25/06/2019
En el horizonte se observó la llegada de militares al desvío de Yarumela, La Paz. Los uniformados en obediencia a la orden del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, del miércoles 19 de junio, iban con todo el uso de la fuerza a desalojar la toma de carretera.
En el lugar, un grupo de ciudadanos mantenía una toma desde horas de la tarde del jueves 20 de junio. La gente salió corriendo al momento en que los uniformados lanzaron la primera bomba lacrimógena.
Más de diez militares obedientes a su orden jerárquico cumplían su misión. Al ver la agresividad militar, los manifestantes se dispersaron y lo hicieron hacia dentro de la comunidad en diversas direcciones.
Testigos relataron que cinco militares ingresaron a la comunidad lanzando gas lacrimógeno y disparando con sus armas de reglamento contra los manifestantes. La persecución se dio varios kilómetros adentro de la zona, los jóvenes se defendieron usando piedras y otros simplemente se escondieron para protegerse de los disparos.
Este grupo de militares observó a los jóvenes, dejaron las bombas lacrimógenas y dispararon en más de doce ocasiones. Uno de los elementos, quien según testigos era de estatura promedio, vestido con el uniforme verde olivo del ejército, se arrodilló junto a una pared, apuntó y disparó contra uno de los jóvenes manifestantes.
El disparo fue certero. Impactó en el pecho de Eblin Noel Corea Maradiaga de 17 años. Su muerte instantánea.
- Eblin Noel Corea (joven asesinado)
El cuerpo militar que cumplió con el desalojo, era dirigido según información policial por el teniente coronel Juan Bioney Maradiaga, al herir a Noel los uniformados se retiraron del lugar, abandonando por completo la zona. Su misión había culminado.
Llegó la terrible noticia
Eran las cinco de la tarde. Erika Maradiaga, madre de Eblin Noel saludaba a su hijo, lo vio a los ojos y le dijo que se sentara a cenar, su hijo con una sonrisa llena de amor le manifestó que lo haría más tarde, porque tenía un deber con el país, un deber con su comunidad.
Erika intentó convencer a su hijo, ella sabía que Noel era un joven comprometido con la lucha popular, y al escucharlo supo que iba a la toma de carretera instalada en el desvío a su comunidad. “Hijo no vayas, quédate, te haré cena, es muy peligroso que vayas, esas bestias (militares) andan sueltas”, le dijo Erika a Noel, la corazonada de madre advertía lo que estaba a punto de suceder.
“Hijo no vayas, quédate, te haré cena, es muy peligroso que vayas, esas bestias (militares) andan sueltas”
Erika (Madre de Noel)
Erika sentada en una silla relató esa escena, mientras lo hacía atrapaba con su mano una lágrima y con un nudo en la garganta recordó que su hijo le dijo que no se preocupara que él iba a cuidarse. Cuando lo vio salir de su casa, sintió un mal presentimiento: el estrés y la ansiedad se apoderaron de su mente y de su cuerpo. Ella cerró los ojos e imaginó a su hijo abrazándola, como si fuera la última vez que lo haría.
Erika una mujer religiosa empezó a orar. Le pidió a Dios que cubriera con su sangre a su hijo, a sus hermanas y a su esposo para que no les pasara nada en la manifestación. Para aliviar ese sentimiento se puso a lavar ropa.
Minutos más tarde escuchó detonaciones, el sonido al principio era de bombas lacrimógenas, luego se convirtió en disparos: “mi alma se vino abajo, pensé lo peor, escuchaba gritos y salí, había gente corriendo por todos lados, tuve miedo, miedo por mi familia y por sus vidas”, después llegó su cuñado le dijo a quemarropa: “le dieron a Noel, le dieron a Noel”, sentí que mi vida se iba junto a mi hijo.
Erika sabe que ese recuerdo la acompañará hasta el día de su muerte, Erika lo muestra al momento de relatarlo, su hijo, su consentido, la había dejado para siempre.
