Tras dos décadas en la alcaldía, la figura de Quintín Soriano enfrenta un desgaste y rechazo inminente: comerciantes, campesinos y defensores de derechos, denuncian clientelismo, corrupción y abandono de la ciudad.
Pobladores, que evitaron ser entrevistados por este medio de comunicación, por temor a represalias, dijeron, con temor, que no querían hablar porque el alcalde tiene nexos con “Los Pelones” y “Los Pollos”, dos estructuras criminales.
Pese a 15 procesos abiertos en el Ministerio Público y el retiro del apoyo de históricas bases rurales, Soriano atribuye su declive a una “persecución política” e insiste en perpetuarse en el cargo, mientras Choluteca exige un relevo.
Esta publicación corresponde al especial “Caciques de la Comarca” producido por Criterio.hn y difundido por Radio Progreso en el marco de una alianza de colaboración.
Texto: Breidy Hernández
Edición: Emy Padilla
Tegucigalpa, Honduras. – “Choluteca es mejor ahora con Quintín”, es una de las consignas del alcalde de Choluteca, Quintín Soriano, quien está buscando su sexto periodo al frente de la municipalidad, mientras su gestión, de casi 20 años, es investigada por corrupción y violaciones de derechos humanos.
Soriano, es una figura controvertida que ha ostentado el poder municipal desde el 2006 cuando obtuvo 19,575 votos, al derrotar a su contrincante del Partido Nacional por 3,976 votos, según los recuentos del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE). Desde entonces, Soriano ha permanecido en la silla municipal por veinte años, durante cinco períodos de cuatro años cada uno.
Su gestión ha sido cuestionada por denuncias de abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios, corrupción y por actuar en beneficio de intereses privados en detrimento de la ciudadanía.
Durante su carrera política, Quintín Soriano, ha sido una figura clave dentro del Partido Liberal, participando en distintas campañas y alianzas presidenciales. Inicialmente apoyó la candidatura presidencial de Carlos Roberto Flores Facussé, quien se alzó con la presidencia durante el periodo 1998-2002, mientras él logró una curul como diputado al Congreso Nacional, en representación del departamento de Choluteca. A partir de 2006, se convirtió en el irremplazable alcalde del municipio de Choluteca, cabecera departamental de Choluteca y una de las cuatro ciudades de Honduras de mayor importancia por su economía.
En su carrera política dentro del Partido Liberal ha pertenecido a diversas corrientes, incluido el «Movimiento Esperanza Liberal» liderado por Manuel Zelaya Rosales en 2005 de quien es hoy un acérrimo opositor. A lo largo de estos años, ha buscado mantener la unidad liberal, respaldando a candidatos como Yani Rosenthal en 2021 y ahora a Salvador Nasralla.En 2022, Soriano —edil de la ciudad donde nació el independentista de la colonia José Cecilio del Valle— anunció su intención de recorrer el país para impulsar una eventual candidatura presidencial, alimentando especulaciones sobre su salto a la política nacional. Sin embargo, en abril de 2024, declinó sus aspiraciones presidenciales y decidió lanzar nuevamente su aspiración por mantenerse al frente de la comuna cholutecana en apoyo a la candidatura presidencial de Salvador Nasralla, lo que podría representar su sexto periodo como alcalde municipal.

En un recorrido por «La Sultana del Sur«, como se le conoce a la ciudad de Choluteca, dialogamos con muchos ciudadanos, hombres y mujeres que coincidían en algo: “ya no queremos a Quintín, queremos un cambio”. “Mire, la gestión del señor alcalde, Quintín Soriano, por lo menos puedo considerar que unos dos periodos los hizo bien. Ya del tercer periodo a la actualidad, que ya va a completar el quinto periodo (…), no ha sido buena la gestión, la administración, por parte del alcalde, ha sido totalmente pésima”, refiere Ramón Perdomo, poblador de Choluteca.

