Pequeñas victorias de un gran pueblo

El presente año ya casi termina, pero es necesario recordar algunos eventos que permitieron tener pequeñas alegrías del pueblo. Aunque este año ha sido muy inestable, no podemos pasar desapercibidas esas pequeñas victorias populares.

La lucha de la comunidad de Guapinol en el municipio de Tocoa ha sido una demostración de enfrentarse, desde la articulación de organizaciones comunitarias, sociales e iglesia, a los poderes económicos y políticos de esa zona; no podemos olvidar tampoco las luchas de Jilamito y Mezapita; también más de cuarenta municipios han hecho declaratorias en los últimos tiempos y este año se pudieron encontrar para compartir sus experiencias de resistencias pacíficas. Las consultas ciudadanas realizadas en los municipios de San José de La Paz y El Triunfo de Choluteca.

Los casos de corrupción sonados, han sido conocidos por la población y es aquí donde la labor de la UFECIC y la MACCIH, ha sido determinante en crear en la opinión pública la discusión de temas antes ignorados como la corrupción e impunidad. Las declaraciones del abogado y exfiscal Omar Menjívar y el capitán Santos Rodríguez Orellana, han desenmascarado lo que todos y todas ya sabíamos como secretos a voces: la vinculación de redes criminales y de corrupción a las estructuras del Estado hondureño. Eso es evidenciar a esa estructura mafiosa que ha gobernado el país por décadas.

También hay que reconocer las luchas estudiantes, tanto de secundaria como de educación universitaria, que dejan en manifiesto la exigencia pertinente y necesaria de un proceso que conduzca hacia una educación de calidad y acceso universal. De igual manera las organizaciones y colectivos feministas han mantenido un proceso permanente para avanzar en la construcción de una sociedad más inclusiva, justa y solidaria.

La solidaridad de los pueblos de Guatemala y México, quedó evidenciada en el éxodo y caravanas de nuestros hermanos y hermanas migrantes. Ha sido el grito que silenció la falsa imagen que vendía el gobierno de la Vida Mejor.

La canonización de nuestro querido Monseñor Romero y la vigencia de su mensaje esperanzador en defensa de los más empobrecidos, es también una victoria popular, que nos ayuda a renovar el compromiso por la fe y la justicia.

Las luchas ciudadanas que dieron marcha atrás al gobierno y los grupos de poder interesados en la privatización de carreteras con la detención de cobros de peaje en el valle de Sula, en el marco de las protestas post fraude electoral. Este año no hubo cobro de esas empresas devoradoras de los recursos públicos. Los cacerolazos de diciembre pasado y las expresiones de repudio hacia el gobierno usurpador en los barrios, colonias y aldeas a lo largo y ancho del país. También la liberación de varias de las personas detenidas en el marco de las protestas. Aunque siguen con procesos judiciales, están en sus casas con sus familias y llenos de ilusión.

Habrá muchas más de esas victorias, que nos permiten seguir creyendo y trabajando por un verdadero proceso de soberanía y democracia, pero mientras tanto, en este final de año, debemos celebrar la vida y esas pequeñas victorias del gran pueblo hondureño.