- Erika Maradiaga (Madre de Noel)
Los vecinos y familiares se dieron cuenta que los militares habían herido a Noel. Le dieron en el pecho, los jóvenes que estaban junto a él intentaron auxiliarlo, luego de recibir el balazo, lo levantaron, lo sentaron en una acera, buscaron desesperados un carro, no encontraron uno con rapidez, pero sí una motocicleta, lo montaron, lo abrazaron y lo trasladaron al Hospital Roberto Suazo Córdova, donde llegó sin signos vitales. Las balas militares fueron letales, tan letales que apagaron en menos de cinco minutos la voz y los sueños de un niño de 17 años.
“Noel era un guerrero, era un estudiante del Lorenzo Cervantes, y nosotros lo teníamos como ejemplo en la lucha, él decía que quería ver libre a nuestra patria, ver libre el comportamiento de muchos jóvenes atrapados en las drogas o malos pasos.
Era un tipo que se manifestaba como un ejemplo de su familia, él no era un vago, él era un estudiante y un luchador ejemplar, estuvo en cada acción de lucha. Es un ejemplo no solo para estudiantes, sino para padres, maestros y luchadores en general”, así lo recordaba el profesor Douglas Chévez.
Noel venía de una familia de maestros. Sus tías eran de afiliación nacionalista desde 1990, él según relatan sus maestros y familiares era un joven respetuoso, trabajador y dedicado en sus estudios, además tenía mucha conciencia social, a tal punto que se mantuvo en cada acción de protesta convocada por la Plataforma en el departamento de La Paz.
La Paz, como todo el país se mantenía en protestas permanentes por la defensa de la salud y educación. A esas manifestaciones se habían sumado sus tías, quienes han dicho públicamente que desde hace años rompieron con su afiliación nacionalista, porque ellas creen que su partido las traicionó y que no pueden apoyar a una dictadura.
“Somos una familia muy unida, nuestros hijos son muy unidos. Clamamos justicia, queremos que paguen, que condenen a ese militar que mató a mi sobrino, no queremos que metan mano las autoridades del país, no confiamos en ellos. Sabemos que muchos casos quedan en la impunidad por la manipulación de este gobierno.»
“Somos una familia muy unida, nuestros hijos son muy unidos. Clamamos justicia, queremos que paguen, que condenen a ese militar que mató a mi sobrino, no queremos que metan mano las autoridades del país, no confiamos en ellos. Sabemos que muchos casos quedan en la impunidad por la manipulación de este gobierno.»
Nosotras hemos sido cachurecas y con qué nos están pagando, y vemos que nuestro partido nos esté traicionando, JOH dio la orden a militares que dispararan, él es el principal responsable de lo que ha sucedido.
Le robaron los sueños a Noel, él era un niño sano, nunca tuvo un vicio, apagaron una voz soñadora, luchadora y comprometida con la justicia social”, dijo Reina Maradiaga, tía de Noel.
- Reina Maradiaga (tía de Noel.)
Sus tías son mujeres de carácter fuerte. Ana Luisa otra de ellas vestía una camisa blanca, en la parte frontal estaba la fotografía de Noel y en la parte trasera una consigna que decía en letras grandes: “Fuera JOH”. Luisa pidió justicia por este crimen.
Ella responsabilizó directamente a Hernández, quien preside el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, y quien un día antes del asesinato de Noel ordenó a los militares a salir a las calles y usar la fuerza necesaria para desalojar cualquier toma de carretera.
“Él protestaba contra este gobierno y sabemos que el autor intelectual de este crimen es JOH, él ordenó tirar a matar a los militares, eso lo sabemos. Tenemos fe que esto no puede seguir, tenemos fe que este gobierno va a caer y junto al gobierno también caerán los militares”, recalcó con su voz quebrada y sus ojos húmedos.
- Ana Luisa (tía de Noel)
Noel como muchos jóvenes han sido el pilar de las protestas contra el gobierno. A criterio de otra de sus tías, Eva Maradiaga, los jóvenes tiene claro que en Honduras hay una dictadura.
Eva daba declaraciones y en su mano derecha movía con inquietud cuatro casquillos de bala, que fueron levantados de la escena del crimen.
“A Noel lo asesinaron las bestias militares, bestias comandadas por JOH, estamos dispuestos a seguir la batalla, no tenemos miedo y queremos que salga el gobierno. Dejé de ser cachureca para defender al pueblo, hoy con más fuerza, hoy con más amor y con más claridad”, repitió gritando con impotencia y dolor.
Clamor de justicia
Los familiares de Noel no tienen confianza en las instituciones del Estado encargadas de investigar este tipo de hechos. Su desconfianza la han hecho pública, han manifestado que no dejarán que entes nacionales hagan la exhumación del cadáver de Noel.
“No permitiremos que autoridades nacionales vengan a exhumar el cuerpo de mi sobrino, sabemos que es importante que lo hagan para investigar el crimen, pero sabemos que las instituciones en este país son manipulables, fácilmente pueden sacar la bala y cambiarla por otra, no confiamos en ellos y no lo vamos a permitir”, dejó claro Luisa Maradiaga, tía de Noel.
Esa es la postura familiar. Recibieron una visita de una delegación del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, les dejaron clara su posición y pidieron ayuda a todas las organizaciones de derechos humanos para gestionar una investigación dirigida por expertos internacionales y que el gobierno no influya.
Por ahora el Ministerio Público, la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) esperan una orden judicial para proceder con la exhumación, tal procedimiento es clave para adquirir la prueba científica de los autores materiales del crimen.
La Policía Nacional emitió un informe sobre los hechos registrados esa noche en Yarumela, la comandante de la Policía Preventiva en La Paz, Doris Estela Cortéz Padilla, emitió un informe a sus superiores en el que describió lo siguiente:
“Por este medio y con todo respeto le reporto a usted que el día de ayer jueves 20 de junio del presente año, a las 20:20 horas se recibió una llamada vía número de emergencia 911, donde reportaban de unos miembros del Ejército heridos mediante desalojo en la aldea Yarumela, por lo que de inmediato llamé al Policía Oscar Ramírez, quien se encontraba en el lugar con 3 elementos de la policía, y quien me manifestó que había un menor herido por arma de fuego (manifestante), de nombre Eblin Noel Corea Maradiaga de 17 años.
- Doris Estela Cortéz Padilla (comandante de la Policía Preventiva en La Paz)
Según información recabada en el lugar andaban diez miembros del Ejército bajo el mando del Teniente Coronel, Juan Bioney Maradiaga, y durante el enfrentamiento entre los miembros del Ejército y manifestantes se escucharon disparos en el lugar, dejando como resultado una persona muerta”.
Sobre los hechos la Policía dejó claro que ellos no tuvieron nada que ver en el desalojo. Cuando recibieron la llamada trasladaron un grupo de cuatro policías quienes llegaron al sitio cuando el asesinato ya había sucedido.
El suboficial Omar Hernández, vocero policial de la zona dijo que las investigaciones están en marcha, que se conformó un equipo que ahora lo dirige la policía de investigación, DPI, y que está cumpliendo con el procedimiento que estipula la ley para conocer y deducir responsabilidades a los autores materiales del crimen.
“Sabemos que llegaron en primer lugar miembros del Ejército, nosotros como Policía no llegamos cuando se dieron los hechos sino hasta después, luego llegó la DPI pero la gente no quiso colaborar con nosotros”, expresó Hernández.
“Sabemos que llegaron en primer lugar miembros del Ejército, nosotros como Policía no llegamos cuando se dieron los hechos sino hasta después, luego llegó la DPI pero la gente no quiso colaborar con nosotros”, expresó Hernández.
Según información brindada por los elementos de investigación de La Paz, la investigación en este momento la lidera la Fiscalía de Delitos contra la Vida, bajo la dirigencia total de la jurisdicción de Francisco Morazán, dejando por fuera a las autoridades de La Paz.
