo con tranquilidad, y lo único que pide a todos los que tienen puestos sus intereses en los resultados electorales, es que se respete el voto que se deposita en la Junta Receptora de votos. Aquí no importa quien gane o quien pierde en alcaldías, diputaciones y en la presidencia de la República. Lo que de verdad importa es que quien gane sea porque el conteo de votos lo favoreció limpiamente.
Es muy conveniente que los miembros de las instancias responsables del proceso electoral se mantengan en estos días alejados de sus partidos políticos y apegados estrictamente a su función que corresponde en el engranaje electoral. Asimismo, que el alto mando de las Fuerzas Armadas evite comentarios y acciones que dejen sospechas de politización de su función constitucional y que el Ministerio Público se abstenga de tomar medidas que pongan en duda su imparcialidad como investigador y acusador de delitos.
El llamado es todavía con mayor fuerza a la llamada comunidad internacional a que no usen las elecciones hondureñas para atizar conflictos geopolíticos internacionales. Es muy sana la observación internacional, pero no se vale que de la observación se pase a la injerencia. Es inadmisible meterse en el país para manipular o condicionar decisiones políticas internas.
Insistimos, necesitamos la solidaridad internacional a través de la observación de las elecciones para que den fe de lo que aquí ocurra y para contribuir a que este próximo 30 de noviembre se asegure una jornada pacífica, cívica y respetuosa de la voluntad popular.
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