Nuestra palabra
Jueves, 07 de febrero de 2019

El principal obstáculo hondureño

Si usted escribe en el buscador de internet Google, “empresarios de Honduras” curiosamente entre los 24 nombres que aparecen no solo aparecen los cinco hombres más ricos de Honduras, según la revista Forbes, también aparecen cinco empresarios que ocuparon la Presidencia de la República. Casi todos son empresarios de origen árabe, dominan apellidos como Atala Canahuati, Facussé, Nasser, Larach, Faraj, Handal y otros como los Maduro y Rosenthal.

En Honduras hay una estrecha relación entre el poder político y el poder económico y la casta empresarial actúa como propietarios del Estado y desde ahí negocian sus privilegios y establecen alianzas con empresas transnacionales.

Para la casta empresarial nos hay colores políticos y para algunos propietarios de los partidos no hay capital sucio, porque son la misma cosa. Desde su lógica de acumulación, han convertido los partidos políticos en instrumentos para aprobar todo el andamiaje jurídico que les facilita el traslado de los recursos públicos a sectores privados.

La casta empresarial controla las principales frecuencias de radio, televisión, así como los periódicos y los servicios de cable e internet. Usted puede pasar años buscando en los medios corporativos alguna reflexión sobre la participación de las cúpulas empresariales en la corrupción, la acumulación de la riqueza o de sus vínculos con todas las actividades criminales y nunca encuentra nada. Todo se queda en novelas y en los “notinada”.

La sociedad hondureña no puede esperar nada de la casta empresarial, ellos se pasan el año viendo cómo sacar el dinero de sus bolsillos. Organizan su agenda y su vida para que pasemos el año consumiendo sus productos y servicios en el Día de amor y la amistad, en semana santa, el Día de la madre, la semana morazánica y las fiestas navideñas.

Usted nunca escuchará a los empresarios formulando y lanzando propuestas de país, encaminadas a fortalecer la democracia, el Estado de derecho, o encaminada reducir los altos niveles de pobreza y concentración de la riqueza. El ejemplo más reciente de la mezquindad de la oligarquía hondureña es que a pesar de que son ellos quienes más se benefician de las remesas, guardan silencio sobre los miles de hondureños que van en caravana huyendo del hambre y la violencia.

En Honduras necesitamos empresarios, pero, ¿cuál es el tipo de empresario que necesitamos? Necesitamos un empresario con capacidad de impulsar proyectos nacionales, empresarios que entienda que pagar salarios justos, pagar impuestos y combatir corrupción beneficia a todos. Hoy, cuando cerramos la segunda década del siglo xxi, la cúpula empresarial hondureña es el principal obstáculo para avanzar en la construcción de una sociedad más inclusiva, democrática y sostenible.

 

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