Los suicidios y la precariedad hondureña

La creciente ola de suicidios es una de las noticias que ha inundado portadas de periódicos y noticieros radiales y televisivos. En lo que va de 2019 se contabilizan 40 suicidios. La pregunta de fondo es ¿por qué se está suicidando la gente? La Policía Nacional afirma que casi todos los suicidios son por cuestiones pasionales, para no quedarnos en miradas simplistasechemos una mirada a otros factores que dan cuenta de sus causas y abren caminos de salida.

Las decenas de suicidios de estos meses es un rasgo de una sociedad en depresión. Una depresión que se alimenta por la desconfianza, el miedo y la violencia diaria, y se profundiza por una institucionalidad que mientras criminaliza a los empobrecido, protege a los ricos y corruptos que controlan las principales servicios financieros, comerciales, agroindustriales y extractivistas.

La depresión y los suicidioses atizadapor los operadores del modelo Neoliberal. Una depresión alimentada por la devaluación del trabajo y la promoción del consumismo. Todos los andamiajes económicos están diseñados para beneficiar el productivismo, mientras que a los trabajadores se les explota salvajemente y luego se le desecha como bagazo. Vivimos tiempos de esclavitud moderna.

Un pueblo en depresión deja de creer en su fuerza transformadora y entra en un estado de resignación que loconduce no solo aceptar las migajas de quienes usurpan el gobierno, sino que trasladan su confianza y esperanza a actores externos como los únicos que pueden transformar su realidad. Unos ponen sus esperanzas en el gobierno de Estados Unidos, otros en Dios y la mayoría seguimos encerrados esperando que otros hagan lo que por ley nos corresponde.

En una sociedad deprimidahay muchas tentaciones que con mucha frecuencia terminan profundizando sus calamidades. Unos caen en la tentación de labrujería, en la Pega tres, Diaria y Loto; otros se escapanenlas ofertas celestiales, y otros se dejan arrastrar por la tentación del consumo y casi todos terminan en el círculo infernal de las tarjetas de crédito, mini cuotas y los cobradores. Todo es una gran estafa, pero se lo adornan como el camino a la prosperidad.

La mejor manera de enfrentar la ola de suicidios pasa por mejorar los ingresos de las familias, pasa porque haya distribución de la riqueza, pasa por mejorar el sistema de seguridad y de justicia, pasa por mejorar el sistema de salud y educación, pasa por proteger la vida de los trabajadores y de quienes se organizan y defienden los bienes comunes y demandan una nueva institucionalidad que proteja la casa común y de quienes viven en ella.