Criterio.hn intentó entrevistar a Quintín Soriano. Para este propósito se envió una carta de solicitud de entrevista a su secretaria Jenny Osorio, pero no obtuvimos respuesta. Igual insistimos mediante varias llamadas y mensajes de WhatsApp y tampoco se logró el cometido.
La visita a Choluteca la realizamos a finales de julio, cuando todavía se mantenía una toma en las instalaciones del edificio de la alcaldía municipal, ubicada en el centro de la ciudad.
Fue así que lo buscamos personalmente en las oficinas de Aguas de Choluteca y en el anexo de la municipalidad —donde se trasladaron las actividades municipales durante casi un año, tiempo en que se mantuvo la toma por parte de varios comerciantes opuestos a la construcción de la Terminal del Pacífico. Sin embargo, el esfuerzo por lograr la entrevista fue infructuoso. Al final no pudimos obtener su reacción sobre los temas que motivan el creciente rechazo ciudadano a su gestión.
Choluteca: atraso público, dominio político y denuncias de corrupción
“Nosotros, que estamos aquí en la ciudad de Choluteca, hemos visto, en temas de desarrollo a nivel público, (…) un atraso tremendo», afirma Germán Chirinos, defensor de derechos humanos y coordinador del Movimiento Ambientalista Social del Sur por la Vida (MASSVIDA). Si bien reconoce cambios en la última década, por la “inversión más privada que pública”, subraya que el auge de centros comerciales y comercios no responde a una estrategia gubernamental ni municipal, sino al empuje de empresarios y capital externo.
Chirinos plasmó su idea de manera fotográfica al narrar las pésimas condiciones de la infraestructura pública, especialmente del deterioro de las calles en los barrios y las comunidades del municipio, algo que el equipo de Criterio.hn palpó al transitar por las principales vías.

Mario Martínez, empresario hotelero de la zona, confirma, la apreciación de Germán Chirinos, en cuanto a que el desarrollo de Choluteca ha evolucionado debido a la nueva inversión, pero de la empresa privada.
Otra de las denuncias que hicieron los pobladores de Choluteca, con los que dialogamos, fue el abandono de la maquinaria municipal que, se supone, existe para reparar la infraestructura del municipio.
Nos trasladamos a un plantel y, efectivamente, encontramos tractores, excavadoras y aplanadoras tirados, llenos de polvo por el desuso, evidenciando el descuido y falta de mantenimiento que impide su utilización para obras públicas esenciales.

Al revisar el Portal Único de Transparencia, Criterio.hn identificó que, en febrero de 2025, la alcaldía firmó múltiples contratos de arrendamiento de maquinaria pesada, revelando un patrón que llama la atención. Solo en el caso de las retroexcavadoras, se adjudicaron tres contratos a un mismo proveedor por un total de 166,751 lempiras y, de manera paralela, otro contrato a un distinto contratista por 156,915 lempiras en el mismo mes. De forma similar, para la vibrocompactadora se localizaron tres contratos otorgados a un único beneficiario por 167,400 lempiras.
Aunque en el portal no aparecen registros más recientes, durante un recorrido en campo, se constató la presencia de maquinaria en funcionamiento, lo que abre interrogantes a los ciudadanos, quienes señalan que el dinero destinado a contratar maquinaria privada podría invertirse en reparar las que ya posee la alcaldía y están en el olvido.

