Cuatro estudiantes asesinados, varios heridos y otros cuatro desaparecidos ha sido el recuento de una jornada de manifestaciones estudiantiles que se dieron esta semana en Honduras. Uno de los hechos que ha indignado a la población es que una de las estudiantes asesinadas apenas tenía 13 años de edad y había manifestado su descontento por la falta de mobiliario en su instituto, el Central Vicente Cáceres. Organizaciones como Casa Alianza en Honduras han condenado estos asesinatos y los vinculan con una política represiva del Estado en contra de la juventud.

Estudiantes de varios colegios públicos en Tegucigalpa,  durante dos semanas han realizado jornadas de manifestación en contra del nuevo horario de clases decretado por el ministro de Educación Marlon Escoto. Las y los estudiantes, que rechazan la nueva medida por los altos niveles de criminalidad en Honduras y que además exigen la mejora de la infraestructura escolar, han sido reprimidos con bombas de gas lacrimógeno, golpes y detenciones  por parte de elementos de la Policía Nacional.

“Cuando ellos empezaron a sacar el equipo antimotines nosotros le dijimos que era en paz, en paz y ellos llegaron, se acercaron demasiado a donde nosotros teníamos nuestra protesta; quemamos una llanta para que no se acercaran y empezaron a lanzar bombas lacrimógenas”, decía una estudiante del Central Vicente Cáceres, al momento en el que los policías decidieron parar la represión contra los más de 100 alumnos y alumnas.

Ese mismo día, 15 de marzo, dos jóvenes de dicho instituto resultaron heridos de bala, uno en el abdomen y el otro en el glúteo; un oficial de policía, quien se identificó como Turcios, que estuvo a cargo del operativo aseguró que los estudiantes, ingresados a la emergencia del Hospital Escuela Universitario, fueron heridos con el arma de un guardia de seguridad privada.

“Nosotros no hemos hecho uso de las armas de fuego, nosotros no hemos hecho uso de nuestras armas, usted mira que estamos replegando, vea la represión de que somos objeto”, declaraba vagamente el oficial Turcios.

A falta de bombas de gas lacrimógeno y después de arrestar a varios jóvenes, los policías determinaron parar la represión de esa tarde de lunes.

Horas después de la represión en el Instituto Central Vicente Cáceres, el ministro de educación, Marlon Escoto, emitía un comunicado en el que pide a la población estudiantil presentar sus propuestas por escrito para atender de forma diferenciada la ampliación de los horarios clase.

Represión en UNAH

La mañana del miércoles 25 de marzo, los alumnos de los institutos Técnico Honduras,  Jesús Aguilar Paz, Hibueras, Técnico en Administración de Empresas y la Normal Mixta Pedro Nufio se tomaron el bulevar Suyapa, frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras –UNAH-, una vez más fueron reprimidos.

Los policías antimotines y militares  ingresaron hasta las instalaciones de Ciudad Universitaria para reprimir al grupo de jóvenes, que se refugiaron en dicho lugar, con una lluvia de gas lacrimógeno.

La manifestación era diferente, porque no solo exigían derogar la nueva ley de la Secretaría de Educación, demandaban justicia  por el asesinato de dos dirigentes estudiantiles del Instituto Jesús Aguilar Paz y una alumna del primer curso de ciclo común en el Instituto Central Vicente Cáceres.

Elvin García López y Darwin Josué Martínez Hernández, que estudiaban en la jornada nocturna, mientras conversaban, a inmediaciones del Instituto Jesús Aguilar Paz, fueron acribillados por sicarios.

Dentro de un saco blanco y con signos de estrangulamiento, de acuerdo a las declaraciones de Medicina Forense, fue encontrado el cuerpo de Soad Nicole Ham Bustillo, de 13 años, en las cercanías del Instituto Central.

“La comunidad estudiantil estamos de luto. Estamos demostrándole al gobierno que con los estudiantes nadie se tiene que meter, porque si nos mataron a los estudiantes ¿qué nos pasará como dirigentes?”, expresa Obed García del Instituto Mixto Hibueras, con la voz entrecortada, al recordar a sus “compañeros de lucha”.

Obed demanda del gobierno de Juan Orlando Hernández y su ministro de educación “seguridad en los institutos, en las calles y no represión”.

“Un oficial de la Policía Nacional me dijo que a mí no me iban a buscar en una posta sino que me iban a buscar en un cerro, directamente eso es una amenaza a muerte. Entonces yo no le tengo miedo a la muerte, pero no es lo que queremos, aquí en este país ya no queremos más muertes, solo por el derecho que nosotros nos hacemos valer como estudiantes”, denunció el dirigente estudiantil.

Miembros del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos –CIPRODEH- sirvieron de mediadores y lograron que los policías se alejaran para que los alumnos salieran de las instalaciones de la UNAH: “más allá de una cosa contundente, que los estudiantes puedan retirarse del centro educativo sin ninguna persecución y ningún requerimiento de parte de la Policía”, explicaba Dennis Muñoz del CIPRODEH.

El comité por la Libre Expresión –C-LIBRE-, emitió una alerta en la que destaca que Cuatro estudiantes del Instituto Héctor Pineda Ugarte -HPU- desaparecieron después de participar en una protesta frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

“Son cuatro compañeros del HPU que estaban ayer en la lucha cuando nos estaban reprimiendo en la UNAH, se suponía que estaban en la posta de Valle de Ángeles, se movilizaron y la posta estaba cerrada. La luz del fondo estaba encendida, tocamos, tocamos y nada que nos abrieron, no sabemos su paradero no han llegado a su casa a dormir y viendo la situación en que estamos, son compañeros que han estado al frente de la lucha, han dado su cara”, se detalló en la alerta.

Exigen que el Congreso Nacional interpele al ministro de educación

La tarde del jueves 26 de marzo estudiantes de diferentes carreras de la UNAH realizaron una manifestación para repudiar los actos de represión y el asesinato de Elvin, Darwin y Soad. No hubo represión, pero sí una fuerte militarización en los accesos a Casa Presidencial.

José Luis Somoza, estudiante de último de sociología, comenta que se solidarizan con los jóvenes de educación media porque “están siendo asesinados por reclamar un derecho; porque creen que el derecho a la educación es un derecho humano y que se deber de respetar y garantizarse, y en el país actualmente no se nos garantiza a ninguno de los niveles, solo se nos garantiza represión y desaparición”.

En la manifestación, que inició frente a la Universidad Nacional Pedagógica Francisco Morazán y finalizó en las cercanías de Casa Presidencial, los estudiantes y las estudiantes pidieron la pronta interpelación en el Congreso Nacional de Marlon Escoto, ministro de educación, ante la “falta de un diálogo y consensos” para la implementación del nuevo horario de clases.

“Como estudiante y como mujer exijo al Frente Nacional de Resistencia Popular –FNRP- retome el camino de la movilización nacional, porque si no nos van a matar a todos y todas. También exijo a la bancada de oposición que interpele al ministro Marlon Escoto, para exigir su renuncia”, manifestó Kelly Núñez, estudiante universitaria e integrante del Partido Socialista de los Trabajadores –PST-.

La jornada de manifestaciones culminó con los discursos estudiantes de varios estudiantes de los diferentes centros estudiantiles, los que también exigen la renuncia del titular de educación.

Marlon Escoto se ha limitado  emitir comunicados de prensa y a expresar que las protestas estudiantiles son impulsadas por el Partido Libertad y Refundación -Libre, dirigentes magisteriales, docentes y organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos.