El gran espejismo de los actores políticos catrachos
Los actores políticos que toman las decisiones en el país, están seducidos por la polarización y sus espejismos. Vivir y atizar la polarización se ha convertido en el modo habitual de hacer política. ¿Acaso piensan los políticos que la polarización resolverá los grandes problemas de nuestro pueblo? ¿No son capaces de ver que esto no es más que un espejismo que solo conduce a postergar y a acumular infinitamente los conflictos y problemas nacionales?
La polarización conduce a confundir lo político y lo jurídico, por ejemplo en el Congreso Nacional. En ese poder del Estado aparece cada predicador de la ley convencido que solo él tiene la interpretación correcta, por encima incluso del Poder Judicial. Y lo mismo escuchamos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia o a funcionarios del Ejecutivo que predican como si fuesen legisladores.
En los hechos, la polarización se ha convertido en obstáculo real para resolver los problemas. Más bien, recrudece la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, aleja el diálogo y atiza más la violencia, la corrupción y la impunidad, así como las dudas sobre la implementación de reformas electorales para la transparencia y legitimidad de los procesos electorales. La polarización ha fragmentado el tejido social, debilitado las instituciones públicas y ha creado un clima de ingobernabilidad.
El espejismo de la polarización no es más que la expresión de la prevalencia de los intereses particulares de grupos y élites que tienen el poder real en el país. El ejemplo más agudo es el obstáculo real que han levantado para la creación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras. Imposible lograr los consensos políticos necesarios para desmontar las estructuras del crimen organizado.
Del mismo modo, no se encuentran soluciones al desempleo, al contrario se fomenta el cierre de fábricas y despido masivo de obreros y obreras, factor que acaba nutriendo las inmensas caravanas migratorias que buscan solucionar sus angustias fuera del país, sin importar si se levantan muros o se acentúan políticas anti migrantes en el gran país del norte.
En este espejismo de polarización, la gente común y de a pie es la más afectada. No olvidemos que los espejismos muchas veces son fabricaciones distorsionadas de líderes, medios de comunicación y redes sociales que alimentan las divisiones y la desinformación. Y si confiamos en esos espejismos que se construyen arriba –y que son falsos– más nos hundiremos. Solo creyendo en nosotros y en nuestras capacidades organizativas y movilizadoras evitaremos caer en la trampa del espejismo de la polarización.
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