En las últimas semanas hemos visto al presidente Juan Orlando Hernández visitar países en busca de respaldo político y financiero para sostener un gobierno que no goza de la legitimidad interna y muchos menos de la legitimidad internacional.

“Nuestro país es fundamentalmente conocido como un Estado violador de los Derechos Humanos, y por, obviamente, ser uno de los países catalogados como los más violentos del planeta” reveló el sacerdote jesuita Ismael Moreno, director de Radio Progreso y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric.

El Padre Melo fue, recientemente, reconocido por la Fundación Raftoque le entregó en Noruega el prestigioso premio Rafto 2015 por la defensa de la libertad de expresión en unos de los países más violentos del mundo.

“El gobierno es poco conocido, y cuando se habla de él, normalmente se le identifica como un gobierno no solamente débil, sino también con muy poca capacidad para hacer propuestas que puedan sacar adelante la situación del país” según el padre Melo.

Radio Progreso (RP) dialogó con el sacerdote jesuita Ismael Moreno (IM) sobre cómo la comunidad internacional está viendo, analizando y tomando decisiones por la realidad que enfrenta nuestro país.

RP. ¿Cómo recibió el premio Rafto 2015 por los Derechos Humanos?

IM. Bien saben que este es un reconocimiento por la labor de nuestros equipos tanto de prensa como de la comunicación en general, como también de todo el trabajo que se realiza en las comunidades, en la formación, por lo tanto esto se convierte en una oportunidad para que podamos fortalecer nuestro compromiso con la sociedad hondureña desde la defensa de los Derechos Humanos pero también desde la libertad de expresión.

RP. ¿Qué significa Honduras para la comunidad internacional?

IM. Ante todo, Honduras es un país notablemente desconocido a nivel internacional. Algunos incluso llegan a calificarlo algo como, en plan de incluso de humor, pero un humor crítico, nos llegan a calificar como un país etcétera.

RP. Y de lo poco se conoce, ¿a qué se debe?

IM. Nuestro país es fundamentalmente conocido como un Estado violador de los Derechos Humanos, y por, obviamente, ser uno de los países catalogados como los más violentos del planeta. Si además en ese momento usted dice que viene del Valle de Sula, inmediatamente preguntan por San Pedro Sula porque es considerada, en muchos de los círculos, aunque poco se conozca de Honduras, pero identifican a San Pedro Sula como la ciudad de mayores niveles de violencia en todo el mundo.

RP. ¿Cómo se ve al gobierno de Juan Orlando Hernández?

IM. El gobierno es poco conocido, y cuando se habla de él, normalmente se le identifica como un gobierno no solamente débil, sino también con muy poca capacidad para hacer propuestas que puedan sacar adelante la situación del país.

RP. ¿Pero el gobierno nos vende un sinnúmero de logros que lo hacen ver como un gobierno muy bien situado internacionalmente?

IM. El gobierno tiene una gran inversión en la publicidad de los medios. Pero para diversos sectores de la prensa, diversos sectores sociales e incluso algunos sectores políticos, el gobierno hondureño tiene muy poco reconocimiento, y está vinculado a violación de derechos humanos y a la poca capacidad para contribuya a que se le dé seguimiento e investigación a los diversos hechos de violencia y corrupción que implica a sectores e instituciones del Estado hondureño.

RP. ¿Cómo se explica las giras del presidente?, hace poco en Alemania, Israel y Estados Unidos.

IM. Anda en busca de reconocimiento. Todos estos programas organizados para las salidas internacionales del presidente no obedecen tanto a invitaciones cuyas iniciativas tienen su origen en los gobiernos sino que más bien responde a un programa agresivo por parte del gobierno y la cancillería para lograr acercamientos a gobiernos con el fin, ya no solo tener reconocimiento político, sino contar con respaldo económico.

RP. ¿Por qué Honduras tiene mayor aceptación en Estados Unidos y no tanto en Europa?

