Sociedad de los cuidados
La pandemia desnudó la fragilidad de nuestras redes de protección social, nos permitió hablar de los trabajos esenciales, cuestionar la cultura del descarte que dinamiza la lógica neoliberal y hasta llegamos a proponer la construcción de un nuevo paradigma de sociedad.
Crear la cultura de los cuidados implica repensar nuevas formas de relacionarnos entre hombres y mujeres, repensar las instituciones históricas como la escuela, la familia, la iglesia, pero sobre todo necesitamos romper con la cultura vertical que alimenta el patriarcado.
La razón para cuestionar y proponer un nuevo paradigma de los cuidados responde a una realidad histórica, todo el trabajo ha sido cargado en las espaldas de las mujeres. Son ellas las que cuidan a toda la familia, preparan los alimentos, están pendientes de la educación de los hijos, del cuidado a los padres o familiares mayores. Con frecuencia normalizamos que entre más sacrificada es una mujer mejor persona se considera, sin cuestionarnos en lo más mínimo sobre sus sueños o angustias cotidianas.
Necesitamos un paradigma que abra paso a una sociedad de los cuidados, y ese aporte lo encontramos en la propuesta política feminista sobre el modelo de sociedad y de estado que necesitamos. Son esas mujeres que contra corriente hablaron e implementaron iniciativas de los cuidados, en la actualidad todo lo que hablamos y hacemos sobre los cuidados se lo debemos a las feministas.
Esta sociedad de los cuidados pasa por priorizar lo colectivo por encima de lo individual, por fortalecer los bienes públicos por encima de los privados, por apostar por el Estado por encima de la lógica del mercado, por romper con la lógica de poder vertical como concreción de dominio y apostar por la lógica del poder horizontal como concreción de servicio y la libertad humana.
No hay duda que tenemos que mover el cuidado y autocuidado en todos los espacios, pero no debemos olvidar que la sociedad de los cuidados implica romper con la lógica individualista y se contrapone al modelo económico devorador de los bienes naturales. En el cuidado de la vida y de la naturaleza mucho se lo debemos a las mujeres y los pueblos originarios. Son ellas quienes abrieron camino a la sociedad de los cuidados y pueden liderar este caminar en el presente siglo.
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