Juego de poder
El ventarrón de noticias de estos días, ha sacudido a todos los sectores de la sociedad. Unos están indignados, otros celebrando su impacto en el gobierno y en el partido en el poder, otros estarán durmiendo más tranquilos porque ya no podrán llevarlos sin pasaje de regreso, otros estarán revisando su estrategia para ver cuál es el siguiente paso y una población que va aumentando su desencanto con toda la clase política y las instituciones públicas. Es difícil ser indiferente a lo que está pasando estos días.
Aún no sabemos a dónde nos llevan los acontecimientos, para no quedarnos en rabias, alegrías pasajeras o para saber situar la nueva temporada de los narcos les invitamos a echar una mirada más pausada de los hechos. En primer lugar, estamos ante un juego de poder entre el gobierno hondureño y la embajada de Estados Unidos. Por un lado, el partido Libertad y Refundación quiere continuar en el poder y, por otro, la embajada no quiere que siga.
En este juego uno tiene estrategia dominante y el otro no la tiene. Podemos ver el impacto de la divulgación de un video y tienen más reserva para atacar como la suspensión de visas, Ley Magnisky, remesas entre otras. El gobierno tiene menos cartas y las que tiene las está jugando inadecuadamente, pero el juego apenas comienza, el partido sigue hasta noviembre de 2025. Una cosa está clara en este juego lo que menos importa es la sociedad hondureña.
Segundo. Las acciones de parte del gobierno y especialmente el contenido de la cadena nacional, ha servido fundamentalmente para reafirmar dos cosas: una, la pudrición de nuestra clase política, todos los partidos han financiado la campaña política con fondos de narcotráfico, lo cual devela los compromisos de los gobiernos con el crimen organizado y, dos, la necesidad de mantener el auto acordado de extradición y la instalación de la CICIH. Dos herramientas fundamentales para enfrentar la corrupción y la impunidad.
Tercero. Se reafirma la necesidad de fortalecer los movimientos sociales. En estos años no se ha querido escuchar sobre la necesidad de separar movimientos sociales y partido político, al contrario, se crearon instancias para cooptar organizaciones populares. En esta coyuntura el nivel de indefensión es mayor, porque a todo el partido y militancia se ubica en la misma canasta. Es una ocasión para el resurgir de todas las expresiones de movimientos sociales quiénes han sido víctimas de los narcos.
Cuarto. Una cosa debe unir al gobierno y a todos los sectores sociales en esta coyuntura, luchar por asegurar que las elecciones primarias y generales se realicen con la mayor transparencia posible. Como ciudadanía no podemos quedarnos al remolque de intereses oscuros o externos que solo comprometen el futuro del país. Ojalá esta sacudida sirva para que el Congreso Nacional haga las reformas que el actual proceso electoral requiere urgentemente.
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