IM. Hay un reconocimiento por la capacidad que encuentran las diversas instancias del gobierno de los Estados Unidos para impulsar su política de seguridad en Centroamérica, y particularmente en Honduras. La capacidad que encuentran de respaldo de algún incondicional, o para decirlo de una manera más drástica, un tipo de respaldo servil por parte del gobierno y de las autoridades hondureñas.

RP. ¿Aquí caben las capturas y extradiciones de personajes vinculados a actuaciones fuera de la ley?

IM. Desde mi punto de vista es allí donde se sitúan todo el tema de las capturas, de las extradiciones porque el gobierno de los Estados Unidos prioriza su política de seguridad. Al encontrar un gobierno dócil que le respalda, entonces el territorio hondureño y la realidad de Honduras en general, le resulta un terreno fácil para operar, prácticamente como una extensión del territorio de los Estados Unidos.

RP. ¿Quién respalda a Juan Orlando Hernández en su diálogo?

IM. Cuenta con el respaldo de una instancia internacional como lo es la OEA (Organización de Estados Americanos). La OEA se ofreció para ser facilitador del diálogo originado en los salones de Casa Presidencial. Finalmente se ha propuesto este instrumento llamado la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, MACCIH. Es una instancia que tiene elementos interesantes pero que tiene un mal de origen.

RP. ¿Cuál es ese mal de origen?

IM. Reside en un arreglo entre la instancia internacional llamada OEA y el gobierno que preside Juan Orlando Hernández que es el que ha provocado las mayores manifestaciones en Honduras en los últimos años. Por lo tanto ese instrumento está condenado al fracaso absoluto porque no toca la demanda fundamental que es que haya una investigación que incluya especialmente al equipo de gobierno incluyendo al propio presidente de la República.

RP. Usted ha sostenidos reuniones con funcionarios de Naciones Unidas, ¿qué le han dicho?

IM. Cuando estuvimos sentados conversando sobre la realidad de Honduras, la valoración que yo recojo de esto es que la ONU está observado de lejos, e incluso está observando con escepticismo el proceso. Incluso hice la pregunta ¿ustedes están observando el proceso que conduce la OEA en esta relación con el gobierno hondureño?, fueron tajantes en decirme que nosotros no formamos parte de ese proceso, estamos observando de lejos.

RP. ¿Cómo se interpreta?

IM. Eso significa que estas instancias multilaterales como la ONU y la OEA tienen una diferencia, y esa diferencia en el caso hondureño en esta actual coyuntura, estriba en que la OEA ha establecido una alianza fundamental con el gobierno de Honduras en el marco de este diálogo solamente con el bloque oficial, mientras que la ONU es una instancia que se mantiene a distancia y creo yo que la instancia a la que nosotros deberíamos llamar, deberíamos insistir para que en un momento determinado pueda tomar iniciativa juntos con diversos sectores o escuchando diversos sectores de la sociedad hondureña que no sean solo los sectores oficialistas para retomar una propuesta una vez que se caigan las máscaras del instrumento que propone la OEA.

RP. ¿Cuál es el país que vende a la comunidad internacional el gobierno de Honduras?

IM. El equipo de Juan Orlando Hernández está muy interesado en vender un Estado, un gobierno y un país que avanza en el respeto a los Derechos Humanos. Un Estado y un gobierno que está muy preocupado porque haya transparencia en el uso de los fondos públicos, y un Estado y un gobierno que quiere presentarse a la comunidad internacional como muy interesado en que aquí funcione la institucionalidad responsable de aplicar justicia, ese es el país que trata de vender.

RP. ¿Por qué lo hace?

IM. Porque el equipo de gobierno está interesado en que la comunidad internacional siga dando un aval político pero también pueda dar un respaldo financiero para los programas internos que tienen que ver con la inclusión social que son los programas que dirige personalmente el presidente de la República desde casa presidencial.

RP. ¿Cuál es su mensaje para la comunidad internacional?

IM. Confiamos en que este tipo de nuevas relaciones con la comunidad internacional nos permita abrir nuevos caminos para descubrir esa ruta que necesitamos para romper con los procesos de impunidad y de violencia imperante en la sociedad hondureña.