Por otro lado, Criterio.hn encontró auditorías del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) de varios periodos durante la gestión municipal de Quintín Soriano. Estos documentos revelan una serie de irregularidades administrativas, financieras y legales. Los informes señalan incrementos salariales arbitrarios al alcalde, instalaciones de antenas de celular sin cumplir requisitos legales, compras de terrenos y materiales sin la aprobación de la corporación municipal, manejo poco transparente de fondos ligados a servicios públicos y ausencia del alcalde en sesiones clave. Destacan también el excesivo gasto en arrendamiento de oficinas para uso personal y el cobro indebido de cheques municipales por empleados y particulares, junto con inconsistencias en la recaudación de tasas y en el control de suministros y combustible.
Otro de los puntos documentados en los informes del TSC es el excesivo gasto por concepto de publicidad y propaganda. Las auditorías revelan que bajo la dirección de Soriano se realizaron pagos significativos a periodistas y medios afines para difusión de campañas institucionales y promoción de imagen personal del alcalde. Este rubro de gastos fue considerado desproporcionado en relación con el presupuesto municipal, y en algunos casos no contaba con el suficiente soporte documental ni aprobación previa, lo que generó observaciones sobre el uso discrecional de recursos públicos para fines de autopromoción y relaciones públicas.
Sin transferencias por embargos de demandas
Quintín Soriano ha afirmado en reiteradas ocasiones que la municipalidad de Choluteca no recibe apoyo del gobierno central por no pertenecer al mismo partido político. Según él, esa es la razón por la que no se le entregan las transferencias municipales. Sin embargo, en mayo de 2023 —cuando sus reclamos se intensificaron— la Secretaría de Gobernación Justicia y Descentralización respondió que la causa real era otra: el municipio estaba inhabilitado para recibir dichos fondos debido a múltiples embargos provenientes de diferentes juzgados.
Aunque no fue posible establecer el número exacto de procesos pendientes en la Corte Suprema de Justicia, pese a una solicitud de información, Criterio.hn conversó con un ex empleado de la municipalidad que solicitó el anonimato por temor a represalias. El testigo relató que, antes de las elecciones primarias, un allegado al alcalde le ofreció una plaza laboral a cambio de una alta suma de dinero. Según su testimonio, ese dinero habría sido destinado a financiar la candidatura de Soriano. La plaza laboral no exigía asistir a la municipalidad, cumplir horarios o realizar funciones; no obstante, el sueldo llegaba puntualmente a su cuenta cada mes, funcionando como una forma encubierta de devolver la «inversión» inicial hasta cubrirla en su totalidad.
La dinámica, explicó el entrevistado, se completaba cuando se recuperaba el dinero pagado. Luego llegaba una carta de despido junto con una tarjeta de contacto de dos bufetes legales, de reconocidos abogados de la ciudad. Al poco tiempo, los abogados le informaron que su demanda ya no procedería, pero, extrañamente, le ofrecieron la mitad de la cifra pactada, equivalente al supuesto «costo» del litigio. Este testimonio se suma a múltiples denuncias por planillas fantasmas, venta de plazas y una estructura de demandas laborales manejada como un negocio interno en la alcaldía de Choluteca.
“Son muchas denuncias que tiene el alcalde, tiene denuncias por la venta de áreas protegidas, inclusive demandas laborales contra empleados públicos que luego son reincorporados como empleados nuevamente de la Corporación Municipal, o sea, demandas ficticias de ‘compadre hablado’ para estafar a la Corporación Municipal”, refirió Denia Castillo, coordinadora de la Red de Abogadas Defensoras de Derechos Humanos.
Criterio.hn consultó al Ministerio Público sobre el número, las fechas y los delitos por los cuales se han presentado denuncias en contra de Quintín Soriano. El ente acusador del Estado respondió que existen 15 procesos. De estos, 10 atribuidos a la corporación municipal y cinco contra la “alcaldía municipal”. Los casos datan de 2009 al 2024 y los delitos son diversos, entre los que destacan: abuso de autoridad, violación a los deberes de los funcionarios, impedimento del ejercicio de otros derechos reconocidos en la Constitución, lesiones y daños.
El Ministerio Público detalla en su respuesta que los casos han sido delegados a la Fiscalía de lucha contra la corrupción, Fiscalía Especial para la Transparencia y el Combate a la Corrupción Pública (Fetcoop) y la Fiscalía de Derechos Humanos.
Denuncias Municipalidad de Choluteca

Al respecto, Denia Castillo, coordinadora de la Red de Abogadas Defensoras de Derechos Humanos, refirió que esta organización ha constatado que hay 10 denuncias que “han sido engavetadas desde el 2012”.
En sus redes sociales, Quintín Soriano, se muestra como un hombre cercano al pueblo, que le interesa el bienestar y desarrollo de la ciudad. Sin embargo, Criterio.hn constató que la ciudad más grande y principal de la zona sur, presenta varias problemáticas como una adecuada infraestructura y ordenamiento vial, limpieza de las calles y recolección de desechos sólidos, cuidado del ornato, un servicio eficiente de agua potable, entre otras.

