El indómito cinismo de aquel que dijimos

Frente a la crisis política y social que vive desde hace ya varios meses la hermana república de Nicaragua, el gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado, dio hace unos días su opinión a través de un comunicado oficial. Y de la manera más repulsiva, la cuadrilla que acompaña a JOH en un intento mal dibujado, tiene la osadía de hacer realidad aquel dicho: en mi casa no se moja.

El gobierno hace ver que aquí no pasó nada de la crisis política de diciembre del año pasado. Cinismo nivel copa mundial: “el Gobierno de Honduras expresa su profunda preocupación por la grave situación por la cual atraviesa la hermana República de Nicaragua”; el gobierno hondureño lamenta la grave situación de Nicaragua, pero ha ocultado la grave situación en la que nos metió la clase política que actualmente gobierna el país.

Sigue diciendo el comunicado: “lamenta la pérdida de vidas humanas”, pero ante el contexto de la crisis poselectoral, guarda absurdo e irrespetuoso silencio por las muertes de quienes se manifestaron en contra del fraude electoral. Para el gobierno no existen los casos señalados por la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, tampoco existen los asesinados, desparecidos, heridos y encarcelados señalados por la Coalición Contra la Impunidad y tampoco menciona los señalamientos hechos por el Comisionado de Derechos Humanos de Honduras.

El mismo comunicado, hablando de la crisis en Nicaragua, sigue diciendo: “que la solución se encuentra en el diálogo de buena fe entre todas las partes”. Aquí en Honduras ya van casi una veintena de reuniones y los flamantes institutos políticos y sus figuras públicas no se ponen de acuerdo aún.

Sigue diciendo el comunicado: “el uso de la violencia por fuerzas irregulares es ilegítimo y la represión indiscriminada de las manifestaciones pacíficas de descontento social es condenable”, pero la fuerza desproporcionada utilizada en las manifestaciones aquí se hace en el marco más estricto establecido en el ordenamiento jurídico. Aquí reprimir indiscriminadamente está dentro del marco de sus leyes y nadie de sus estructuras gubernamentales diría que es condenable.

“Que cesen todos los actos intimidatorios y violentos contra la población civil que se expresa de manera pacífica y sin armas”. Lo mismito pedido por el pueblo hondureño al gobierno de JOH. “cesen todos los actos intimidatorios y violentos contra la población civil que se expresa de manera pacífica y sin armas”. Cinismo nivel copa mundial es señalar el sucio en el ojo ajeno, cuando el gobierno de Hernández Alvarado no mira la enorme viga que tiene en el propio.

Es decir, allá sí hay crisis, en Honduras lo que hubo fue revueltas de sectores minúsculos de la población radical, unos cuantos cabeza caliente. Allá son manifestantes, aquí lo que hay son vándalos y saqueadores. Se pide un diálogo de buena fe, pero aquí ya casi vamos todo el año y no se han sentado las bases de un verdadero diálogo. Allá es desproporcionado el uso de las fuerzas a través de la represión indiscriminada, acá las fuerzas del orden público cumplen con su labor de salvaguardar la paz y mantener el orden. Así de cínico y falso es aquel que dijimos.