Preocupaciones sobre la emergencia
Poco a poco está volviendo la calma a las comunidades. Los niveles de agua de los ríos están bajando y se va midiendo el impacto de las lluvias en las zonas afectadas. Al menos mientras no vengan otros temporales. Partiendo del reconocimiento al gobierno, el cual ha actuado con esmero por responder a la población con información constante sobre el fenómeno y en las acciones de evacuación y rescate. En ese marco queremos compartir tres preocupaciones:
Primera preocupación. El gobierno ha comenzado a atender las familias afectadas con ayuda humanitaria, una acción urgente en estos días. Pero se constata que se está politizando la entrega de los alimentos. Esto ha ocurrido en comunidades rurales de El Progreso, El Negrito, también en Olanchito y otras regiones del país. Es una dinámica que no solo hace ver mal al gobierno. Se está jugando con el hambre de la gente, y eso es un acto inmoral.
Segunda preocupación. En la atención a la emergencia, la institucionalidad es fundamental, pero no se están usando las estructuras que corresponden para atender la emergencia como el CODEM y COPECO; se está entregando la ayuda directa de SEDESOL a las comunidades, usando de intermediario casi únicamente a través de las corrientes del partido en el poder. Esto no solo debilita la atención a las familias damnificadas, sino que distorsiona y desnaturaliza el mismo proceso electoral al interior de los partidos.
Tercera preocupación. La politización de la entrega de alimentos es una desgracia más para las familias. Esta dinámica contribuye a dividir a las comunidades y está poniendo a pelear a las familias y a los propios candidatos de los partidos. No olvidemos que la inundación afectó a toda la gente pobre por igual sin importar banderas, colores y consignas.
Con respeto, pero con firmeza, demandamos a la Presidenta que reoriente sus instrucciones para que se atienda la emergencia con la dignidad que las familias requieren, sin andar peleando protagonismo, a la vez que estableciendo mecanismos que aseguren que se respeta a las instituciones responsables de atender la emergencia. Y, sobre todo, que oriente para garantizar que la principal tarea del gobierno en estos tiempos es salvar vidas y dar de comer al hambriento, sin que nadie saque pecho, porque eso viola la dignidad de las personas.
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