¿Quién es y de dónde viene Quintín Soriano?
Quintín Soriano nació en el municipio de El Corpus, Choluteca, el 21 de octubre de 1959. Es Perito Mercantil y Contador Público, y antes de entrar de lleno a la política trabajó como inspector en la Dirección de Comercio Interior, de la desaparecida Secretaría de Economía y como técnico en camarones en empresas camaroneras de la zona sur.
Además, tras dejar su empleo en la industria de la camaricultura, abrió un negocio de venta de conos [helados] en el mercado municipal de Choluteca, emprendiendo en el comercio local, para luego dar el salto a la política partidaria.
Está casado con Claudia Aracely Corrales, tiene dos hijos y cinco nietos. Llegó a la alcaldía en 2006 y ha sido reelegido ininterrumpidamente por cinco periodos, manteniéndose como figura central en la política local durante más de dos décadas.
“Con la Terpa a Quintín le llegó su fin”
El 12 de agosto de 2024 la alcaldía fue tomada por comerciantes de mercados y transportistas, en oposición a la concesión de la Gran Terminal del Pacífico, más conocida como la Gran Terpa. Este hecho marcó un punto de inflexión en la relación entre Soriano y la ciudadanía.
Al cumplirse un año de la toma de la alcaldía municipal –El 12 de agosto de 2025– los manifestantes decidieron liberar las instalaciones. Aunque afirman que continuarán con su lucha. Yamileth Flores, periodista y vocera del Frente de Lucha de la Terminal Municipal en Choluteca, declaró a Criterio.hn que resolvieron entregar el edificio con la expectativa de que tanto el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) como el Ministerio Público (MP) investiguen a fondo las denuncias presentadas sobre las irregularidades en la gestión del alcalde Quintín Soriano.

El rechazo a la Gran Terminal del Pacífico (la Gran Terpa, como es conocida popularmente), en Choluteca, surgió cuando el proyecto fue adjudicado, sin consulta ciudadana, a la empresa Flefil & Asociados, el 24 de octubre de 2020, y luego transferido al Grupo W., fundado por la influyente familia Williams, considerada una de las más poderosas y con mayor incidencia económica y política en el sur de Honduras.
El Grupo Williams es liderado por David Ignacio Williams, quien durante el gobierno de Juan Orlando Hernández fue superintendente de la Comisión para la Promoción de las Alianzas Público-Privadas (Coalianza). Williams ha estado envuelto en varios escándalos de corrupción y es criticado por haberse asignado sueldos excesivos, llegando a ganar hasta 265,000 lempiras mensuales (más de 11,000 dólares), lo que alimenta la percepción de privilegio y manejo opaco de recursos públicos durante su gestión.
Durante la protesta, al frente del edificio municipal, Criterio.hn dialogó con los líderes de este movimiento. Para el caso, Mariana Pastrana, de la asociación de mercaderes y transportistas justificó su presencia a una lucha por proteger sus intereses.
Aunque la obra fue presentada como modernización, la comunidad denunció, desde el inicio, la falta de socialización, la imposición del traslado obligatorio y el perjuicio económico para transportistas, comerciantes y usuarios. El traslado de los buses a la nueva terminal encareció el costo del pasaje, obligó a pasajeros a largos desvíos y restó competitividad y clientela a los mercados tradicionales en el centro de la ciudad. Los manifestantes señalaron que el proyecto se impuso en plena pandemia –sí, cuando el Covid 19 nos tenía confinados—y sin cabildo abierto, vulnerando la legislación municipal y los derechos de la población.
Criterio.hn se trasladó hasta la terminal, a unos 12km del centro de Choluteca, en la periferia de la ciudad, específicamente en el sector de Balcanes, a inmediaciones del Parque Industrial Pacífico y cerca del Estadio Emilio Williams, y observó que alrededor de esta obra han surgido algunos proyectos habitacionales y complejos residenciales —principalmente de clase media—, impulsados por el crecimiento de infraestructuras en la zona sur. Sin embargo, no es un sector habitado y mucho menos presenta características de comercio tradicional que facilite la afluencia de los sectores populares.

