Construir puentes para salvar la madre tierra

Según el informe Planeta Vivo de la Fundación de Vida Salvaje, en los últimos 50 años, el planeta ha perdido el 60 por ciento de sus especies de vertebrados. Esta reducción es más dramática en Centro y Sudamérica quienes han sufrido una disminución del 89 por ciento de sus especies en comparación a las especies que tenía, en 1970.

Pare bien la oreja en Centroamérica en los últimos 40 años nos hemos hartado nuestras aves, reptiles, anfibios y peces. Y el futuro se ve más dramático porque el mismo informe establece que actualmente hay 50 mil represas construidas y están en proceso de construcción 3500 nuevas represas.

En ese drama planetario, se sitúa el drama ambiental hondureño. No solo hemos asesinado nuestros animales salvajes, ahora estamos destruyendo lo poco que queda de montañas y ríos. El estudio establece que la principal amenaza para los ríos son las represas y de las 50 mil represas en el mundo, más de 150 se están instalando en los ríos hondureños.

La pregunta que brota ante el drama ecológico es ¿qué podemos hacer como pueblos? Aunque para estos dramas no hay recetas, no podemos quedarnos de brazos cruzados. La defensa de la casa común requiere que hagamos rupturas de cosas que hemos aprendido mal sobre uso y protección de los bienes naturales y, por otro lado, necesitamos construir puentes humanos para protegerlos.

Un puente necesario es entre las comunidades rurales con las comunidades urbanas, otro puente urgente es entre productores y consumidores para no seguir alimentando los negocios de las transnacionales de alimentos, que al fin de cuentas son las principales destructoras los bienes naturales.

Otro puente necesario hay que establecerlo entre las comunidades y municipios de donde nacen los ríos con los municipios y comunidades ubicada en las cuencas bajas de los ríos. A manera de ejemplo es urgente construir un puente entre las comunidades valle del Aguán con las comunidades de Yoro, donde está la cuna del río Aguán, tanto en el valle como en la montaña están destruyendo dicho río.

Otros puentes necesarios tenemos que construirlos entre nuestras prácticas individualistas, con acciones colectivas, necesitamos construir puente entre los católicos y evangélicos, construir puente entre la teoría que se enseña en las escuelas con la realidad de las comunidades. Tenemos que tomar conciencia, el planeta no lo salvamos solos, como diría el padre Rutilio Grande, solo nos salvamos en racimo.