Después de casi 7 años de estar privado de libertad, la justicia al fin llegó para el campesino José Isabel “Chabelo” Morales. A las 2:30 de la tarde del miércoles  21 de octubre la terna de jueces compuesta por el abogado Felipe Speer, presidente del Tribunal, la abogada Waldina Padilla, y el abogado Carlos Sabillón emitieron el fallo en el que declaraban sentencia absolutoria para el luchador agrario.

Rodeado de sus familiares, amistades y compañeros del Movimiento Campesino del Aguán (MCA), con lágrimas en sus ojos Chabelo agradeció a todas las personas y organizaciones que lo acompañaron durante el proceso. “Quiero agradecerles a todos y a todas porque  estuvieron a mi lado, hoy sí hubo jueces que se pararon en la realidad y no creyeron en falsos testimonios, me llena mucho de alegría el saber que al fin estoy libre” expresó el campesino.

José Isabel Morales fue acusado por el asesinato de Carlos Manrique Osorto, sobrino del Comisionado de la Policía Nacional, Henry Osorto, hecho que ocurrió el 3 de agosto del año 2008 en la comunidad de Marañones, en Trujillo, departamento de Colón.

Inicialmente Chabelo fue acusado por diez asesinatos, tentativa de asesinato y un homicidio, robo agravado e incendio agravado, y en ninguno de esos delitos el Ministerio Público tuvo pruebas en su contra.

A tres juicios y siete años en prisión tuvo que ser sometido, para que la justicia hondureña reconociera su inocencia de los hechos que se le imputaban.

Para su defensor, el abogado Omar Menjivar Rosales, el fallo emitido por los jueces era esperado desde  el primer juicio, porque el Ministerio Público nunca pudo probar los delitos por los que se le acusaba.

La abogada Sarah Aguilar, defensora del campesino, expresó que es una pena que el Ministerio Público y las entidades investigativas no fueron capaces de realizar una investigación fuera de cualquier sesgo, pues desde un primer momento acomodaron las investigaciones para acusar al campesino, aseguró que el caso de “Chabelo” deja en evidencia que el sistema de justicia hondureño es incapaz de brindar seguridad y realizar una investigación objetiva, situación que expone a la población hondureña en una difícil situación.

Acompañamiento

Desde la primera semana del tercer juicio contra Chabelo, hasta el Tribunal de Sentencia de Trujillo, Colón, llegaban todos los días, sus amigos y compañeros de la comunidad Guadalupe Carney para mostrar su solidaridad y acompañamiento a su compañero de lucha.

En bicicletas, pailas de carros, llegaron todos los días, con la esperanza que Chabelo, pronto recibiría la noticia de gozar de plena libertad.

Al conocer el fallo dado por los jueces, la emoción, los llantos alegría se apoderaron de aquellas decenas de humildes campesinos y campesinas  que durante muchos años acompañaron el proceso de búsqueda de justicia para su compañero y amigo.

Las dos mujeres más importantes en la vida de Chabelo, Doña Ramona López, su madre y Juana Cortes, su esposa manifestaron su satisfacción con el fallo emitido por los jueces.

Testigos de la Fiscalía ausentes en el tercer juicio

El Comisionado Henry Osorto Canales, no compareció a la fecha y hora señalada para su declaración testifical en el proceso. El Fiscal del Ministerio Público, manifestó en varias ocasiones que el Señor Henry Osorto, no tenía intenciones de acudir al estrado judicial, manifestando que tenía temor de trasladarse a la ciudad de Trujillo. Circunstancia que también, acontecía con el testigo protegido identificado con la clave A2.

La defensa de “Chabelo”, entiende que los testigos Henry Osorto y el A2, tenían calidad de víctimas y que conforme al artículo 16  numeral 3 del Código Procesal Penal, el ser escuchados en juicio es más un derecho que una obligación, puesto que es esta la tercera vez que se celebra el juicio, por consiguiente podría ser que ellos se sintieran revictimizados.

Además el Ministerio Público renunció a tres testigos protegidos, en vista que uno de ellos fue apresado por la comisión de un delito, se fugó del centro donde se encontraba recluido y posteriormente huyó del país y otro de los testigos, al intentar ser localizado por el nombre proporcionado por el MP al Poder Judicial, resultó que no fue localizado en la dirección establecida, puesto que manifestaron que está persona no existe o no vive. Y en cuanto al tercer testigo no hubo forma de ser localizado.

