La  premonición: una década sin democracia

Un día 28 de mayo de 2009 ocurrió un fuerte sismo que estremeció la vida de la sociedad hondureña. Sin estar acostumbradas a estremecimientos telúricos, el temblor puso en pánico de miles de personas, especialmente en la costa norte hondureña, de donde procedía el origen del temblor de tierra.

En la costa norte hondureña el sismo del 28 de mayo partió de un tajo el emblemático puente La Democracia, sobre el río Ulúa, construido a comienzos de la década de los años sesenta del siglo pasado, y que establece la comunicación vial entre el valle de Sula con el resto de la costa atlántica hondureña.

“La democracia se cayó estrepitosamente”, fue el decir general e inmediato de la población, refiriéndose tanto al puente como a la situación política del país. Dejó al descubierto que la democracia no tiene capacidad para resistir los estremecimientos, y aunque parecía sólido, el puente se rajó de un romplón.

Esto se decía inmediatamente después del 28 de mayo de 2009. Lo que no se esperaba es que exactamente un mes después, todo el puente de la democracia hondureña se vino abajo con la ruptura del orden constitucional. Cuando al amanecer del día 28 de junio de 2009 la sociedad hondureña quedó estupefacta con la captura y expulsión del presidente constitucional, mucha gente trajo a su memoria la caída un mes atrás del puente La democracia. Así está el Estado de derecho, caído, como el puente roto sobre el río Ulúa, en El Progreso, Yoro.

Han pasado diez años de la caída del puente la Democracia. Y si Usted pasa por el valle de Sula rumbo al litoral atlántico, se dará cuenta que el puente sigue como hace diez años. Es sencillamente un puente roto. Como roto sigue estando el Estado de Derecho, y como destruida se encuentra la democracia hondureña.

La caída del puente la Democracia fue la premonición del golpe de Estado. Fue un adelanto de lo que se venía encima. Y así sigue de destruido el puente. Así como necesitamos que se construya de nuevo este emblemático puente, necesitamos construir la democracia y el Estado de Derecho que en diez años se ha ido rompiendo hasta quedar en manos de la mafia criminal actual, y cuya salida es la condición para ingresar al escenario que nos conduzca a la rehabilitación de la democracia hondureña.