Los migrantes, el efecto inmediato de la dictadura instaurada en Honduras

En los primeros días de este mes de abril que estamos por finalizar, salió una nueva caravana de migrantes con rumbo a Estados Unidos. Al igual que las otras caravanas anteriores, allí iban hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, expulsados por el sistema que se impone desde la dictadura que vive Honduras desde hace nueve años con Juan Orlando Hernández a la cabeza. Cuatro como presidente del Congreso Nacional desde dónde preparó su camino para imponerse con su ilegal reelección.

En el camino se fueron sumando más hondureños y hondureñas, también se unieron salvadoreños y guatemaltecos. Ingresaron a México cerca de dos mil personas según datos del Instituto Nacional de Migración. Y la presión de los Estados Unidos sobre México con las amenazas de aumentar la militarización de la frontera norte y hasta de mandar a cerrar las mismas, hizo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ordenara la redada de migrantes en los estados sureños del país azteca.

Sólo el lunes anterior cerca de 400 personas fueron detenidas en Chiapas y de manera violenta por las autoridades mexicanas. Las detenciones continúan, incluso las autoridades están visitando los hoteles de la ciudad de Tapachula. Cambió la política de atención y la poca hospitalidad que había implementado en sus primeros días el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El presidente mexicano lo admitió, en una de sus conferencias mañaneras, que está restringiendo el paso de migrantes justificando que se hacía por la propia seguridad de los mismos para evitar que vayan a los Estados del norte porque dijo son muy peligrosos por la operación del narcotráfico y la violencia que allí se registra, se está haciendo por la seguridad de los migrantes aseguró el presidente mexicano. Y, aunque López Obrador asegura que su país no responde a las presiones de Estados Unidos, es un hecho, que sí lo hace, y que el endurecimiento de las políticas migratorias mexicanas se verá reflejado en un aumento de las deportaciones en las próximas semanas y meses, después de que estas, incluso, habían disminuido.

La decisión del gobierno mexicano de dar un giro a su política migratoria pone en más riesgo a los migrantes que ya no pueden avanzar por las carreteras mexicanas sino que deben volver a tomar la tradicional ruta del migrante, la ruta que los lleva a viajar en el “lomo” de la bestia de acero, el tren de carga, una ruta denominada de muerte.

Pero lo más preocupante de todo es que en países como Honduras, el gobierno sigue tomando decisiones que impactan de manera negativa en la vida de su gente que se ve acorralada y para poder sobrevivir arriesgan sus vidas en la ruta migratoria. Se vienen momentos difíciles y muy crueles para nuestros migrantes, el efecto inmediato de la dictadura instaurada en Honduras.