Cuando el bien se hace tan mal

Todos los vientos del mundo soplan en dirección al fracaso del proyecto criminal presidido por Juan Orlando Hernández. Pero más por las acciones que realiza el gobierno de los Estados Unidos que por lo que realiza la oposición.

Las protestas siguen siendo todavía raquíticas. Mucha gente expresa sus simpatías por esas acciones, pero casi nadie se suma. La gente le acabó agarrando miedo a la calle, quizás porque los dirigentes no han sabido convertir en expresiones de protesta organizada las convocatorias. Puede ser que la gente siga esperando la palabra de un mesías, y cuando este mesías hace llamados que parecen de guerra, entonces la gente sigue repudiando al régimen, pero no se expone en la calle.

La gente repudia, pero tiene miedo a que la maten, y si los líderes convocan con un lenguaje asociado a acciones militares, como eso de organizar comandos, la gente expresa sus simpatías por quienes luchan. Los líderes llaman a hacer un bien social, pero lo hacen tan mal que ese bien es interpretado por la gente como un peligro, y los medios de comunicación aprovechan esa confusión para presentar el bien que se busca hacer como un mal para el país.

Mientras tanto, los que hacen el mal, y que están muy bien identificados como criminales, siguen haciendo ese mal, pero tan bien que hasta parece que el mal que hacen es un bien para toda la sociedad. Para el caso, estamos en ambiente navideño, y los que hacen el mal, han organizado esa llamada navidad catracha. Por todos lados se ven luces encendidas y juegos llenos de adornos navideños. Los voceros del mal dicen que están promoviendo la alegría navideña para la sociedad tan fatigada y golpeada, y que hay gente que, de nuevo, como el año pasado, quiere robar a la gente la alegría de la Navidad.

Lo que buscan es aprovechar este ambiente de navidad y de fin de año para distraer como nunca a la gente, para que esas cosas de narcotráfico de Juan Orlando Hernández y los saqueos a las instituciones del Estado pasen a un segundo plano, y hasta se olviden. Y lo hacen tan bien, que muchísima gente se queda embelesada viendo las luces y llevando a la familia a divertirse a la Navidad Catracha.

Mientras tanto, los líderes de la oposición siguen haciendo tan mal el bien que mucha gente víctima de los atropellos y de la criminalidad de Juan Orlando Hernández, no solo no sigue los llamados a movilizarse, sino que se convencen que los malos y violentos son los líderes de la oposición. Falta mucho, y esa es la gran tarea, para que los líderes de la oposición social y política revisen y organicen nuevas estrategias para que el bien que hacen sea además de ser bien visto por el pueblo, desenmascare el mal enmascarado de acciones aparentemente buenas.

¿Qué hacer para identificar el mal entre tantas acciones y palabras que brillan como si fuesen bondadosas? ¿Qué hacer para no dejarnos atrapar por las trampas de lo que, pareciendo bien, nos lleva a pactar con el proyecto del mal encarnado en el actual régimen?   ¿Qué hacer para que el bien que se hace en los sectores opositores sea tan bien hecho que desenmascare el proyecto criminal, y conduzca a la salida del dictador?