
Las intervenciones de Estados Unidos, a través de las declaraciones del presidente Donald Trump, tuvieron un impacto directo en los resultados de las elecciones del 30 de noviembre en Honduras, coinciden analistas.
“Es un intervencionismo grosero e inadmisible que tome partido por un candidato y diga que los apoyos e inversiones de Estados Unidos están subordinadas a que gane ese candidato. Eso es totalmente inaceptable”, dijo el analista internacional Carlos Heredia en entrevista con Radio Progreso.
Heredia reconoce que este comportamiento de intervenir en asuntos internos lo viene realizando Trump de manera conjunta en toda América Latina y el Caribe, como una forma de relacionarse desde el control y manipulación para la región. El analista dijo que el accionar del presidente estadounidense sobrepasa cada vez más sus intervenciones, las que califica de absurdas, y que con su irrespeto al derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos y que están cayendo en los sótanos de la política internacional.
“El voto es de cada persona en Honduras y no en Washington o en la Casa Blanca. Lo que revela es que el señor Trump no tiene ni la mayor idea de dónde está parado ni de que debería comportarse como un estadista; no lo hace porque no hay quien lo frene”, argumentó.
El actual momento que vive Honduras se enmarca, coinciden analistas, en la realidad de América Latina, donde los mandatarios o fuerzas políticas cercanas a Trump incrementan su presencia, cimentando a la extrema derecha en partidos establecidos. Para Heredia, naciones como El Salvador, Panamá, Ecuador, Paraguay, Argentina y próximamente Chile están dominadas por conservadores de derecha autoritarios, cuyo común denominador es buscar el agrado del señor Trump.
Sobre la caída del partido Libertad y Refundación (Libre) a una tercera posición en Honduras, el analista Heredia recordó que los gobiernos que abrazan el populismo autoritario y se autoproclaman únicos representantes del pueblo pronto se dan cuenta de que esto no es así. Manejar la política como un patrimonio propio acaba siendo una mentira, además de comprobar que el sistema de partidos está colapsado, dijo.
“El electorado ya no está soportando la corrupción, y en cada oportunidad que venga otro, aunque sea igual de corrupto, pero que se de el cambio, lo eligirá. Ninguna fuerza política está ajena a este fenómeno de la corrupción institucional, que es sobretodo el uso patrimonial del poder, un poder como un atributo individual y no como en un marco institucional para resolver los conflictos”, agregó Carlos.
Sobre los resultados electorales, con dos candidatos cercanos a la presidencia, el analista dijo que al convertirse en autoridad tienen que ocuparse de soluciones para los problemas del pueblo. “Pero me temo que el poder está secuestrado en negociaciones de cúpula. No sabemos cuáles serán los resultados oficiales que dé a conocer la autoridad, y es evidente que se dan posiciones que no responden a una democracia, sino a pactos entre caudillos que, en medio de la polarización de Honduras y la región, buscan sus ganancias por encima de los problemas del pueblo”, agregó.
Como salidas para la región, Heredia apuesta por las organizaciones de base y sociales, que deben construir su propia agenda sin depender del favor de un político, padrino o caudillo, sino de su capacidad organizativa para canalizar demandas y aspiraciones.
“La respuesta seguirá siendo el pueblo que debe fortalecerse en la medida que se organice a sí mismo e impulse su propia demanda, porque si nos dejamos llevar por negociaciones de políticos, el pueblo no estará presente ahí. Esto es válido para muchos países en América Latina que llegan ilusionados por caudillos o mesías que dicen ‘yo te voy a solucionar todo’, pero las cosas no funcionan así. La respuesta está en la organización de cada día en cada lugar, una tarea difícil que requiere esfuerzo, pero es la única vía factible para las organizaciones populares”, concluyó Heredia.
Finalmente, sobre el indulto otorgado por Trump al expresidente Juan Orlando Hernández, Heredia lo ve como una “contradicción total” en la lucha antidrogas de Donald Trump. Por un lado, indulta y libera a Hernández, condenado por tráfico de drogas y armas en Estados Unidos; por otro, no presenta pruebas sobre los presuntos vínculos de Nicolás Maduro con el narcotráfico y lo amenaza con intervención militar.