Nuestra palabra
Jueves, 10 de Enero 2019

Enero y las apuestas del año

Enero es cuando echamos una mirada a las tareas y retos que tenemos en el año. A nivel personal, nos planteamos metas laborales, educativas, de cuidado de la salud y hasta de entretenimiento; a nivel familiar, centramos la mirada en cómo rebuscarnos para pagar la matrícula y los útiles escolares.

Las instituciones públicas y privadas también aprovechan enero para definir las líneas de trabajo y elaborar el presupuesto anual. Los empresarios también planifican cómo sacarnos el dinero del bolsillo, y organizan el año para que pasemos consumiendo el día del amor y la amistad, en semana santa, día de la madre, las fiestas patrias, las ferias patronales, semana morazánica y rematan con la navidad.

En resumen, casi todos planificamos cosas a inicio de año, pero casi todo a nivel individual, todos nos centramos en nuestras agendas y con frecuencia olvidamos que muchos de nuestros deseos y metas no dependen solo de nosotros y nosotras mismas, sino de acciones colectivas. Muchos de nuestros deseos están condicionados por las decisiones e inversiones del Estado.

Muchísima de nuestra gente no tiene espacio para deseos anuales, su único camino es echar su ropita a la mochila y emprender camino hacia los Estados Unidos. Unos se van de manera individual pagando algún coyote, pero la inmensa mayoría no tiene otro camino que juntarse con otros e irse en caravana para tener más posibilidades de llegar con vida a la frontera entre México y los Estados Unidos.

Debemos luchar por nuestros deseos personales, familiares, institucionales, pero ellos tienen que estar articulados con propósitos nacionales, porque si no muchos de ellos son imposibles de lograr. Muchos de los sueños de la sociedad hondureña tienen que ver con tener una casa, un empleo con salario digno, tener salud y educación de calidad, poder caminar tranquilamente por las calles y poder tener negocio propio sin pagar extorsión.

Muchos de estos sueños no los podemos conseguir con un gobierno criminal como el de Juan Orlando Hernández. Al régimen no le interesan los sueños de la gente, su prioridad es saquear las instituciones públicas, entregar nuestras riquezas hídricas y minerales a la élite empresarial local y transnacional y acumular más poder para seguir gobernando.

Por tanto, cualquier posibilidad de alcanzar los deseos propuestos en este año debemos comenzarlo sumándonos con fuerza y creatividad a todas las movilizaciones que se están convocando para finales de enero hasta sacar a Juan Orlando y la banda criminal que le acompaña. Sin duda, la caída de JOH es la condición de posibilidad para avanzar como país y con nuestros sueños. Pa´ luego es tarde.

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