Niegan información
El equipo de Radio Progreso se acercó a las oficinas del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) en La Paz, para conocer de primera mano las reacciones del delegado de esta entidad.
En ese momento, la abogada Yanixa Rodríguez, titular del CONADEH en la zona, se encontraba en las instalaciones de la DPI, consultando sobre el tema. El equipo periodístico se trasladó a esas oficinas para conversar con ella, al llegar se consultó con su conductor y un promotor del CONADEH, quién informó vía teléfono a Rodríguez informó sobre la presencia de periodistas, por lo tanto, salió huyendo del lugar, a pesar de las gestiones para obtener una entrevista.
Esto no impidió que se buscara una reacción de ella. Se buscó en su oficina, se le preguntó por qué salía huyendo ante nuestra búsqueda. “No estoy huyendo, vengo con prisa, los atenderé, pero déjeme primero hago una llamada a la oficina central en Tegucigalpa”, contestó la funcionaria, quien primero debía obtener autorización de la oficina del titular del CONADEH, Roberto Herrera Cáceres para hablar del asunto.
- Yanixa Rodríguez (titular del CONADEH)
Al recibir luz verde, Rodríguez nos atendió y se refirió al caso. “Desde el día que se dieron los hechos tomamos la queja de oficio, nos coordinamos con la directora de fiscales y policías para que nos dieran explicación de lo sucedido, hemos recibido diversos informes.
Pedimos a las autoridades que se avance en las investigaciones y que se aclare esta situación. Como CONADEH somos garantes para que se respete el derecho humano a la vida. Lamentablemente no se pudo hacer el levantamiento del joven para la autopsia”, comenzó relatando la comisionada.
La central militar se ubica en Marcala, La Paz. En este sector hay un destacamento militar que se ubica en un edificio municipal, justo frente a un centro educativo de la zona. Rodríguez dijo que buscaron al comandante a cargo del mismo y afirmó que no puede dar detalles porque no quiere causar daños a la investigación que está en marcha.
La población de La Paz repudia con todas sus fuerzas la presencia militar. El destacamento que está en el centro del municipio mantiene fuerte presencia de uniformados. El alcalde de este municipio José Aníbal Flores, dijo que, en sesión, tomaron la decisión de expulsar a los militares de ese predio municipal. Dejó claro que el próximo viernes se ratificará el acta de la reunión y ellos deben buscar otro sitio donde ubicarse.
José Aníbal Flores (alcalde Yarumela)
El CONADEH y la Secretaría de Derechos Humanos, mantienen silencio ante la apuesta militar del gobierno de Hernández. El defensor de derechos humanos, Carlos Leiva, lamentó esa postura, misma que evidencia el compromiso de estas instituciones con el gobierno y su política de violación a los derechos humanos.
Por ahora las investigaciones están detenidas. El primer paso será la exhumación, las autoridades nacionales le apuestan a recibir una orden judicial para hacerla, mientras que los familiares han dejado claro que no permitirán ninguna acción sin ser dirigidas por un grupo de expertos internacionales.
Su legado
Al entrar a la casa de Noel, hay un altar lleno de flores, de fotografías en vida del joven. En la sala se encontraban los abuelos de Noel. Ambos repetían: “nos quitaron nuestra luz, nos llevaron la alegría, tenemos fe en la justicia”.
“nos quitaron nuestra luz, nos llevaron la alegría, tenemos fe en la justicia”
Sus tías, todas uniformadas con la camisa que llevaba la foto de Noel y la consigna del ¡Fuera JOH!, hacían el llamado a la gente, a continuar en las calles, a presionar para que el gobierno caiga, y junto a él los asesinos de su sobrino.
Erika, madre de Noel con rostro triste y con su mirada puesta en el horizonte, repetía que lucharán hasta el final para hacer justicia. Dice que su fe está puesta en la gracia divina, la que tarde o temprano llegaría a la puerta de los responsables de arrebatarle a su hijo, a su niño como cariñosamente le decía a Noel.