Observadores Internacionales 

En la primera semana de desarrollo del juicio, se contó con la presencia de tres juristas internacionales, Henry Monroy (guatemalteco) en representación de la RED IBEROAMERICANA DE JUECES, Samantha Colli (mexicana), representando al Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Yessika Hoyos (colombiana), en representación de COLECTIVO DE ABOGADOS JOSÉ ALVEAR, y Ramón Enrique Barrios Maldonado (hondureño) en representación de la  ASOCIACIÓN DE JUECES POR LA DEMOCRACIA.

Para el Doctor Henrry Monroy, el fallo emitido por el Tribunal de Sentencia de Trujillo, es el resultado sin duda, de la inocencia de José Isabel y según pudo observar el tenaz apoyo de decenas de personas nacionales e internacionales que convencidos de la inocencia de José Isabel se dieron a la tarea de acompañarlo solidariamente.

Felicita a José Isabel Morales y su familia, por esta decisión judicial que está cargada de muchas emociones. Extiendo la felicitación para el equipo de la defensa por su profesionalismo y compromiso solidario.

Agrega, “esta decisión judicial invita a la reflexión a todos los operadores de justicia Honduras, para hacer una aplicación de la ley interpretándola correctamente en la interminable búsqueda del bien común; mi reconocimiento al Tribunal que rindió la decisión que motiva este mensaje”.

Además, enfatiza que “el Estado hondureño está recibiendo una seria llamada de atención en el sentido de abstenerse de continuar con la persecución y criminalización de la protesta social, más bien, debe honrar sus compromisos legales internacionales, respetando y buscando solución a la demanda social que reclama condiciones de vida digna para las hondureñas y hondureños”. Finalizó expresando su saludo y admiración a ERIC por su compromiso y trabajo en defensa y protección de los Derechos Humanos en Honduras.

LEA COMUNICADO DE JURISTAS INTERNACIONALES aquí

Criminalización de la lucha agraria

El caso de José Isabel Morales, es un símbolo de las decenas de miles de personas que en Honduras son excluidas. Su vida revela la de muchas otras personas que en nuestro país sufren las consecuencias de la discriminación y exclusión, donde se instrumentaliza el sistema de justicia para condenar la lucha agraria. Se estima que alrededor de 5 mil campesinos hondureños enfrentan procesos legales, de los cuales 815 son mujeres y 11 de ellos guardan prisión, en su lucha por la tierra. Agudizando, después del Golpe de  Estado del año 2009.

Irma Lemus, del observatorio de derechos humanos en el Aguan, expresó que el trabajo que ahora queda a las organizaciones y  amigos es garantizar la seguridad de Chabelo y toda su familia, ese es el nuevo reto que nos queda señaló la defensora de derechos humanos.

Los años perdidos no se recuperan

El sistema de justicia hondureño condenó a Morales en dos ocasiones  por un delito que no cometió. Tras dos años y medio de estar preso sin una sentencia firme y luego después de la repetición del juicio. En este tercer juicio quedó evidenciada su inocencia lo que pone en entrevisto la mala administración de justicia.

Morales estuvo preso casi 7 años, en ese tiempo perdió un ojo mientras hacía limpieza en el centro penal, también perdió a su padre y a su hija quienes murieron y él no pudo siquiera asistir a sus entierros.

La familia de Morales sufrió durante todo este tiempo el miedo de que en el centro penal fuera asesinado. Chabelo vivía en constante nerviosismo ya que se permanecía en permanente amenaza contra su vida que venía de quienes lo querían preso.

Ahora en libertad, Morales continúa en peligro. La masacre del Silín sigue sin esclarecerse y la situación agraria sigue siendo conflictiva en la zona del Aguán. Los abogados defensores y organizaciones que acompañaron a Morales podrían presentar su caso ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos para garantizar su seguridad y que la justicia sea completa, que se pueda resarcir el daño ocasionado contra él y su familia, aunque los años perdidos en la cárcel no los pueda recuperar.