Viernes, 3 de junio 2022 | ![]() |
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Nueva Corte, pero con nuevos brillos
Un tema frecuente a partir de la toma de posesión de las nuevas autoridades en el poder Legislativo y Ejecutivo es la elección de las nuevas autoridades de la Corte Suprema Justicia como condición para terminar de reestablecer el Estado de derecho. A medida se acerca la fecha de su elección las rotondas políticas y corredores subterráneos de la política comienzan a moverse.
La historia establece que la Corte Suprema Justica en ocasiones ha tenido propietarios directos como es el caso de Jaime Rosenthal, o de Juan Orlando Hernández en relación a la Corte actual. Ambos propietarios contaron para ello con las plataformas del Partido Liberal y el Partido Nacional, y en ese sentido hay consenso en afirmar que tanto la Junta Nominadora como el Congreso Nacional han tenido enorme responsabilidad con la elección de los mercenarios que hemos tenido en el palacio de la justicia.
Hoy el Congreso Nacional está planteando revisar el marco jurídico para la elección de los nuevos magistrados y magistradas. Es urgente definir nuevos mecanismos para su elección. Usar el mismo sistema es comprometer la independencia de los nuevos magistrados y magistradas, es negar el Estado de derecho y alimentar la cultura patriarcal que tanto daño ha hecho al país.
La Corte Suprema de Justicia es un poder que juega un papel estratégico en el funcionamiento del Estado de derecho y en el fortalecimiento de la democracia. Gran parte del deterioro institucional reside en la pérdida total de independencia del sistema de justicia, su manipulación por partidos políticos y por grupos económicos.
Señores congresistas, denle la oportunidad a la sociedad hondureña de contar con administradores de justicia que actúen en base a la ley, que apliquen la ley sin importar el color, el partido político al que pertenece o el apellido de la persona. Ayuden a romper esa “sensación de ternura que produce el dinero” que hoy nos tiene con los más altos índices de impunidad y violencia.
