25 de noviembre, día de la no violencia contra las mujeres
El 25 de noviembre es un día de conmemoración especial. Es oficialmente señalado para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Así lo aprobó la Asamblea General de las Naciones Unidas en recuerdo de las hermanas Mirabal, asesinadas por el dictador Trujillo en República Dominicana en 1960. Aunque este día se celebró por primera vez el año 2000, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, las organizaciones de mujeres han venido luchando contra la erradicación de la violencia desde mucho tiempo antes.
La violencia contra la mujer tiene su origen en la prevalencia del poder del varón y la imposición del mismo como principio de autoridad. Nos han impuesto esa cultura patriarcal que hizo normal que quien manda es el varón. Y es el dueño del patrimonio familiar. Y cuando esto se expresa en la política, el Estado pasa a ser patrimonio de los políticos, dejando así abierta la corrupción política patrimonial, la peor y más grande de las corrupciones.
El hombre y la fuerza bruta han ido de la mano, y se ha impuesto sobre las mujeres y toda la gente indefensa. Perder ese derecho a ejercer la fuerza es una de las resistencias más profundas de los varones, porque esa es la fuente de su poder. Pensadores son del criterio de que una de las primeras tareas de intelectuales y pensadores es impedir el monopolio de la fuerza, porque al ejercerse se impone como verdad.
Erradicar la violencia contra la mujer es volvernos más humanos. Y esta es la lucha que en esta fecha se conmemora. La violencia contra las mujeres es la continuidad de la fuerza bruta en contra de la razón, y quien la ejerce no tiene capacidad para superar su ser animal. La lucha por erradicar la violencia contra las mujeres es la lucha por la igualdad de derechos y de oportunidades, especialmente la desigualdad de género.
La fecha del 25 de Noviembre no es una fecha más. Es una llamada primordial a enfrentar una realidad en muchos aspectos vergonzosa. No se trata de atacar o insultar a todos los varones. Es evidente que están, y no son pocos, los que respaldan a las mujeres en sus luchas. Pero hay mucho camino por recorrer en el proceso por construir una institucionalidad y actitudes que garanticen nuevas relaciones de género.
Cambio en la cultura machista, mejoramiento en la normativa, eliminación de la impunidad frente a los golpes recibidos, y decisión política real en la famosa tolerancia cero frente al acoso, son cambios indispensables, tanto para la cohesión social como para el desarrollo. Y todavía más, cambios estrictamente necesarios para poder hablar de justicia. Es innegable que el sacrificio y sangre de las hermanas Mirabal sigue estallando en compromiso y creatividad en las luchas emancipadoras de las mujeres.
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