Haber logrado el año lectivo 2015, los 200 días de clases es calificado como un éxito para el gobierno y lo ha celebrado con bombos y platillos, sin embargo “la niñez y la juventud recibió nuevamente el pan del saber en condiciones antipedagógicas debido a que en el 70% las instalaciones de escuelas y colegios siguen en mal estado, hace falta pupitres, material didáctico y en muchos casos hasta docentes”, indicó la profesora Lilian Andino, del Colegio de Pedagogos de Honduras (COLPEDAGOGOSH).
La meta es lograda por el gobierno en tercera ocasión, dos en la actual administración. “Antes era una utopía pensar en cumplir con 200 días de clases, porque solamente se elaboraban calendarios para llegar a máximo 140 días de clases. Este es un éxito del gobierno y los más de dos millones de padres de familia», indicó el ministro de Educación Marlon Escoto.
A renglón seguido dijo que el logro también es un componente integral de la Ley Fundamental de Educación, enmarcada en la tercera gran reforma educativa que busca que los estudiantes tengan los insumos de última generación (internet gratis, computadoras) y se cumpla con la cobertura de alcanzar más de 200 días de clases.
Sin embargo “los 200 días clases por sí solos no significan calidad en la educación, para lograrlo es necesario e impostergable que el gobierno de mantenimiento y le de mejoras en la infraestructuras académicas que datan desde hace algunas décadas. Además que se surta de sillas, pupitres, material didáctico, entre otros aspectos fundamentales para lograr la calidad educativa que tanto se pregona”, indicó la profesora Lilian Andino.
De acuerdo a Andino el internet gratis y las computadoras que se dotan a los centros educativos en una demagogia del gobierno. Además dijo que haber alcanzado los 200 días de clase durante 2015 es un logro de los padres, madres, alumnado y el magisterio que aparte de cumplir con la jornada educativa también le toca lidiar con la precariedad con la que funciona el sistema educativo público en Honduras.
“La niñez y la juventud son los principales afectados por esta problemática denunciada a la Secretaría de Educación, cuyas autoridades continúan en deuda frente a las grandes necesidades. En la mayor parte de los casos, los padres y las madres de familia tienen que costear con su dinero proyectos que permiten paliar las condiciones antipedagógicas en la que sus hijos e hijas reciben las clases”, indicó.
Reducción del presupuesto para educación
El sistema de educación pública este 2015 funcionó con 22 mil millones 446 mil lempiras y la mayoría de ese presupuesto ha sido destinado al pago de salarios del personal docente. “El presupuesto de educación y el de salud se han reducido y el de seguridad se ha incrementado. Esto demuestra que dos ejes importantes en el desarrollo del país no interesa a la clase política que nos gobierna”, indicó Nestor Alemán, ex vicepresidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPENH).
A criterio de Alemán, para el próximo año será casi el mismo presupuesto y la primera consecuencia es que no se va a construir ningún aula, otra es que se precarizará el mantenimiento de los centros educativos, no se dotará de pupitres ni de otros materiales didácticos tal y como ha venido pasando en la última década.
“Los gobiernos de Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández, junto a los dos ministros de Educación, Alejandro Ventura y Marlon Escoto, que han administrado el sistema en los últimos seis años, no han sido capaces de satisfacer las necesidades primarias de los centros educativos”, manifestó.
Dijo que existe un gran déficit pupitres lo que significa que un buen número de la población estudiantil se sienta en el piso, cajas de cartón o asientos artesanales de madera para recibir clases. Mencionó, para el caso, que en muchas escuelas y colegios no funcionan los servicios sanitarios, a esto se debe sumar la falta de energía eléctrica y agua potable.
Un millón de menores excluidos de la educación
De acuerdo a estadísticas de la organización no gubernamental Casa Alianza, alrededor de un millón de niños y niñas están siendo excluidos de la educación en Honduras, producto de las desigualdades económicas y por las desacertadas políticas públicas de los gobiernos.
De acuerdo a estadísticas de la Secretaría de Educación, que a inicios de 2015 estableció que cerca de 300 mil niños y niñas quedarían fuera del sistema durante el presente año lectivo. Según los cálculos de la dirigencia magisterial para atender la niñez y la juventud excluida, se necesita al menos 20,000 nuevas plazas docentes y 20,000 aulas escolares.
Para salir del retraso el gobierno debe asumir otros desafíos para hacer funcionar nuestro complejo sistema educativo; se debe dar mayor formación al personal docente, implementar la matrícula gratis, la despolitización de los concursos, mejorar la cobertura para cubrir la demanda, mejorar la infraestructura de centros educativos, todo esto enmarcado en una política pública que reúna los estándares internacionales en metería de educación.