Las relaciones complejas entre Honduras y los Estados Unidos
Además de los muchos conflictos internos no resueltos, Honduras añadió otro todavía más complejo: la situación tensa y crítica en sus relaciones con Estados Unidos tras la decisión de la presidenta Xiomara Castro de denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos que lleva más de un siglo de vigencia. Esto provocó crispación en Washington y se ha visto como un retroceso en la cooperación bilateral.
Y no es para menos. El territorio estadunidense es el principal destino de nuestros migrantes, en donde residen más de un millón de compatriotas, que envían remesas que representan el 54.3 por ciento de las divisas que ingresan al país para cubrir el 80 por ciento de los gastos que las familias destinan para la comida, salud y educación. Esas remesas, a su vez, representan más de la cuarta parte del Producto Interno Bruto. La economía nacional la sostienen los pobres, y este dinero toca al gobierno hondureño cuidarlo como don sagrado.
Nos guste o no, la relación con Estados Unidos es de mucha dependencia. Es cierto que nuestra población migrante es una firme contribuyente para la economía de Estados Unidos, pero la tensión política en las relaciones entre ambos gobiernos, no nos beneficia.
El gobierno de la Presidenta Castro ha buscado con pleno derecho diversificar sus relaciones internacionales, fortaleciendo vínculos con gobiernos que ya tienen conflictos con Estados Unidos. Pero el malestar en Washington con la apertura de relaciones con China, aumentó con la denuncia hondureña del tratado de extradición, lo cual representa una clara decisión que no solo confronta al gobierno de Estados Unidos, sino que debilita la lucha contra las redes criminales del narcotráfico.
En todo caso, es positiva la decisión del gobierno hondureño de diversificar relaciones internacionales, como parte de la tendencia global de fortalecer los vínculos entre los pueblos y las culturas. Así se puede hacer frente con mayor efectividad a problemas tan serios como el calentamiento global o la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Todos los pueblos vivimos en el mismo mundo, y tenemos que aprender a resolver los problemas sin guerras y confrontaciones inútiles. Y esto hemos de comenzarlo por buscar un entendimiento racional entre Honduras y Estados Unidos, para logremos convivir con nuestras diferencias y semejanzas buscando el bien común bajo el respeto del principio de autodeterminación de los pueblos.
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