En una región donde los gobiernos autoritarios y antidemocráticos recurren cada vez más a procesos judiciales y penales para silenciar voces críticas, sobre todo de medios de comunicación independientes que cuestionan y colocan temáticas que incomodan en la palestra pública.
¿Qué estrategias son necesarias para proteger el derecho a la información? ¿Cuáles son los desafíos de informar en contextos represivos? ¿Cuáles son los rostros de la censura?
En entrevista con Marielos Monzón, periodista guatemalteca y actual coordinadora general de la iniciativa de Ciclo de Actualización para Periodistas (CAP), defensora de la libertad de expresión y referente del periodismo centroamericano e independiente en Centroamérica, conversamos sobre la necesidad de hacer conciencia que el derecho a la información y el ejercicio periodístico es una tarea colectiva. Aquí te compartimos la entrevista completa.
Karen Paredes (KP): ¿Cómo describiría el estado actual de la libertad de prensa en Centroamérica?
Marielos Monzón (MM): Lamentablemente hay que decir que estamos reprobados en materia de libertad de prensa, de libertad de expresión y derecho a la información. En lugar de que haya avances, tenemos retrocesos que son preocupantes. Es en casi todos los países de América central, aunque hay diferencias. Sí podemos decir que hay una marcada hostilidad en contra de medios y periodistas independientes, donde se está utilizando cada vez más el derecho penal para perseguir a periodistas como un arma de censura y castigo, y también que hay una recurrente campaña de desinformación y de calumnias en contra de medios y periodistas que lamentablemente viene desde sectores de poder, incluyendo gobiernos, sectores políticos, sector económico y también algunos grupos criminales.
Entonces diríamos que la situación de la libertad de prensa en Centroamérica es de emergencia y una emergencia como la que no vivíamos desde los años de las guerras y los conflictos armados.
KP: Y en ese contexto, Marielos, ¿qué significa hacer periodismo independiente, ético?
MM: Pues el periodismo se está convirtiendo en una profesión de alto riesgo. Lamentablemente hombres y mujeres periodistas están trabajando en diversos contextos. Estamos enfrentando una serie de amenazas y de ataques que realmente preocupan. Quizá el contexto más complicado lo tienen las y los periodistas que ejercen su labor en departamentos, en provincias, en comunidades. Ellos y ellas están siendo mucho más atacados y son más vulnerables porque, por ejemplo, se enfrentan a poderosos grupos de narcotráfico, a poderosos grupos criminales que están en las mismas comunidades o en los mismos departamentos donde se encuentran realizando su labor, también es muy complicado porque hay poderes políticos vinculados a esa criminalidad.
Entonces estamos hablando de alcaldes, estamos hablando de gobernadores, de personas con mucho poder vinculadas a estas estructuras y sumado a eso hay empresas transnacionales… como ya pasó en el caso de Honduras, vinculadas a otras estructuras que además de perseguir a personas líderes de comunidades ambientalistas están persiguiendo periodistas. Entonces una profesión de alto riesgo mucho más riesgoso cuando se trata de periodistas comunitarios y departamentales.
KP: ¿Qué está revelando estas tendencias?
MM: Íbamos en un camino a una consolidación, pensábamos nosotros, de la democracia, pero lo que estamos viendo es que en Centroamérica lo que está pasando ahorita es una regresión democrática y una instauración de regímenes autoritarios y una instauración incluso de autocracias, es decir, el poder concentrado en una sola persona. ¿Qué está desapareciendo en nuestros países? Está desapareciendo, en primer lugar, la posibilidad del ejercicio de derechos y libertades. Vemos como cada vez más se reprimen los derechos humanos, se violentan y se utiliza la represión en contra de la libertad de ciudadanos.
Están desapareciendo los pesos y contrapesos entre los poderes del Estado. Ya no vemos una línea divisoria en la mayoría de países entre el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y los tribunales y el gobierno, sino que realmente hacen como un pacto en contra de la democracia y la ciudadanía. Después vemos cada vez más y lamentablemente, cómo las Fuerzas Armadas que habían sido protagonistas en los años de las dictaduras vuelven a tener un poder muy tremendo en nuestras sociedades y eso es peligroso, porque muchas veces los gobernantes lo que hacen es que le da mucho poder a las Fuerzas Armadas, porque esa es la manera en que se hacen seguros.
KP: Me gustaría conocer su valoración sobre los ataques a través de redes sociales por parte de funcionarios públicos, autoridades específicamente contra periodistas o medios de comunicación.
MM: Exactamente, esto es algo que se repite lamentablemente en el mundo. El presidente Donald Trump tiene como uno de sus enemigos favoritos a los medios independientes. Ojo, no a todos los medios, sino aquellos que cuestionan y eso que vemos en superlativo en los Estados Unidos lo estamos viendo en cada uno de nuestros países. ¿Cuál es el punto aquí? Las periodistas tenemos nuestra credibilidad. La gente cree en la información porque las periodistas hacemos un trabajo profesional e independiente, entonces como no pueden cuestionar nuestras investigaciones, porque en realidad lo que estamos planteando tiene pruebas, está documentado entonces atacan al mensajero, digamos a quien escribe, porque lo que quieren decir es “esta periodista es una mentirosa”.
La estrategia es descalificar al periodista o a la periodista y lamentablemente ese discurso lo hace el poder político y eso es muy peligroso.
KP: ¿Cómo nadar contracorriente en estas narrativas impuestas por los poderes políticos?
MM: Yo creo que lo primero que tenemos que hacer las y los periodistas es seguir haciendo nuestro trabajo con el método periodístico, con la rigurosidad del método periodístico. Es nuestro primer gran reto. El segundo reto es tener esa capacidad de explicar a la ciudadanía la importancia del periodismo, por una razón muy sencilla, porque la posibilidad de generar información hace que las personas podamos tener decisiones, si las personas y la población estamos ciegas, no sabemos exactamente qué es lo que está pasando, pues no podemos tomar decisiones ni saber exactamente entender nuestro contexto. Si silencian el periodismo le están quitando un derecho humano a la población a estar informada.
Algo que también es muy importante es el diálogo y los espacios entre medios y periodistas. Ahora lo que tenemos que hacer es generar alianzas entre medios para publicar de manera conjunta, para poder seguir haciendo nuestro trabajo de manera conjunta… para aprender juntos, y seguir enfrentando al poder.
KP: ¿Por qué sigue haciendo periodismo?
MM: El periodismo es una profesión que tiene que ver no con un tema individual, sino con un tema colectivo. Uno hace periodismo porque el periodismo tiene que ver con derechos fundamentales de las personas, entonces quienes hacemos periodismo tenemos que saber que nuestra labor tiene una función social. Si nosotros y nosotras no existimos como periodistas, se están cooptando derechos fundamentales como la libertad de expresión, el derecho a la información, como la posibilidad de las personas a conocer lo que pasa. Esa es una primera gran razón, por eso es importante seguir, aunque sea tan difícil y lo otro porque nuestros pueblos se merecen mejores tiempos. Nuestros pueblos y las personas centroamericanas nos merecemos vivir en libertad, vivir en paz, que se nos respeten los derechos humanos.
Entonces hay que pensar también, cómo desde cada una de nuestras profesiones, estamos contribuyendo a que nuestros países sean mejores lugares para vivir, para nuestros hijos e hijas. Porque nuestro derecho a informar es el derecho de las personas a saber y saber que si nos silencian a nosotros están poniéndole una venda en los ojos a nuestra población.
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