Martes 24, diciembre 2024  

Así va la Navidad

Nuestro mundo es de contrastes. Hablamos del nacimiento de Jesús en un pesebre mientras somos indiferentes ante la tristeza de quienes son víctimas de la violencia y las guerras. Los contrastes crecen en un año en donde las guerras y la violencia conviven con pequeños gestos en barrios y comunidades en nuestra América Latina, y en Honduras en particular. La Navidad nos invita a ver esta realidad y a transformarla.

La Navidad nos llama a la austeridad. En una sociedad con problemas graves como la nuestra, el derroche es inadmisible. La Navidad deberíamos vivirla con generosidad solidaria al servicio de un modo de ser y pensar que tenga siempre en cuenta que las únicas fiestas verdaderas son las que incluyen, no las que excluyen o marginan a los demás. Como la fiesta del Señor Jesús, que cuando quiso celebrar la fiesta de la vida, se hizo pobre con los pobres, para celebrar con todos ellos su dignidad.

Alegrémonos con los gestos pequeños que van brotando en estos días y que no tienen precio en el mercado. Y esforcémonos por promover gestos que se transformen en ejemplo para otros. Abrir nuestras vidas a personas a quienes la sociedad les ha negado la posada, y  crecer con ellas en un mismo compromiso por construir espacios de mayor dignidad, es un gesto que no puede comprarse ni venderse. Es un gesto de navidad. 

Comprometer nuestras vidas y lo mejor que tenemos al servicio de la defensa de los derechos de los pobres es un gesto de navidad que al promoverlo no hay manera para que lo acapare el comercio. Hay muchas familias que muy dueñas de su pobreza comparten con generosidad lo poco y pobre que cocinan. Esos gestos existen. 

Muchas familias cocinan sus tamales y los primeros en probarlos son los vecinos, porque los primeros tamales de la olla son para compartirlos. Con esos gestos muchas familias actualizan el milagro del compartir del que nos habla el Evangelio. Todas las familias comen de lo poco que tienen, y luego todas se dan cuenta que sobran los tamales para mucha más gente que llegará de visita. Mientras ocurre este milagro, en familias muy adineradas se cierran las puertas, se agrandan los muros y se endurecen los corazones. 

Desde el Eric y Radio Progreso invitamos a soñar por la Navidad de los tamales, el pan y los refrescos naturales compartidos con amor y sencillez desde la conciencia de sentirnos un pueblo que nos vamos haciendo mientras vamos caminando venciendo las oscuridades del individualismo y la tiranía del consumismo, y desde esa tamaleada de humildad vayamos haciendo realidad el sueño de un mundo que en cualquier esquina nos espera con un abrazo y un gesto navideño.