En el volátil escenario político hondureño, Jorge Luis Cálix Espinal, abogado originario de Tegucigalpa, se ha convertido en una figura controversial, señalada por su inconsistencia y oportunismo. Hoy aspira a ser candidato a la presidencia con el Partido Liberal, el mismo que abandonó para unirse a Libertad y Refundación (Libre) y al que regresó años después. Su trayectoria errática lo ha consolidado como un tránsfuga, alguien cuya lealtad cambia según sus intereses y las oportunidades del momento.

Jorge Cálix fue electo diputado suplente en 2013 y diputado propietario en 2017 y 2021, siempre bajo la bandera de Libre. En enero de 2022, en un intento irregular respaldado por la mayoría de los diputados y diputadas nacionalistas y liberales, fue elegido presidente provisional del Congreso Nacional e instaló la primera legislatura tras llegar en helicóptero al área social de Bosques de Zambrano. Sin embargo, tuvo que ceder en su intento luego de ser desconocido por la presidenta Xiomara Castro. El cargo fue entregado a Luis Redondo, tal como lo establecía el acuerdo de la alianza política con Salvador Nasralla y otros sectores que llevó a Libre al poder.

Durante las elecciones generales de 2021, cuando Libre alcanzó la victoria, Jorge Cálix apareció en redes sociales agradeciendo efusivamente a Manuel Zelaya y Xiomara Castro, incluso con lágrimas en los ojos. “Gracias por enseñarnos que se puede amar y que el amor no tiene condición. Gracias, Xiomara. Gracias, Mel. Gracias, Mel, por crear este partido de gente noble”, expresó.

Más que por su gestión legislativa, Cálix ha sido reconocido por su controversial protagonismo mediático. Durante sus períodos como diputado suplente en 2014 y propietario en los dos siguientes, ha sido objeto de críticas por su baja productividad. Organizaciones de la sociedad civil que monitorean el Congreso Nacional han señalado su escaso rendimiento, reflejado en la limitada presentación de iniciativas de ley. Pese a ello, ha demostrado una notable capacidad de influencia política, generando fricciones y divisiones dentro del Legislativo.

Jorge Cálix fue juramentado como presidente provisional del Congreso Nacional en enero de 2022, con el respaldo de la mayoría de diputados del Partido Liberal y del Partido Nacional.

Regreso a sus orígenes

Jorge Cálix fue coordinador de la Juventud Liberal durante la campaña presidencial de Manuel «Mel» Zelaya Rosales. Tras la llegada de Zelaya a la presidencia en 2006, Cálix se incorporó al controvertido proyecto de la Cuarta Urna, una iniciativa que buscaba consultar a la población sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente. Posteriormente, se unió a los “Liberales en Resistencia”, grupo que terminó fundando el partido Libre.

A los 28 años, Cálix asumió el cargo de congresista suplente de Beatriz Valle, exembajadora y exvicecanciller en el gobierno de Manuel Zelaya, a quien conoció a través de Facebook. Durante su mandato (2014-2017), destacó por su uso estratégico de las redes sociales y los medios de comunicación, lo que le permitió ganar visibilidad, incluso por encima de Valle. Aunque presentó propuestas como la prohibición del cobro en dólares y la creación de un decimoquinto salario, ambas fueron rechazadas.

En 2017, Cálix se consolidó como el diputado más votado de su partido, fortaleciendo su imagen más como un «influencer» que como un líder tradicional de base. No obstante, ha sido señalado en múltiples ocasiones por inflar los resultados de las elecciones internas, tanto en 2017 como en 2021. A pesar de las denuncias, ha negado las acusaciones, aunque varios miembros de Libre han reportado irregularidades que favorecieron su elección.

El regreso de Cálix al Partido Liberal no sorprendió a muchos. Para sus críticos, esta decisión reafirmó su carácter volátil y su habilidad para adaptarse a cualquier escenario con tal de mantenerse relevante en la política. Sin embargo, otros lo ven como un estratega astuto, capaz de elegir la plataforma más conveniente para alcanzar sus objetivos, sin que su cambio de bando sea un obstáculo. Lo cierto es que, más allá de las interpretaciones, Cálix ha logrado consolidar una base de seguidores que lo han acompañado en su transición de Libre al liberalismo, fortaleciendo su corriente política dentro de esta última organización.

Aunque la migración partidista no es un fenómeno nuevo en Honduras, el caso de Cálix destaca por su rápido ascenso y su capacidad de influencia en el Congreso Nacional. Desde su regreso, ha liderado lo que se denomina una “bancadita”, debilitando a Libre mientras refuerza al Partido Liberal en la lucha por el poder legislativo. Según el analista Kenneth Madrid, esta trayectoria evidencia su falta de arraigo ideológico: “Tiene una característica que lo distingue de los demás para lograr su caudal político, y su transfuguismo refleja la ausencia de una doctrina partidaria sólida”, señala Madrid.

En julio de 2024, durante un acto multitudinario del Partido Liberal, Cálix fue juramentado nuevamente. Ante sus correligionarios, afirmó que durante más de diez años lo habían instado a regresar. Con firmeza, declaró que volvía “al lugar del que nunca debió irse”, destacando que el Partido Liberal es la única opción para transformar Honduras.

