Nuestra palabra
Sábado, 02 de marzo de 2019

Berta en estado de alerta

La sociedad entera se estremeció cuando al despuntar la madrugada del día tres de marzo recibió la ingrata noticia. Luego supimos que faltaban 20 minutos para concluir el día 2, cuando los gatilleros contratados, cumplieron con su mandato de ensangrentar el territorio nacional con el asesinato de la mujer más conocida y universal de entre todas las mujeres y hombres de Honduras. Usted va a Estados Unidos y entonces le preguntan por Berta Cáceres; va a España y si saben que Usted es de Honduras, le preguntan por Berta Cáceres.

En estos tres años se ha puesto en marcha un proceso judicial que hasta hoy ha concluido con la sentencia condenatoria de siete personas, todas ellas del círculo de los ejecutores del cruel asesinato. Todo mundo sabe que los planes originales, la decisión, las órdenes y el dinero se encuentran en un lugar y en nombres distintos a los responsables de la ejecución, y que hoy guardan prisión.

Todo mundo sabe dos cosas: una, que los asesinos intelectuales están íntimamente vinculados con los propietarios de Desarrollos Energéticos, S.A., DESA, prominentes hombres de negocios y honorables personajes de la élite social hondureña; dos, que estos personajes están protegidos por todo el engranaje del Estado y de los poderes establecidos, de modo que mucha gente podrá ir a la cárcel por el solo hecho de mencionar sus apellidos, mientras ellos seguirán gozando del “Templo de encantadores de serpientes”, como nos recuerda el poeta Sosa.

Sin embargo, los Atala y compañía saben que su vida no podrá ser nunca más igual que antes, porque la mujer a la que, sin duda, ordenaron eliminar, vuelve sobre sus sueños y sus comodidades para advertir que su impunidad tiene los días contados. Y que los seguidores de Berta no bajarán nunca su dedo señalando aquí y en el mundo entero que los asesinos tienen nombre y apellidos propios.

Tres años han pasado, sin embargo, los daños y las amenazas del extractivismo por el que Berta entregó su vida, hoy son mucho más intensos y severos. Los extractivistas, al tener el control de la institucionalidad del Estado a través del régimen actual, lanzan toda su maquinaria en contra de los defensores ambientales, defensores de ddhh y comunidades organizadas. No admiten críticas ni contrapesos. Su objetivo es eliminar toda oposición que ponga en riesgo sus inversiones.

Los judicializados de Guapinol representan hoy la continuidad de Berta, por su entrega, y también por el peligro que corren. Los extractivistas, a través del sistema de justicia, buscan neutralizar a esos luchadores ambientales, desarticular y desprestigiar a las organizaciones del Aguán, y disuadir de esta manera a todos los hombres y mujeres y comunidades de todo el país para que dejen de defender sus bienes.

Hoy, a tres años de la siembra de Berta, su nombre y su sangre nutren la lucha de los judicializados de Guapinol, y en su nombre y en defensa de los hermanos y hermana que hoy están encarcelados, declaremos e impulsemos la alerta nacional, porque hoy, en esta lucha nacional, al estar atentos y en posición política de alerta, estamos encarnando la vida y sueños de nuestra amada Berta.

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