Como resultado de este conflicto, la economía local sufrió consecuencias graves, con mercados desiertos y transportistas acosados por el Instituto Nacional de Transporte Terrestre, intensificando la crisis social y económica en Choluteca. Algunos comentan que la concesión de la terminal sin consulta a la ciudadanía, marcó el inicio de la caída de Soriano.
“Él (Quintín Soriano) creía que nunca iba a salir de la alcaldía. Pero quiero decirle que hoy se le llegó el tiempo, que con la terpa a Quintín le llegó su fin. Porque ahorita la gente ya piensa distinto, la gente ya no está (…), ya no la tiene dormida como él la dormía”, sentencia Marina Pastrana, quien tiene un puesto de verduras en el mercado municipal.
Debido a la concesión de la Gran Terminal del Pacífico y a la renuencia del alcalde Quintín Soriano, para sostener un diálogo abierto con los sectores afectados, los manifestantes lo acusaron públicamente de abuso de autoridad, prevaricato y de actuar en beneficio de intereses privados.

Respecto a la supuesta solución del problema de la Gran Terpa, que asegura el alcalde, Rafael Medina, representante de los transportistas de Choluteca, señaló que la problemática no se ha resuelto y que la decisión está en manos de la Corte Suprema de Justicia por la suspensión de la ordenanza municipal que prohíbe el ingreso de transporte interurbano a la ciudad, es decir, obligando a los pasajeros y transportistas a transbordar en la terminal, a 12 kilómetros del centro de Choluteca.
“El MP me quiere inhabilitar”: Quintín Soriano
El 31 de enero de 2025, agentes de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y del Ministerio Público (MP) se presentaron en la alcaldía de Choluteca para solicitar documentos clave, relacionados con la polémica concesión de la Gran Terminal del Pacífico. Según el alcalde, Quintín Soriano, durante el operativo, los funcionarios «coaccionaron» a la secretaria municipal y la «amenazaron con meterla presa si no entregaba los documentos requeridos». Soriano asegura que elevó la queja ante el fiscal adjunto [Marcio Cabañas Cadillo], quien le habría respondido: «Yo creo que eso [el secuestro de documentos] es político».
Meses después, el 5 de agosto, Soriano denunció que la municipalidad recibió citatorios para que cuatro de sus empleados —la tesorera, la secretaria, la contadora y el responsable de catastro— se presentaran nuevamente ante las autoridades. Esa misma tarde, relata Soriano, se giró otro citatorio, exigiendo su presencia en la alcaldía para entregar más documentación.
El alcalde interpreta estas acciones como una estrategia legal previa a las elecciones orquestada por el partido de gobierno. «Lo que buscan es dejar a la municipalidad sin sus documentos, indefensos a la hora de una defensa. No vienen contra mí directamente ahorita, lo que quieren es llevarse papeles para armar un requerimiento contra Quintín. Esa es la jugada, a tres meses de las elecciones. Tengo veinte años de estar en la alcaldía y lo que quieren es inhabilitarme», declaró Soriano a medios, rechazando cualquier problemática vinculada a la Gran Terpa.
Soriano sostiene que la serie de citatorios y solicitudes es una argucia política destinada a excluirlo de la próxima contienda electoral. Sin embargo, las denuncias ante el Ministerio Público contra la corporación municipal y en su contra no son un fenómeno reciente.
Para Denia Castillo, de la Red de Abogadas Defensoras, el proceso de investigación que lleva a cabo el Ministerio Público sobre la municipalidad de Choluteca es resultado directo de las denuncias presentadas por la ciudadanía. Explica que este proceso responde a una demanda de justicia por parte de la población, luego de movilizaciones y de la paralización de la Corporación Municipal por la presión social, descartando que se trate de persecución política.
A criterio de German Chirinos, coordinador del Movimiento Ambientalista Social del Sur por la Vida (MASSVIDA), las declaraciones del alcalde son más de un propietario municipal. “Lo vi hablar como si la corporación municipal de Choluteca es de su propiedad, pareciera que el alcalde se cree dueño, que Choluteca es de su propiedad. (…) No lo vi como un funcionario público, como un administrador de los bienes de Choluteca, sino como dueño. Él cree que la cosa pública se debe administrar como él cree y no como corresponde a derecho”.
El viernes 25 de julio –dos semanas antes que Quintín Soriano diera declaraciones a medios de comunicación del supuesto plan proveniente del partido Libre—, Criterio.hn dialogó con Germán Chirinos, quien mencionó las denuncias en contra del edil de la Sultana del Sur, y cuestionó la inacción de la Fiscalía. Sin embargo, adelantó que en caso que el jefe municipal sea acusado a pocos meses de las elecciones, esta acción podría ser considerada como una persecución política y “se va a armar un caos en Choluteca”, advirtió.