Cálix subrayó que no regresaba solo; lo acompañaban varios congresistas que han estado a su lado desde su intento de presidir el Congreso Nacional en enero de 2022. En su discurso, mencionó a Francis Cabrera (Copán), Yavhé Sabillón (Comayagua), Allan Cárcamo (Cortés), Dennis Chirinos (Francisco Morazán), Mario Tinoco (Yoro), Mario Enrique Cálix (Lempira), Nasser Rodríguez (Atlántida) y Alberto Cruz (Comayagua), quienes lo han respaldado en momentos clave de su carrera y ahora lo acompañan en su regreso al liberalismo, consolidando su liderazgo dentro del partido.

Este retorno también cuenta con el apoyo de Yani Rosenthal, presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal y excandidato presidencial, quien regresó al país hace más de cinco años tras cumplir una condena en Estados Unidos por lavado de activos vinculado al cartel Los Cachiros.

Jorge Cálix busca la candidatura presidencial por el Partido Liberal, al que regresó tras haberlo abandonado para unirse a Libertad y Refundación (Libre).

Relaciones familiares escandalosas

Las controversias que rodean a Jorge Cálix no se limitan a su carrera política. En noviembre de 2023, la periodista Higinia Chévez lo acusó públicamente de agresión física y emocional. Según su denuncia, Cálix, presuntamente bajo los efectos del alcohol, irrumpió en su vivienda y la atacó. Sin embargo, tiempo después, la joven afirmó en un video que había sido presionada por funcionarios del gobierno para emitir declaraciones falsas en su contra, asegurando que recibió amenazas y ofrecimientos de dinero para perjudicarlo.

El caso no solo generó indignación por la supuesta agresión, sino también por la revelación de una presunta relación extramarital entre Cálix y Chévez, a pesar de su matrimonio con Camila Isabel Agüero. Aunque la periodista intentó aclarar lo sucedido, el escándalo impactó la imagen pública del precandidato y reavivó el debate sobre la violencia de género, así como la responsabilidad de los funcionarios públicos en la construcción de condiciones de seguridad y bienestar para las mujeres.

A estas polémicas se suma la supuesta vinculación de Jorge Cálix con su primo, José Mario Cálix, conocido como «Cubeta», exvicealcalde hondureño extraditado en 2024 a solicitud de la justicia de Estados Unidos por cargos de narcotráfico. Aunque Cálix ha insistido en que no tiene relación con él, diversos sectores sostienen lo contrario. En un país donde los antecedentes familiares pueden influir en la percepción pública, las sospechas en torno a «Cubeta» representan un riesgo significativo para su campaña.

El caso del expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos por narcotráfico, ha demostrado cómo los lazos familiares pueden afectar la credibilidad de los políticos. En este contexto, la relación de Cálix con «Cubeta» no solo representa un problema de imagen, sino que también podría convertirse en su talón de Aquiles. Su discurso de lucha contra la corrupción y el crimen organizado podría verse debilitado por esta asociación, incluso si es lejana.

Otra figura de su entorno familiar que genera controversia es su prima, Soraya Cálix, quien durante años dirigió la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico del Ministerio Público. Su gestión fue duramente criticada por su inacción en casos de alto perfil. Muchos de los extraditados por narcotráfico y corrupción nunca enfrentaron procesos judiciales en Honduras, lo que ha generado dudas sobre su verdadero compromiso en la lucha contra estos delitos.

La relevancia de Soraya Cálix en la Fiscalía quedó en evidencia durante el juicio contra Juan Orlando Hernández, donde fue mencionada por presuntamente ocultar información sobre las “narco libretas”. Aunque Jorge Cálix ha reconocido su parentesco con ella, ha evitado criticarla abiertamente, argumentando respeto familiar. No obstante, este vínculo representa una contradicción en su discurso político y un flanco vulnerable en su carrera hacia la presidencia.

Por su parte, la comisionada en condición de retiro, María Luisa Borjas, acusó al diputado Jorge Cálix de tener un hermano vinculado al crimen organizado. Borjas, exdiputada de Libre, afirmó que el hermano de Cálix, conocido como «Moncho», es jefe de la Mara Salvatrucha (MS-13) y se encuentra recluido en la Penitenciaría Nacional de Támara, donde supuestamente recibe privilegios como el ingreso de drogas, licor, mujeres y armas.

Además, Borjas denunció que Cálix promovió un fraude en el proceso electoral de 2021 para que ella perdiera la coordinación de Libre ante Manuel Zelaya. También criticó lo que considera un cogobierno entre Libre, el Partido Nacional y el sector más cuestionado del Partido Liberal. Asimismo, señaló las tácticas políticas de Zelaya y Cálix para mantenerse en el poder en ese momento.

De cara al proceso electoral 2025

Jorge Cálix se presenta en este proceso electoral reflejando una actitud común entre muchos políticos en Honduras: el oportunismo. Su posicionamiento dentro de un partido parece responder más a sus intereses momentáneos que a una propuesta clara o a un verdadero proyecto político y económico para el país. Este enfoque oportunista ha sido una constante en la clase política hondureña.

A pesar de las controversias y desafíos, Cálix sigue adelante con su precandidatura presidencial. Su regreso al Partido Liberal ha sido estratégico, consolidando apoyos clave, pero también generando rechazo. Aunque cuenta con el respaldo de figuras influyentes, como Yani Rosenthal, su liderazgo sigue siendo objeto de cuestionamientos dentro del partido.

¿Logrará consolidarse como una opción viable para Honduras o su historial de transfuguismo será su mayor obstáculo?


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