Miles de peces muertos flotando sobre aguas, desolación y un penetrante aroma putrefacto son parte del panorama y ambiente en la laguna Los Micos, ubicada en el municipio de Tela, Atlántida. Algunos manifiestan que es parte del «ciclo natural», pero otras personas y organizaciones creen que es producto de las plantaciones y procesamiento de palma africana en la zona.

La laguna está separada del mar Caribe por una estrecha barra de arena blanca, formando una extensa playa. En esta área protegida es común observar aves marinas, tortugas e iguanas. Es una de las partes más pobladas por aves en la zona atlántica, que podrían estar en peligro debido a que su alimento son los peces de la laguna.

A la laguna Los Micos se puede acceder en lancha a través de sus senderos desde el poblado garífuna de Miami, a unos 40 minutos de la ciudad de Tela y por carretera. El equipo de Radio Progreso, lo hizo en vehículo por el sector de San Alejos, 15 kilómetros antes a la ciudad, carretera que conduce de El Progreso, Yoro, al antiguo puerto de Tela.

Del desvió de San Alejo recorrimos unos 13 kilómetros en carretera de tierra en medio de plantaciones de palma africana, a medio camino se encuentra la plata extractora de aceite de la empresa AGROTOR, desde donde se desprenden nubes de humo negro, en la cercanías de sus instalaciones están las lagunas de oxidación.

Desde el puente sobre el río San Alejo, se observa que de las instalaciones de la plata extractora salen corrientes de agua de color negro aceitoso que en minutos se va mesclando con el agua cristalina que baja por el caudal desde la cordillera nombre de Dios.

Mientas el equipo de Radio Progreso tomaba fotografías y videos en el lugar, un hombre con aspecto militar que se conducía en un carro Toyota 3.0 frenó de manera sorpresiva y preguntó: por qué andan haciendo ese trabajo. Al decirle que éramos periodistas hizo un gesto de disgusto y se marchó del lugar rumbo a las oficinas de la empresa.

Mortandad de peces

Después 20 minutos de recorrido en carretera de tierra, por fin llegamos a la comunidad el Marión, ubicada en las cercanías de la laguna Los Micos, allí logramos conversar con la población residente de la comunidad. En un pequeño cayuco, junto al alcalde auxiliar y varios pescadores nos adentramos en la contaminada laguna.

“A uno se le ruedan las lágrimas cuando mira todo esta cantidad de peces muertos”, indicó entre suspiros un veterano pescador mientras remaba el pequeño cayuco en que nos conducíamos. Esta masiva mortandad de peces nos mantiene preocupados como población de las comunidades que estamos ubicadas en las cercanías de la laguna”.

Agregó que están llenos de impotencia debido a la inoperancia de las autoridades centrales, quienes no han mostrado interés en encontrar las causas que han generado la contaminación. La pesca constituye la principal actividad socioeconómica que se desarrolla actualmente en este sistema lagunar, en un área de 44.93 Km2de de espejo de agua.

Datos de la Dirección General de Pesca, Dgipesca, indican que esta laguna da ocupación y sustento de manera directa a más de mil pescadores e indirectamente a más de tres mil personas de las comunidades: El Boquerón, Marión, Puerto Arturo, Los Cerritos, Las Tusas, Los Patos, Los Cocos, Quebrada Chiquita, Quebrada de Arena, y las comunidades garífunas Miami, Barra Vieja y San Juan, en Tela, Atlántida.

Entre las grandes hipótesis de la masiva muerte de peces está la constante contaminación que generan los cultivos y la planta procesadora de la palma africana de la empresa Agrícola Tornabé, S.A. (AGROTOR), mientras un mínimo número de personas dicen que la contaminación es provocada por un bejuco llamado Pate.

Después de navegar por más de una hora en la pequeña y artesana embarcación el equipo de Radio Progreso, constató que millares de peces muertos flotaban sobre las aguas de la laguna Los Micos. Mientras tanto sus orillas están cubiertas por un exuberante bosque de manglar y tropical húmedo desde donde se observaron los peces putrefactos.

Los daños a las diversas especies marinas son cuantiosos y la putrefacción se siente a más de dos kilómetros de la laguna, al llegar hasta el lugar la hediondez es insoportable.

Urge investigación

“Lo que está sucediendo en esta laguna que es parte del Parque Nacional Jeannette Kawas, debe ser una llamada de emergencia para la Fiscalía y demás instituciones, quienes deben desarrollar a la mayor brevedad una investigación integral para identificar la raíz del problema”, indicó el ambientalista e investigador Pedro Landa.