Chirinos amplió que el caos se podría generar debido a la influencia que el alcalde tiene con un grupo denominado Los Cocheros. “Porque quiérase o no, Quintín tiene un grupo de personas [que son el grupo que ya mencioné] que él acá ha coaccionado desde hace varios años que lo defienden a capa y espada y que esa gente sale a las calles cuando las convoca”.
En los días en los que permanecimos en Choluteca, nos acercamos a varias personas, quienes con una actitud de temor nos manifestaron que preferían no darnos entrevistas por el temor a represalias, ya sea de Los Cocheros o Los Pollos o Los Pelones, estas últimas, dos bandas delictivas, dedicadas, entre otras cosas, a la venta de droga y que la ciudadanía vincula con el alcalde Quintín Soriano.
Esta preocupación ciudadana se suma a un ambiente de reclamo sobre el uso de fondos públicos y el manejo administrativo de la municipalidad bajo la gestión de Quintín Soriano. Para los entrevistados, la decisión de pagar por maquinaria externa mientras se desperdician recursos propios representa otro ejemplo de la gestión ineficiente y la falta de respuesta a las verdaderas necesidades del municipio.
Otra de las coincidencias de las fuentes consultadas es que Soriano actúa de manera demagógica, como lo hace la mayoría de políticos que cuando se acercan las elecciones salen a hacer algunas cosas para plasmar la idea de que están trabajando en beneficio de la población.
“El alcalde se enfoca en ayudas humanitarias, como el ‘vaso de leche’ o bolsas de alimentos. Esas ayudas lo mantienen en el poder, pero lo que generan es más pobreza y dependencia, no oportunidades”, expone el coordinador de MASSVIDA, quien considera que esta práctica es una coacción para que la gente siga votando por él. “No arregla los problemas estructurales de la ciudad, sólo perpetúa el modelo paternalista, basado en la imagen del alcalde, no de una Corporación Municipal”, añade German Chirinos.

¿Por qué permanece en el poder pese al rechazo y las denuncias?
“Ir cada cuatro años a las urnas, eso no es democracia. La democracia debe ser un poco más integral, que yo ir a las urnas de una manera sin ninguna coacción, donde yo como ciudadano tenga mis necesidades básicas satisfechas y que no voy a ser coaccionado por una bolsa solidaria, por una bolsa de cemento, por una lámina o por ese tipo de cosas. Entonces, eso sí creo que debería ser una verdadera democracia”, dice German Chirinos.
Chirinos añade que prácticas como la compra de votos —“500 lempiras por cabeza”— y la manipulación de credenciales entre partidos impiden procesos electorales limpios.
“Cuando se manipula la conciencia de la gente, del votante, cuando se pone una persona al frente de un centro de votación con una marqueta de dinero y empieza a darle 500 lempiras a cada participante para que voten por un determinado candidato político, desde ahí estamos perdiendo el tema de democracia y a lo que vamos cada cuatro años es a legitimar un proceso, pero no se está respetando la decisión propia del pueblo hondureño”, expone.
Al finalizar nuestra visita por Choluteca, nos encontramos con Alfonso Laínez, habitante de la aldea Linaca, a la que describe con orgullo como “el bastión de Choluteca”. En la conversación, Laínez recordó que, en el pasado, Quintín Soriano, era una figura política intocable en la zona, capaz de sumar el respaldo de campesinos y comerciantes por igual.
Sin embargo, asegura que ese panorama ha cambiado: “Quintín aquí era el líder que nadie lo movía, pero hoy lo van a mover porque la mayoría de la gente del mercado no va a votar por él, la mayoría de nosotros los campesinos que vivimos afuera, que votábamos por él ya no vamos a votar por él, entonces eso le va a restar”. Las palabras de Alfonso reflejan un quiebre en una de las bases electorales históricas del alcalde, que podría marcar un punto de inflexión en la correlación de fuerzas en el municipio, de cara a las elecciones del 30 de noviembre.