Guapinol es el ejemplo, Guapinol es la ruta

Las luchas por la defensa de los bienes comunes de la naturaleza siguen brotando desde las comunidades más humildes del país pese a la persecución, las amenazas, los hostigamientos, las acusaciones y los encarcelamientos. La gente en tierra adentro sabe que no se necesita ser letrado ni estudiado para darse cuenta que los bienes de la naturaleza representan la vida misma de está humanidad, una humanidad cada vez más indiferente con los asuntos importantes que las rodea.

La experiencia de judicialización, criminalización y encarcelamiento contra pobladores, líderes y lideresas comunitarias, celebradores de la palabra de Dios de la comunidad de Guapinol en Tocoa, Colón, es la muestra de que los dueños y operadores del extractivismo están dispuestos a todo. Pero la respuesta comunitaria de Guapinol y de otras comunidades del país, que sufren el mismo problema, también ha sido fuerte hasta lograr la libertad de los luchadores.

Por todas partes del país, en todos sus puntos cardinales hay lucha por el río, por el agua, por los bosques, por los territorios. Las comunidades mismas entienden que la defensa de sus bienes es la defensa misma de la existencia de un pueblo amenazado constantemente por el gran capital que en nombre del desarrollo busca acaparar los bienes comunes.

Los departamentos más activos en la lucha por conservar el agua, los bosques, los ríos y la tierra son aquellos departamentos cuyas comunidades y municipios saben que su conexión con la naturaleza pasa justamente por la vida misma. Y atentar contra esa naturaleza es atentar contra la dadora de vida, y las comunidades, en su cosmovisión, así lo entienden y así lo han vivido.

Las amenazas, las intimidaciones y las persecuciones han sido y serán siempre el ambiente que rodee a quienes intenten ir en contra de los intereses de las empresas transnacionales. Y Guapinol ha sido el gran ejemplo. Pero también es la ruta ha seguir porque se demostró que sólo unidos y articulados se puede desmontar todo el andamiaje “legal” que las transnacionales han montado con el apoyo de los políticos que se venden al mejor postor con tal de no perder los privilegios que les da el estar apegado a las estructuras de poder.

En Honduras reina la impunidad. Prevalece la ley de los más fuertes. La persecución y criminalización contra las personas que luchan por la defensa del territorio en nuestro país va en aumento. El país según la organización Global Witness es el más peligroso del mundo para hacer el trabajado de defensoría del territorio y los bienes naturales.

Queremos dar gracias a cada uno de los líderes, a las mujeres y los hombres indígenas de todos los pueblos que luchan sin cesar por un país distinto. Desde aquí queremos decirles gracias por esa lucha que realizan y animamos a no abandonar el acompañamiento a la denuncia de las injusticias sociales y los saqueos que las transnacionales, en contubernio con el gobierno, realizan de nuestros bienes comunes de la naturaleza. Guapinol es el ejemplo, Guapinol es la ruta.