Vendo pizza en los buses para ganarme la vida y hago mis canciones soñando llegar muy lejos un día”, le dice al micrófono de Radio Progreso, AZEM XELA, artista urbano que estuvo en entrevista en el programa Nación 5 Estrellas.

Si leen AZEM XELA de atrás para adelante, ya tienen el nombre y apellido de este progreseño nacido en la Colonia Moya, y que de lunes a domingo se gana la vida vendiendo pizza en los buses, sin embargo, en las horas libres toma lápiz y papel para escribir sus canciones.

Ha escrito 18 canciones en total. De hecho, ya tiene tres videos en Youtube, el más reciente titulado Fuego. “Lo grabamos entre enero y febrero, fueron tres días de cámaras en la ciudad, usamos locaciones como el Museo Ferroviario, muros viejos, quería mostrar mi ciudad. Me apoyó en la grabación del video Junior Mejía más conocido como “Shamako”, otro talento progreseño. La música me la hizo Crazzy Boy, un gran productor de la vieja escuela en El Progreso”.

Alex vive con su familia, todavía no tiene hijos. Cada mañana se levanta muy muy temprano, calienta su moto, una Hero 150 que sacó fiada para vender pizza, luego se pone la gorra, va por 30 pizzas a la Colonia San Jorge, son las que venderá por la mañana. “La persona que las hace me vende a 13 lempiras el slice, yo las vendo a 20 en los buses, les gano 7 bolas, hay días donde me va muy bien”, comenta Alex Meza de 31 años.

Agrega que por las tardes compra más pizza en Little Caesar´s y continúa con la faena. Los fines de semana viaja a Tela a vender, la cosa se pone buena, mucha gente va a la playa y allí aprovecha para hacer sus centavos y ganarse honradamente el pan de cada día.

Fuego es mi más reciente canción, la escribí y decidí hacerle video, es mi tercer video, gracias a Dios ya mucha gente me conoce en la ciudad, expresa con mucha convicción.

Le preguntamos cómo hace para lograr que el dinero que gana en la venta de pizza ajuste para la producción de su material musical. Comenta que la municipalidad le dio ocho mil lempiras y el resto lo ajustó de la ganancia que le queda de la venta de pizza. Fueron quince mil lempiras más o menos el costo total. “Para que la gente viera que es serio lo que estaba haciendo, escribí cartas y las fui a dejar pidiendo ayuda económica, lamentablemente muchas personas no creen en esto y te dan la espalda, te cierran la puerta, inclusive hay medios de comunicación que no te paran bola, cuando tenía el video fui tres veces a tocarle la puerta a un tipo de un programa que supuestamente apoya el talento hondureño en un canal, que crees, nunca me paró bola y eso que somos de la misma ciudad y él se autodenomina embajador cultural, (sonríe)… ni modo, tenemos que seguir adelante”, puntaliza.

Alex Meza tiene 31 años, él amolda su propia historia trabajando con su voz y sus manos todos los días bajo 31 grados centígrados y el ambiente de las paradas de buses de la ciudad.

(Imagínenlo en un plano secuencia de cine, así como los de Quentin Tarantino, Spielberg o C. Nolan, un plano de esas famosas películas), En una parada, se sube a un bus, es un coster, anuncia la venta; “la pizza, la pizza, la pizza, vaya, vaya, calientita, a 25”, en el último asiento una chava levanta la mano, le pide tres slide, dos para llevar, el otro es historia en menos de tres mordidas, luego un niño mira a su mamá señalándole la caja de pizza con el dedito índice, ni modo, mamá saca el monedero y Alex otro slide, el niño toma el pedazo casi de la cajita, Alex sonríe con la mamá, el niño ya le pegó la primera mordida, está feliz. El bus está arrancando, pero en el tercer asiento de la izquierda un señor sintió el olor del peperoni y cayó rendido, Alex ya lo había visto de reojo, así que se acerca a él y hacen el negocio, Alex tiene que bajarse, porque si no se lo llevan, siete personas van paradas en el pasillo, Alex hace malabares con la caja de pizza y sale de la unidad en forma de calcomanía, de ladito, para no golpear a nadie, se baja a una cuadra de la parada de buses.

A veces no se puede entrar a los buses, pero la venta de pizza tiene que seguir, así que la ventanilla es el último recurso que Alex toma, tiene que hacer la rotonda al autobús a prisa, pues de vez en cuando uno que otro conductor va con las agujas mamadas y se estaciona nada más un par de minutos y arranca de la unidad, casi al mismo tiempo que la voz del ayudante cuando exclama “Dale perro, viene el 14 por La Lima….”

AZEM XELA planea grabar su próximo video, “estoy en planes de mi próximo material, sólo he de tener los recursos”. Nos dio curiosidad como decidió entrarle al negocio de las ventas de pizza en la ciudad, así que le preguntamos, “Pues fíjate que mi mamá tiene un negocio en la salida a la Ceiba, yo estudié hasta el bachillerato, saqué computación, miraba que los vendedores no les iban mal, así que un día un primo me dijo que me animara, le dije a una señora que me hiciera unas baleadas y me subí a un bus a venderlas. ¿Qué crees que pasó?…ahí comenzó la historia de las ventas.

Alex asegura que perder el miedo vendiendo lo condujo desde 2005 a los estudios de grabación, luego a los eventos, en un tiempo hacia freestyle con amigos, luego puso la visión en algo más, así que se lanzó con el primer video. Logró pagarlo haciendo malabares, pero lo hizo, de allí vino el segundo y ahora el tercero. “FUEGO” una producción digna, porque está muy profesional, nada que envidiarle a los denominados grandes del género urbano, AZEM XELA es un grande.

“Los que puedan ayudarme llámenme al 96529200, ocupo billete para hacer mi otra producción, si pueden apoyarme háganlo” comenta al aire el hondureño de piel blanca y ojos café.

Para esta cita a la radio, llegó puntual, traía el sudor en la frente y en la camiseta que andaba, dejó las pizzas con la moto en el parqueo y nos narró esta fabulosa historia que acaban de leer.