Sábado, 26 Mayo 2018

Entre la Impunidad y el olvido

El olvido no es algo sentimental. Más del 90% de los asesinatos de periodistas en Honduras están en la impunidad. Sus archivos están en la fiscalía del Ministerio Público sin ser investigados.

La impunidad actualmente tiene que ver con una violencia del Estado ya que no reside solo en el Estado sino que la ha delegado al sector privado. Muchos casos de periodistas asesinados están en esa ruta. Los asesinatos de alto impactos han sido conducidos por grupos privados que se creen que son el Estado porque cuentan con todo su respaldo. Como no hay castigo y tampoco hay justicia, por eso se dice aquello que cada quien se toma la justicia por sus propias manos. Esto demuestra que en el caso de Honduras el Estado dejó de ser Estado de Derecho. Y a los violentos, la impunidad los cobija desde el Estado.

Los medios de comunicación en Honduras han mantenido la tónica de utilizar y usar la noticia, el dato, conforme a la voluntad ambiciosa del ciudadano presidente de turno. Usando el término que hemos tenido en los últimos 8 años, se sitúan en el marco del cerco mediático. Los que estén fuera de ese cerco están en la mira de los corruptos y violentos.

La impunidad se vincula a los grupos de poder y en Honduras se cuentan con los dedos de la mano. El periodista que está bajo la égida de estos grupos de poder normalmente tiene un tipo de protección a condición de ser voceros o callar o guardar silencio ante las prácticas y negocios de esos sectores empresariales.

El periodista que queda fuera de esa órbita del entorno de familias poderosas está expuesto a quedar en el olvido y a convertirse en víctima de la violencia y la impunidad proveniente desde estos sectores.

El trabajo que desde la llanura hacen algunos periodistas y comunicadores independientes es interesante. Con mucha facilidad se les puede achacar como periodistas parciales, se les vincula con instituciones políticas partidarias con tal de desacreditar su palabra crítica. Con esas condiciones no es fácil hacer periodismo serio, ético y responsable en Honduras.

La política más importante para la protección de los periodistas y comunicadores no viene del Estado sino de los mismos periodistas y comunicadores. Por tanto un déficit muy grande de los periodistas en Honduras es la solidaridad. Los periodistas al tratar de salvar su trabajo acaban defendiendo al medio de comunicación y a sus dueños, y actúan incluso en contra de sus colegas con tal de defender su puesto y su trabajo, y eso a la larga hace que tanto uno como el otro estén desprotegidos.

Habrá más seguridad cuando se construya un tejido social de solidaridad, y no se trata de los grupos oficiales, llamados colegios de periodistas, asociaciones de periodistas de carácter oficial porque muchas veces guardan silencio cómplice ante los abusos, persecuciones y asesinatos contra los periodistas.

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