Miércoles 31, Julio 2024  

San Ignacio de Loyola en su día

En este 31 de julio celebramos la fiesta San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús bajo cuya misión e inspiración se inscribe nuestra Radio Progreso y el ERIC. De Ignacio de Loyola hemos recibido la hermosa, compleja y desafiante herencia de la espiritualidad de vivir en tensión creativa entre la Mayor Gloria de Dios y bien de las personas, la fe y la justicia, oración y acción, gratuidad y eficacia. Vivir en tensión entre esos dos polos es propio de la misión de la Compañía de Jesús, y desde esa tensión discernir lo que más sea buscar y hallar la voluntad de Dios.

Ignacio de Loyola aportó una espiritualidad en la Iglesia de apertura a la sociedad, justamente cuando la institucionalidad eclesiástica se esforzaba en la alta edad media en cerrar sus puertas como respuesta defensiva ante los aires transformadores y cuestionadores de una sociedad europea que se abría a las ciencias, a la explicación de la vida, la naturaleza y la sociedad ya no solo a partir del mundo religioso, sino también desde la razón. Unir la razón y la fe en la búsqueda de respuestas a los desafíos de la sociedad es parte esencial de la espiritualidad ignaciana. Para la Compañía de Jesús nada de lo humano queda fuera de la misión.  

Nuestros tiempos son oportunos para redescubrirnos a la par de quienes cargan con lo más pesado de la injusticia, la exclusión y la discriminación. Esas fronteras, o periferias como gusta llamarlas el papa Francisco, esperan a la Compañía de Jesús, desde sus cuatro preferencias apostólicas: una, mostrar el camino a Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento; dos, caminar junto a los pobres y descartados; tres, acompañar a los jóvenes en la creación de un mundo esperanzador; cuatro, colaborar en el cuidado de la casa común.

Nuestro tiempo es una espléndida ocasión para que la Compañía de Jesús ratifique su condición de humilde pecadora, y así convocada por el Señor a meterse a fondo en la búsqueda, con mucha otra gente, de nuevos paradigmas que actualicen los compromisos eclesiales, sociales, culturales, políticos y humanos. Y desde su fragilidad, dar testimonio del Evangelio en nuestra sociedad rota y necesitaba de transformaciones desde la opción preferencial por los pobres que resume las cuatro preferencias apostólicas que hemos enunciado.