Impunidad nunca más
En su informe de país sobre Honduras del año 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló que la tasa de impunidad para los homicidios es del 87%.
Sin embargo, esta tasa sería mucho mayor cuando se trata del asesinato de mujeres y niñas, personas LGBTI y personas defensoras de los derechos humanos, de la tierra y el territorio.
Lo más grave es que es una impunidad acumulada, pues las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el contexto del golpe de Estado y la crisis postelectoral no han registrado avances sustanciales.
Todo ello provoca la repetición crónica de los hechos y coloca a las víctimas y sus familiares en total indefensión. Sin investigación ni castigo, los criminales se sienten protegidos para seguir cometiendo estos actos.
A pesar de este contexto poco alentador, continuamos demandando justicia en el caso del asesinato de nuestro hermano Juan López, pues la captura y judicialización de algunos autores materiales no es suficiente.
Como lo señala la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la impunidad subsiste si no es determinada toda la verdad de los hechos y si no son identificados todos los responsables.
Es necesario que las autoridades lleguen hasta los autores intelectuales, partícipes y cómplices en el crimen de Juan para sentar un precedente que implique un primer paso en la construcción de la tan anhelada justicia.
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