Votar en contra, no por simpatías
Así es el drama de las elecciones de los Estados Unidos. Para millones de votantes, no hay simpatías. Hay temor a que gane el peor. Son dos candidatos conocidos, no ofrecen nada nuevo bajo el sol. Trump fue presidente, siempre fue racista y discriminador. Nadie ha ofendido más a los pueblos migrantes como Trump. A los migrantes latinos, incluyendo quienes viven y tienen documentación para residir dentro del territorio estadunidense, les ha llamado basura.
Kamala Harris es a la fecha vice presidenta de los Estados Unidos, y por eso mismo con alta responsabilidad en las políticas de desprecio y persecución a la población migrante. Y al ser parte de la fórmula presidencial con Biden, tiene una alta cuota de responsabilidad en las guerras activas a lo largo de decenas de países del planeta, y particularmente de la política de exterminio del pueblo palestino en Gaza, en alianza íntima con el régimen sionista de Israel.
Nada nuevo bajo el sol. Trump incendió la institucionalidad en enero de 2021, simbolizada en la Casa Blanca, cuando se resistió con violencia a perder las elecciones. Mucha gente conservadora se asusta con las promesas de campaña de Kamala Harris de aprobar leyes que permiten el aborto y acentúa el respaldo a los derechos de las personas y organizaciones de la diversidad sexual. La gente se llena de temor, y las matrices mediáticas acentúan fantasmas para desacreditar las candidaturas.
Lo cierto es que las elecciones están ambientadas por el clima de mayor polarización y confrontación de la historia estadunidense. Y la violencia que se respira más se acerca a los ambientes tropicales de la banana republic con elecciones con sangre y fuego, que a las elecciones de la nación que se ha vendido al mundo como modelo de democracia mundial.
Lo cierto es que millones de personas votarán, no por simpatía por un candidato o candidata, sino porque le temen al uno o a la otra. Dos contendientes con el margen más estrecho nunca antes conocido, con dos claros perdedores: uno, los pueblos destruidos por las guerras, porque nada dice que las mismas no continuarán, y dos, los discriminados pueblos migrantes. Pueblos aplastados por un único imperio ganador.
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