Miércoles 03, Enero 2024  

Reflexiones para después de la parranda

La bullaranga comercial nos distrajo. La publicidad penetró una vez más al fondo de nuestros corazones. Imposible pasar de largo ante el poder de la propaganda comercial. Nos volvimos ciegos ante el futuro incierto que se viene encima justo cuando todavía queda la resaca de la fiesta y cuando sigue fresco el olor inconfundible del tamal.

No está de más aprovechar la fuerza con la que el mes de enero nos arroja a la cruda e hiriente realidad para revisar nuestra conducta y recoger lecciones para el caminar en este nuevo año.

Algunas cosas nos van quedando claras. Mientras nos dejemos llevar por la propaganda comercial, menos dueños seremos de nuestras propias decisiones. Y más ciegos seremos ante la realidad que nos rodea y nos desafía. El comercio aprovecha nuestras tradiciones y nuestros sentimientos para movilizar el dinero y devolverlo a las cuentas bancarias de quienes tienen el control del capital y del comercio. Ya pasó la navidad, ya pasó el final de un año. ¿Y a dónde fue a parar el dinero del aguinaldo y el dinero que recibimos de familiares que tenemos en Estados Unidos o España?

Es conveniente quedarnos con los siguientes consejos: la propaganda comercial siempre será mala consejera, aunque siempre se exprese con bonitas frases o nos chantajee recurriendo a nuestros sentimientos más profundos. Las decisiones sobre lo que hemos de hacer con el dinero que ganamos no deben estar determinadas jamás por la publicidad del comercio, porque siempre saldremos perdiendo. Las decisiones deben tener de base nuestras propias realidades económicas y familiares.

No olvidemos que muchas fiestas nos esperan por delante en el calendario del año. ¿Seguiremos acaso la decisión consumista que nos impone la publicidad y el comercio? ¿Es la compra de regalos o de artículos ofrecidos por el comercio lo que nos hace disfrutar una festividad?

¿Es con regalos comprados en el comercio la manera que expresaremos nuestro cariño a nuestros seres querido o a nuestros compañeros y compañeras de trabajo? He aquí nuestra recomendación: hemos de organizar nuestra vida y nuestros pocos recursos de acuerdo a nuestras necesidades primordiales, y no por necesidades adornadas por la publicidad. Así seremos hombres y mujeres dueños de nuestras propias decisiones y de nuestro propio destino.