

Salario Mínimo, remesas y rebusque
Es buena noticia que la comisión integrada por el gobierno, la empresa privada y las centrales obreras hayan alcanzado consensos en torno a la aprobación de un nuevo salario mínimo que ronda entre el cinco y el siete por ciento en relación con el año anterior. Aunque no representa garantía para la capacidad adquisitiva de la población trabajadora, haber logrado un consenso en estos tiempos turbulentos y polarizados, es una ganancia.
La población asalariada tiene al menos un pequeño aumento en sus ingresos, que obviamente no se corresponde con la carestía ni con los niveles de calidad de vida que el consumismo y las demandas del mercado imponen. Pero algo de estabilidad para sobrevivir tiene la población asalariada.
No obstante, quienes devengan salario estable y permanente siguen siendo penosamente minoría en nuestro país. El salario mínimo lo reciben 4 de cada diez personas, mientras el resto de la población vive de las remesas que recibe de sus familiares que radican y trabajan en el exterior, o sobrevive en el mundo de la economía subterránea, del empleo informal, todo desde la lógica del sálvese quien pueda. El Estado y sus políticas queda lejos de la gente.
El altísimo desempleo, pérdida de oportunidades, la inseguridad y la vulnerabilidad ambiental que afecta a amplios sectores, obliga a la gente a buscar sus propias salidas.
Y al final queda atrapada en la sobrevivencia. La migración, el comercio subterráneo, la economía informal, incluso el aumento de la delincuencia juvenil y el narcotráfico basado en el menudeo, acaban siendo las expresiones de una sociedad que se debate entre la sobrevivencia y el rebusque.
Es buena noticia el aumento del salario mínimo, sin embargo necesitamos políticas públicas que nos abran la mirada más allá del corto plazo y que garanticen producción, nuevas políticas ambientales, agrarias, sanitarias, educativas y tributarias, y así avanzar hacia un modelo económico y social que detenga las desigualdades y abra oportunidades para toda la sociedad.

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