

Una conmovedora experiencia de fe y exigencia de justicia
El sábado 15 de marzo miles de personas se congregaron bajo el ardiente sol de la ciudad de Tocoa para hacer memoria de los seis meses del asesinato de Juan López, el discípulo amado de los pueblos.
La multitud de personas se congregaron procedentes de distintos lugares, y en romería recorrieron las calles de la ciudad cantando, rezando, gritando por justicia para Juan y justicia por el ambiente, sobre todo en demanda por la protección del parque nacional Botaderos, Carlos Escaleras.
En una larga y parsimoniosa caminata, las estaciones estaban distribuidas entre las parroquias, y confundido entre tanta gente caminaba humildemente el obispo titular de Trujillo, Monseñor Jenry Ruiz, quien en la homilía recogió las demandas de la población, exigiendo que el sistema de justicia hondureño tiene que cumplir su deuda de investigar y enjuiciar hasta condenar a los asesinos, no solo materiales, sino sobre todo, intelectuales de Juan, y por igual enjuiciar a quienes se empecinan en proseguir con la explotación ilegal dela mina y de quienes los protegen desde el Estado.
La voz del obispo de Trujillo despertó confianza de la feligresía en su Iglesia y alentó la esperanza para proseguir en el caminar cuyos trazos dejó Juan con su testimonio. Y sus palaras se convirtieron en un mandato para no dejar en ningún momento el compromiso de de fe de la Iglesia porque se haga justicia para así aportar la paz y la reconciliación.
Especialmente conmovedor fue el momento de las ofrendas, cuando Thelma, Claudia y Julita, esposa e hijas de Juan, se acercaron al altar para ofrecer una cruz hecha con el montón de pedazos que quedo del vidrio del carro de Juan, y la camiseta perforada y manchada con la sangre de Juan. La camiseta decía Radio Progreso, su voz se escucha. Un símbolo que recuerda el compromiso y amor que Juan tenía por nuestra radio, y un símbolo que compromete a Radio Progreso a proseguir su trabajo bajo la inspiración de Juan, el discípulo amado de los pueblos.

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