La semana pasada se estrenó en los cines la película Miedo Profundo (The Shallows –Infierno Azul en España-), una cinta con una trama extremadamente simple, pero con una fórmula que por más que pasan los años no pasa de moda y es la angustia que provoca en el espectador la historia de un ser humano enfrentando el más real y penetrante de los miedos: estar debajo en la cadena alimenticia, dejar de ser el depredador para convertirse en la presa.

Miedo Profundo mantiene al espectador en continuo suspenso y tensión, es una historia de supervivencia y quizás hasta de reflexión, aunque probablemente después de verla no vayas al mar por algún tiempo… Prueba de que la cinta consigue al fin su cometido: hacer sentir al espectador el miedo de pensar “¿y si eso me pasara a mí?”. La historia gira en torno a Nancy Adams (interpretada por Blake Lively), una joven estudiante de medicina quien acaba de perder a su madre y busca encontrarse a sí misma y alejarse de todo, incluso de la familia que le queda. Como un “homenaje” a su progenitora decide ir a una paradisíaca y remota playa en México, a la cual años antes había ido su ahora fallecida madre. Los planos y tomas del lugar son espectaculares, eso se disfruta. Las aguas cristalinas son una auténtica belleza, lo que hay adentro de ellas es lo aterrador.

Todo parece perfecto, pero claro, no podía serlo. En aquel lugar que es considerado por los propios lugareños como un sitio completamente seguro, ha llegado inesperadamente un tiburón blanco insaciable. No, esta película no tiene el potencial para convertirse en un clásico como la mítica cinta Tiburón (Jaws) de Steven Spielberg, sin embargo sí logra probar que por más cintas que se hacen sobre el eterno duelo entre el ser humano y la bestia implacable, este enfrentamiento siempre consigue tocar los nervios de los espectadores. Nadie queda indiferente a la lucha de una brillante mujer, promesa de la medicina, por no ser devorada por el enorme tiburón blanco.

Cabe destacar que a pesar de ser una cinta de tensión y terror, el director Jaume Collet-Serra se la ingenia bien para dar un toque de buen humor durante el desarrollo de la historia. Quizás tomando en cuenta que la trama se da en México, varios de los momentos más cómicos están impregnados de la picardía latina, algo poco usual en el cine estadounidense. Estos momentos seguro serán más graciosos para los espectadores en Latinoamérica que el público anglosajón, que quizás ni siquiera entienda muy bien el humor latino que contiene la cinta y más tomando en cuenta que algunas frases graciosas son en español.

Entrando a los aspectos más técnicos y críticos, hay que señalar que tomando como parámetro las cintas estadounidenses la película es de muy bajo presupuesto ($17 millones) y eso se nota. La cinta se resume a dos personajes: Nancy y el Tiburón, con breves apariciones de algunos extras. De hecho, sin necesidad de hacer spoiler les adelanto que el tercer “personaje” que más aparece en la cinta es otro animal, si la ven entenderán.

Con esta cinta el director Collet-Serra sigue en cierta forma fiel a su estilo, hacer cintas de bajo presupuesto que recuperen su inversión y generen ganancias pronto, dirigidas al público amante del suspenso, tensión o terror.

De hecho, esta es la película de más bajo presupuesto, la de trama más simple y menos duración (una hora y 25 minutos) que ha hecho el director Collet-Serra, lo cual no tiene nada que ver con el recibimiento que le ha dado el público, pues como señalamos la lucha entre el humano y la bestia nunca pasa de moda y prueba de ello es que la película ya ha recaudado a nivel mundial $76 millones, superando ya a otras cintas de Collet-Serra como Una Noche para Sobrevivir (Run All Night), La Casa de Cera (House of Wax) o el fracaso de “Gol: Viviendo el Sueño”, que casi acaba con la carrera de este director antes de empezar. Incluso, Miedo Profundo ya superó en recaudación a lo conseguido en taquilla por La Huérfana (Orphan) que también fue dirigida por Collet-Serra.

Algo que sí es de criticar es que en una trama tan simple: una chica, un tiburón y su lucha, queden cabos sueltos, lo cual es imperdonable, aunque quizás poco importe esto a la mayoría de espectadores que estarán más concentrados en saber si logra o no Nancy escapar del gigante tiburón blanco que la acecha.

En fin, como dije, aunque esta película no se convertirá en un clásico en la sala de cine nadie quedará indiferente a la experiencia de supervivencia de Nancy y la tensión estará en los espectadores con cada uno de los retos que ella enfrente, lo cual habla bien de la cinta que logra mantener interesada y atenta a la audiencia mientras presencian la pesadilla que vive la estudiante de medicina en las cristalinas aguas mexicanas. Los amantes del cine de suspenso y de los sustos repentinos, sin duda no se la perderán.

Y así llegamos al final mis apreciados amigos. Como siempre ha sido un placer compartir con ustedes mi crítica sobre esta película. Los saludos desde el Trono de Hierro y no lo olviden… El invierno viene 😉

 

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