| Martes, 30 Mayo 2023 |  |
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ERIC-43
Honduras es un país pequeño, con una población de 9.5 millones de habitantes, con una historia de dependencia del exterior, principalmente de los Estados Unidos. Con un modelo generador de desigualdades, en manos de empresas extranjeras y en alianza con una reducida élite oligárquica, las riquezas se concentran en base a la explotación de los bienes de la naturaleza, especialmente la minería, el agua y sus ríos, los bosque y la mano de obra, mayoritariamente de las mujeres jóvenes, obreras en la industria maquiladora.
Honduras nunca logró despegar con economía propia. La vida de miles de jóvenes ha sido cercenada por la violencia, muchos otros se han visto en la necesidad de enrolarse en alguna de las redes criminales o de narcotráfico, y muchas decenas de miles han tomado el incierto y no menos peligroso camino que cruza los territorios guatemaltecos y mexicanos para alcanzar territorio estadunidense con el propósito de salvar sus amenazadas vidas en Honduras y encontrar un trabajo para rehacer sus vidas y enviar remesas a sus familiares que quedaron dentro de territorio hondureño.
En este contexto de violación sistémica de derechos humanos, Radio Progreso y el ERIC, como plataforma de apostolado social de la Compañía de Jesús, realizan su trabajo de analizar e investigar la realidad, informar y denunciar las violaciones a los derechos humanos y defender, consolar y dar esperanza a las víctimas. Nos alimentamos de nuestra fe en las comunidades y alentamos a la gente perdedora, las madres que lloran a sus hijos e hijas asesinados y nos alimentamos de nuestra fe en Dios que carga con el dolor de las víctimas e inyecta esperanzas de entre los escombros.
Para el ERIC, junto con Radio Progreso, la solidaridad es un pilar fundamental para realizar nuestro apostolado social. Esta solidaridad la recibimos en primer lugar de las comunidades y organizaciones amigas y hermanas. Ellas nos dan fuerza y nos protegen ante amenazas. La solidaridad la recibimos también de las comunidades y organizaciones eclesiales y civiles internacionales. Son hermanos y hermanas que estrechan su caminar y sus manos con nuestro caminar.
Con las comunidades y organizaciones hermanas desparramadas a lo largo de todo el país, y de la mano con nuestros hermanos y hermanas de la solidaridad internacional, hemos sembrado futuros, y seguiremos en la siembre en comunidad hasta que logremos que se respetan los derechos humanos y la dignidad de la gente actualmente oprimidas y humillada, y así compartamos la riqueza de un mismo caminar hasta llegar a sentirnos como parte de un mismo pueblo en libertad.
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