A menos de 24 horas de llevarse a cabo la beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero en San Salvador, miles de personas se han movilizado al Salvador del Mundo, lugar donde será la ceremonia. Familias se han apostado cuidando su puesto, montando tiendas de campaña, bajo el sol intenso vendiendo artesanías y camisetas con la imagen y frases del santo del pueblo centroamericano.

Lo que nos dijo doña Silvia Aparicio, una peregrina del municipio de Mejicanos, nos lo dijeron muchas personas. «A monseñor Romero el pueblo lo hizo santo mucho antes». A doña Silvia la iluminaba un carisma especial, una gran sonrisa. Para doña Silvia monseñor Romero representa el despertar de un pueblo.

«Él nos dio una nueva conciencia, cuando lo mataron yo sentí como que habían asesinado a un familiar. Yo lo amé mucho aunque no lo conocí, y ahora lo amo aún más.

Monseñor Romero fue nombrado arzobispo de San Salvador en un contexto de aguda crisis social y política, que luego desembocaría en una guerra civil que duró 12 años (1980-1992), dejando un saldo aproximado de 75 mil muertos y desaparecidos.  Aunque al inicio el arzobispo parecía no interesarse mucho por esta situación, una serie de acontecimientos, dentro de los que destaca el asesinato de su amigo, el jesuita Rutilio Grande a manos de los militares, hizo que pronto su perspectiva cambiara.

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En El Salvador, también los jóvenes sienten gran afinidad con el mártir que no calló ante las injusticias. Alexis Rauda estaba con un grupo de jóvenes que cantaban acompañados de sus guitarras, un redoblante y unos panderos. Estos jóvenes, la nueva generación de Centroamérica también sigue a monseñor Romero, no por ser un símbolo celestial, sino por encarnar el clamor de un pueblo que sigue siendo desangrado por la desigualdad social y la impunidad.

«Me inspiró mucho por su defensa por los derechos humanos, a los jóvenes muchas veces eso nos da miedo. Monseñor Romero estuvo del lado de los más pobres que si hablaban eran asesinados. Desde pequeño él ha sido un gran ejemplo para mi y para jóvenes que no lo conocimos», dijo Rauda.

Aunque el Papa Francisco aceleró el proceso de beatificación y canonización, el pueblo salvadoreño siente que sin la presión del pueblo, la iglesia Católica no hubiera hecho el reconocimiento que lo hace oficialmente un mártir por odio a la fe.

El ambiente previo a la beatificación ha estado lleno de creatividad y debate. Ayer en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de San Salvador, por la mañana se realizó un panel sobre cómo asesinaron a monseñor Romero, sin olvidar que Romero fue asesinado y su crimen sigue en la impunidad. La gente no olvida, aunque ese sea el objetivo de grupos de poder que ahora también se encargan del evento oficial de la beatificación. Como evento alternativo también la UCA juntó a varios artistas que han cantado sobre monseñor Romero por muchos años como Exceso de Equipaje, Yolocamba Ita, Son tres cuartos, Guillermo Cuéllar, entre otros y otras en un concierto llamado «Cantando unidos por monseñor Romero».

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Vigilias

El Salvador esperaba alrededor de medio millón de personas para este evento. Sin embargo la capacidad de hospedaje se ha agotado y hasta los parques están siendo habilitados para que la gente pase la noche en tiendas de campaña.

Esta noche, los organizadores oficiales realizarán una vigilia que comenzará con una peregrinación desde la Catedral hacia el Salvador del Mundo y comenzará con una misa presidida por el cardenal Oscar Andrés Rodríguez de Honduras.

Paralelo a ese evento, diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y seguidoras del legado de Romero realizarán otra vigilia «popular» en la que recordarán esas palabras de monseñor Romero que llenaron de esperanza a un pueblo pero que también causaron incomodidad y conflicto por señalar a grupos de poder económico, fuerzas armadas y gobernantes como los autores de una masacre al pueblo más empobrecido.

Mañana a las 10 de la mañana es la beatificación. Miles de personas amanecerán esperando la hora en que el cardenal Angelo Omato lea la declaratoria que hará beato a quien hace muchos años el pueblo llama San Romero de América.