“Los responsables del asesinato de Isis Obed Murillo continúan impunes” “Era el momento de reivindicar a Honduras. De hacer justicia para mi hijo y todas las víctimas del golpe”. Con gran desilusión, David Murillo, padre de Isis Obed, recibió la decisión de arresto domiciliario para el general en condición de retiro Romeo Vásquez Velásquez y otros dos militares acusados de permitir la represión en las movilizaciones del golpe de Estado, lo que provocó el asesinato de Isis Murillo, la primera víctima de este contexto, y las heridas de Alex Roberto Zavala.

Tras la audiencia inicial, se dictó el auto de formal procesamiento con medidas cautelares sustitutivas de prisión contra los exjerarcas de las Fuerzas Armadas de Honduras Romeo Vásquez Velásquez, Venancio Cervantes y Carlos Roberto Puerto, acusados de permitir el uso desproporcionado de la fuerza en el contexto de una protesta realizada el 5 de julio de 2009 en las inmediaciones del Aeropuerto Toncontín en Tegucigalpa.

En entrevista con Radio Progreso, don David Murillo confesó la decepción y desilusión que le provocó esta decisión judicial, pues, como familia, llevan más de 15 años pidiendo justicia. Sin embargo, con esta resolución de la justicia hondureña, se evidencia la falta de voluntad para acabar con la impunidad, y recuerda que “solo por el amor al dinero se traiciona a su familia y al pueblo hondureño”.

Don David recordó que, durante estos años, han hecho todo lo posible para que el caso se investigara. “Lo tuvieron engavetado, luego perdieron el expediente, se tuvo que realizar la autopsia en más de una ocasión, nos han excluido como familia de toda la investigación, han hecho todo lo posible para que la impunidad siga, y así no castigar a los asesinos. Y ahora nos dicen que se les otorgó casa por cárcel. Ya no confiamos como familia, nuevamente la impunidad rodea el crimen contra mi hijo”.

El padre del joven asesinado comentó que durante la audiencia tuvo la oportunidad de dialogar con el militar: “Le di la mano, incluso nos abrazamos. Ellos aceptaron que estaban perdidos. ‘Don David, siento su dolor, tenga la confianza de que yo declararé quién mató a su hijo’, me dijo Romeo, a lo que yo respondí: ‘General, usted era la autoridad máxima’”.

Como familia, estamos claros de que, para que haya justicia, él y los otros exjefes militares deben estar en la cárcel, pagar por tanto dolor. “Me ha indignado la decisión del tribunal, he perdido sinceramente la confianza en la justicia”, dijo con una mezcla de dolor e indignación.

Joaquín Mejía, abogado experto en derechos humanos, indicó que, de acuerdo con el artículo 178 del Código Procesal Penal, existen cuatro requisitos para imponer la prisión preventiva:

  1. Que exista peligro de fuga.
  2. Que exista la posible obstrucción de la investigación por parte de los acusados.
  3. Que exista riesgo fundado de que los acusados se reintegren a la organización criminal a la que pertenecen.
  4. Que exista riesgo fundado de que los acusados atenten o ejecuten actos de represalia contra el acusador o denunciante.

En el caso de Isis Obed, era fundamental que el Ministerio Público tipificara el delito como de lesa humanidad y no como homicidio. “Al momento de otorgar una medida distinta a la prisión preventiva, la persona jueza está obligada a realizar una ponderación caso a caso de los derechos en juego y a realizar un examen más estricto de tales requisitos. En este sentido, se debe atender a un estándar de prudencia y cuidado en función de los principios de necesidad y proporcionalidad, pues la naturaleza especial de los delitos de lesa humanidad hace que sean imprescriptibles, que no se les pueda aplicar figuras como el indulto, la amnistía, ni tampoco pueden conmutarse ni reducirse las penas impuestas”, explicó Mejía.

Justamente por eso, la fiscalía debía tipificarlo correctamente para evitar lo que ahora tenemos: tres militares en condición de retiro que ordenaron desalojos violentos cumpliendo arresto domiciliario, cuando deberían estar en la cárcel, como un mensaje claro de no repetición de hechos como estos, recordó el abogado.

Don David lamentó que en Honduras la única forma de lograr justicia sea que los casos lleguen hasta el sistema interamericano. “Solo si se logra ingresar el caso en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de lo contrario, aquí la justicia jamás llega a los pobres”, concluyó el padre de Isis Obed, el primer mártir de la resistencia que el pueblo hondureño tuvo ante el golpe de Estado de 2009.