Jueves, 26 Abril 2018

Dos caras: un modelo

Vivimos tiempos dinamizados por los dobles discursos, cinismos desmedidos y perverso pragmatismo. Lo encontramos en los medios de comunicación, en los discursos de los políticos y en muchos personajes “honorables” del país.

Decenas de casos encontramos en la justica hondureña. Por ejemplo, al ex alcalde del municipio de Intibucá, Martiniano Domínguez Meza lo liberan de toda responsabilidad por otorgar el permiso de construcción de Agua Zarca-DESA. Un permiso que claramente violó la Ley de Consulta Previa, Libre e Informada. Ese permiso es uno de los andamiajes legales que está en la base del asesinato de Berta Cáceres.

En el otro extremo está la aplicación de la misma ley en contra del Arnoldo Chacón, alcalde de Arizona, Atlántida. Quien es víctima de persecución y criminalización por la defensa del río Hilamito. Primero le allanaron su vivienda, fue hostigado y perseguido por los cuerpos de seguridad del Estado, y “luego junto a otros líderes comunitarios de MADJ fueron acusados del delito de usurpación por detentación en contra del Estado y la empresa Generación Eléctrica (INGELSA)”. A uno lo liberan por violar la ley para favorecer a empresarios extractivos y al otro lo criminalizan por defender bienes naturales.

La misma lógica de doble moral expresado en la justicia, se encuentra en los medios de comunicación al tratar la crisis política de Hondura y Nicaragua. Los medios corporativos hondureños han dado una cobertura completa de las movilizaciones en ese país. Las califican de multitudinarias, resaltan el papel de la juventud y critican con buen ojo el excesivo uso de la fuerza del gobierno nicaragüense, ponen evidencia de la participación de la policía en los actos de violencia y de vandalismo.

Sin embargo, esos mismos medios corporativos sobre la crisis política electoral en Honduras, callaron el excesivo uso de la fuerza de los militares, no cuestionaron el proyecto autoritario de Juan Orlando, al tiempo que calificaron a los estudiantes de vagos y haraganes. Casi todos alinearon la narrativa informativa para lavar el fraude electoral y animar a la población a darle vuelta a la página.

A pesar de las similitudes de las dos dictaduras los medios solo presenta una cara de cada proyecto, en el caso de JOH se presenta la sonrisa de verdugo, mientras en el proyecto Ortega y Murillo se presenta la mano criminal del verdugo. En ambos casos se presenta una cara, la cara de los propietarios de los medios comunicación, que son los mismo que están a lado de los gobiernos y conectados a las trasnacionales.

Lo que está en la base de esa dicotomía de presentar lo bueno de unos y resaltar lo malo de otros, o de utilizar la ley para liberar a unos y criminalizar a otros es el modelo de Estado y el modelo económico, donde casi todo se ha organizado para favorecer a los fuertes y ricos del país. Romper con esos dos modelos de organizar la sociedad es el principal desafío del presente siglo.

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