

Ante el estremecimiento, primeros balbuceos
Hemos ingresado en una compleja coyuntura de transición que nos conducirá a un período cruel y políticamente adverso e inhumano. Un período bajo el control de quienes desde la administración liderada por Trump controlan y conduce la geopolítica internacional. Trump ingresó de golpe a Honduras y ha tomado las riendas de nuestro destino. Y lo ha hecho con la excusa de las elecciones y ha reeditado, de manera infame, la Doctrina Monroe en su dimensión del gran garrote y la injerencia directa y abusiva.
La injerencia de Trump movió todo el tablero de la política hondureña hasta colocar las elecciones en una lucha internacional entre la democracia y el comunismo, de acuerdo a sus expresiones maniqueas, tan vulgarmente repetidas al interior de las primitivas derechas hondureñas. Penosamente ese discurso trasnochado ha impacto en un amplio sector de la sociedad hondureña de entre la población más humildes y oprimida.
Todos los signos apuntan a nubarrones políticos adversos, y lo poco que se logró avanzar con la administración de la presidenta Xiomara Castro será ocasión para la contra ofensiva privatizadora, represiva y de amenaza a todo lo que huela a organización social y demandas populares. Para ese nuevo período hemos de saber prepararnos.
El régimen siguiente recuperará, sin duda, todo el terreno perdido en esta pausa de cuatro años. Las FFAA volverán a su cauce natural militarista. La policía volverá su cauce normal de represión. Libre pasará por un doloroso período interno de ajuste de cuentas, con el riesgo de fracturarse, o profundizar fracturas que ya tiene.
Las organizaciones sociales han de prepararse para un largo período de contra ofensiva de las fuerzas anti nacionales y contrarias al bien común. Y han de saber sortear su mística y rebeldía en un ambiente en donde ser criminal será una carta de presentación para ser buen ciudadano. Porque una cruel enseñanza que deja Trump con el indulto a Juan Orlando Hernández, es que en Honduras ser criminal y narcotraficante es un privilegio, ninguna pena puede ser disuasiva ni obstáculo en comparación con las ganancias y ventajas que la criminalidad proporciona.
En esta etapa de difícil y crítica transición nuestra invitación es a no tomar decisiones bruscas aconsejadas por la frustración y desesperación. Ha de ser tiempo para sosegarnos que nos permita la serena reflexión y el debate.
Es tiempo para bajar las tensiones, evitar que nos ganen la partida las desconfianzas y los ajustes de cuenta. Superar estos sentimientos revanchistas, de culpas y contra culpas y de iniciar el arduo proceso de convocatorias y auto convocatorias para repensar el lugar del movimiento social, es condición para enfrentar con fortaleza el crudo período que se abre a partir de 2026.
Escuchar y descargar Nuestra Palabra