“Bienvenidos a Indura”, fueron las palabras del empresario y presidente del Consejo Empresarial de América Latina, Ceal, para dar inicio al primer encuentro de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo norte de Centroamérica.

El evento que reunió a Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala, Oscar Ortiz, vicepresidente de El Salvador, Juan Orlando Hernández, mandatario de Honduras y a todo el sector empresarial de la región, se desarrolló en el lujoso complejo turístico Indura Beach Resort, del municipio de Tela, Atlántida.

¿Y el origen? 

El encuentro es el primero de los muchos que se harán en el marco de la Alianza para la Prosperidad, propuesta que nació en el mes de noviembre del año 2014, cuando Estados Unidos alertó sobre la cantidad de menores centroamericanos que estaban llegando a frontera. “En el mes de noviembre el  sector privado de Centroamérica nos juntamos en Washington, DC con el vicepresidente estadounidense Joe Biden, con quien definimos una solución a mediano y largo plazo para impulsar el desarrollo económico y social de nuestros países y de esa manera mejorar la calidad de vida de los centroamericanos”, dijo el banquero Atala.

El presidente de la Ceal comparó la Alianza para la Prosperidad como el programa impulsado por el ex presidente  Jhon F. Kennedy en los años 60, Alianza para el Progreso, pero ahora la unión del sector empresarial y los países de Centroamérica y Estados Unidos ya no es para atacar el comunismo, sino para contener cualquier expresión que esté fuera del “orden establecido” por estos mismos grupos.

Camilo Atala señaló que los 4 pilares que sacarán adelante la propuesta son: promoción de la inversión, la integración económica, el desarrollo capital humano y el fortalecimiento de las instituciones del Estado. “Los empresarios debemos, tenemos que convertirnos en los aliados de los gobiernos y la comunidad internacional para lograr este ambicioso proyecto”, concluyó diciendo en su comparecencia el empresario.

Para Úrsula Roldán, coordinadora de la Unidad de Investigación de Migraciones de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, este no ha sido el enfoque de la política de Estados Unidos hacia los latinoamericanos, y en especial para los centroamericanos. “La historia nos dice que los proyectos de mayor democratización de nuestra sociedad y mayor distribución de la riqueza no han sido la prioridad” expresó Roldán.

La especialista señaló que la Alianza nació del seno del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, tras una supuesta discusión con los gobiernos centroamericanos. La propuesta ya está en manos del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden y se espera su discusión en el Congreso de los Estados Unidos para la aprobación de fondos.

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Programa 3 x 3 

En representación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID participó en el encuentro Gina Montiel del Departamento de Países de Centroamérica, México, Panamá y República Dominicana. En su discurso mencionó la necesidad de invertir en el capital humano como la clave del éxito para la región. Además que el Estado garantice seguridad y justicia.

“La Alianza es un reto grande, por eso requiere de un programa 3 X 3, los tres países que unen acciones y su liderazgo para avanzar conjuntamente. Pero requieren de 3 actores fundamentales: el primero, un  gobierno con voluntad clara y soberana, el segundo es el sector privado que se convierte en el motor que impulsa y sigue esa línea y complementa el diseño del sector público para aumentar el crecimiento, y en tercer lugar los socios del desarrollo que son todos los países e instituciones que apoyan el financiamiento para promover el desarrollo”, dijo Montiel.

Unión aduanera 

En el marco de este encuentro se firmó el acuerdo Unión Aduanera entre Guatemala y Honduras, el cual deberá entrar en vigencia el 1 de diciembre del presente año. El acuerdo marco fue suscrito por los cancilleres Carlos Raúl Morales Moscoso de Guatemala y Arturo Corrales de Honduras. Igualmente suscribieron el documento el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina y el mandatario hondureño Juan Orlando Hernández.

“Este Acuerdo traerá el paso libre de personas y mercancías en Honduras y Guatemala, y esperamos que tres meses después lo podamos estar haciendo con El Salvador. Es momentos de comenzar analizar como región, cómo crecer nuestras economías, cómo lograr combatir la pobreza, cómo desarrollar el área rural a través de intercambios comerciales para lograr la prosperidad de nuestros países”, dijo el presidente de Guatemala Otto Pérez Molina.

Sobre este acuerdo el presidente de Honduras Juan Orlando Hernández dijo que es el primer paso para las relaciones comerciales en la región. El mandatario agregó que los tres presidentes se han propuesto trabajar juntos en cuatro grandes ejes: oportunidad económica, seguridad ciudadana, desarrollo social e institucionalidad democrática.

Aprovechar los tratados comerciales será el primer motor de esta alianza entre los titulares del Triángulo Norte de Centroamérica. Este encuentro con la empresa privada es únicamente el primero de muchos espacios que habrá para dialogar sobre la Alianza para la Prosperidad con todo el pueblo del Triángulo Norte, prometió el mandatario hondureño.

El Plan plantea apoyo a las inversiones privadas, muchas de ellas vinculadas con la ampliación del sector eléctrico y con corredores de infraestructura que contribuirán a que nuestros países se conviertan en una plataforma para la movilización de mercancías. Además, dichas inversiones propiciarán la convergencia de capitales nacionales y transnacionales para la profundización del modelo extractivista, el cual ya ha dado muestras de ir en detrimento de las fuentes de vida de las poblaciones de los territorios afectados. Vemos muy difícil que dichos proyectos beneficien las pequeñas economías y las condiciones sociales de las zonas campesinas, rurales, y urbano-marginales, que son las que más originan población migrante, dijo la Red Jesuita con Migrantes, RJM, a propósito del primer encuentro alianza para la prosperidad del triángulo norte.

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Gran parte de su discurso Juan Orlando Hernández lo destinó a hablar sobre los beneficios de la instalación de las Zonas Especiales de Desarrollo y Empleo, ZEDES, asegurando que son el modelo a seguir para competir con Asia y todo el mundo.

“El golfo de Fonseca en Honduras instalaremos la primera ZEDES, y esperamos que sea el origen de una serie de oportunidades para los pueblos. Éstas tendrán su propio sistema de justicia, con el que esperamos que se logre generar oportunidades para las comunidades de la región.

Los analistas críticos de este modelo afirman que la enajenación de trozos del territorio de nuestro país para ponerlos al servicio de transnacionales y de países ricos del planeta, significa que la desigualdad y la exclusión que caracteriza a nuestra sociedad se radicalizará, y se ensanchará tanto la brecha y diferenciación entre quienes habiten en las ciudades modelos y quienes habiten en el resto del territorio que, en lugar de disminuir la actual conflictividad social, se agudizará la polarización política, la violencia social y la delincuencia.

Existe coincidencia entre los analistas no oficialistas: una Ciudad Modelo sobre el territorio de un país con una sociedad económica, social y políticamente fracasada, en lugar de contribuir a reducir la inequidad y la brecha de desigualdades, ahondará los desequilibrios hasta extremos insostenibles. Así como la lógica de profesionales exitosos en sociedades fracasadas es inviable, tampoco se pueden sostener Ciudades Modelo en sociedades fracasadas, sin pagar un altísimo costo humano y social. Las Ciudades Modelo son una opción elitista nacida de la lógica del capital, que ya ha provocado polarización y exclusión social en Honduras, un clima vital que genera ingobernabilidad, convulsión, violencia y confrontación social.

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Al finalizar el encuentro los mandatarios acordaron continuar reuniéndose para seguir afinando los lineamientos de la Alianza para la Prosperidad del triángulo norte.