Agregó que tienen que realizarse análisis biológicos y químicos al agua y autopsias a algunos peces para ver las causas de su muerte. Pero además debe existir una alerta sanitaria porque se ha denunciado que se está comercializando con los peces que han muerto en la laguna y esto podría generar graves problemas en la salud de la población.

“El impacto se está viviendo desde hace cuatro años, sin embargo las autoridades no han puesto atención”, manifestó Javier Parhan, quien es un especializado buzo marino. “Los fertilizantes que utilizan para las plantaciones de palma africana son arrastrados por las corrientes de agua lluvia a los ríos para luego ser depositados a la laguna, esto genera exceso de nitrógeno creando algas microscópicas que se comen el oxígeno por lo que afecta a los peces”.

A renglón seguido dijo que ahora hay otros tipos de químicos que se pueden observar en el cambio de color del agua de la laguna. “Es tan fácil detectar lo que está pasando que solo basta con tomar muestras de agua, de lodillo de las orillas y del hígado de los peces muertos y en término de dos días se sabe de dónde proviene la contaminación, pero vemos que no le interesa a las autoridades”, indicó.

¿Investigación?

La semana anterior un equipo de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (Mi Ambiente), la Fundación Prolansate, autoridades municipales y otras instituciones visitaron la laguna y se llevaron muestras del agua para hacer las pruebas de laboratorio con el fin de “determinar” las causad del fenómeno.

Sin embargo buena parte de la población no confía en el trabajo que hacen las autoridades. “Hace cuatros años se suscitó una contaminación un poco menor que la actual, y fueron las mismas autoridades que desarrollaron la investigación, pero lo más insólito fue que nunca llegó el informe”, indicó un integrante del comité Interinstitucional de la ciudad de Tela.

Manifestó que pareciera que están protegiendo grandes intereses económicos por encima de la biodiversidad marina y el bienestar de las familias que viven de la pesca. En esa misma línea se manifestaron dirigentes de los patronatos de la zona, quienes creen el peligro de hacer las denuncias, porque podría existir vinculación directa entre autoridades y empresas que contaminan la Laguna.

“Cada vez que llueve y el río crece es aprovechado por la empresa AGROTOR para hacer las mayores descargas de agua con químicos al río San Alejo, y eso lo saben las autoridades pero no hacen nada”, dijo un joven pescador.

Por su parte una señora que vive en la aldea Marión manifestó que “nosotros no tenemos agua potable por tanto tenemos que ir a bañarnos al río, pero cuando han derramado el agua de la fábrica nos queda la piel roja, nos pega rasquiña y muchos niños botan el pelo”.

Otro señor de aproximadamente 65 años de edad, dijo que lo que ellos dicen no son inventos, “esto es lo que estamos viviendo desde hace muchos años y nadie hace nada por nosotros. ¿Será que vale más el dinero que nosotros los pobres?, se preguntó.

Crisis alimentaria

Actualmente unos mil 200 pescadores viven de la pesca en la Laguna Los Micos, según datos de la Dirección General de Pesca y Acuicultura (DIGEPESCA), sin embargo de manera indirecta son miles de personas que sobreviven de la comercialización del marisco.

“Con esta contaminación y muerte de peces tenemos que programar una veda de pesca por un periodo mínimo de 4 meses para poder recuperar la laguna”, indicó Blas Lujan, inspector de DIGEPESCA.

Esta noticia ha caído como balde de agua fría a las familias que viven de la pesca, ya que es el sustento único para las comunidades. ¿De qué vamos a vivir todo este tiempo?, ¿Quién nos va a mantener? Fueron las preguntas sin respuestas que se hacían decenas de pescadores en la comunidad el Marión.

En esta empobrecida comunidad que no cuenta con servicios básicos habitan 86 familias que viven de la pesca. A la orilla del río San Alejo, se ven las pequeñas canoas aparcadas todo el día, mientras en las humildes viviendas las atarrayas permanecen colgadas porque no hay pesca.

“Por ahorita estamos comiendo porque vamos a la laguna atraer pescado del que ha muerto recientemente, pero después que se termine todo esto no vamos a tener opción y no sabemos de qué vamos a vivir en los meses que esté prohibida la pesca”, indicó un veterano pescador.

Mientras los pescadores platicaban desde una pequeña pila, una señora de aproximadamente 50 años de edad, mientras raleaba unos peces, dijo “el Gobierno tiene que ayudarnos porque no vamos a tener comida. La bolsa solidaria a cambio de trabajo comunitario sería una buena opción”.

“Tienen que buscarle una solución para que nuestra laguna no se vuelva a contaminar. Porque cuando está la pesca buena nos ganamos unos 300 o 400 Lempiras al día, con lo que sobrevivimos. Ojalá el Gobierno investigue de manera eficaz y sancione a los responsables de este crimen que están cometido”, concluyó.