Viernes 06, diciembre 2024  

La espuma política en las emergencias

Este año conmemoramos los 50 años del huracán Fifí y 26 años del Mitch. Ambos huracanes causaron inundaciones catastróficas, muchas muertes humanas, deslizamientos de tierra, un sin número de hogares, infraestructura y empleos perdidos.

Pasaron los años y no aprendimos las lecciones. Para muestra un botón. En el Valle de Sula una pequeña tormenta hace que los ríos Chamelecón y Ulúa se conviertan en amenaza para grandes núcleos de población que viven en las zonas más bajas.

Entonces retorna la nostalgia. ¡Ah, las compañías bananeras!  cuidaban sus extensas plantaciones con el dragado de canales fluviales, la construcción de muros y bordas. Tenían sistemas comunitarios de alertas tempranas que involucraban a las mismas comunidades.

El objetivo de las compañías bananeras era proteger sus inversiones. Monitoreaban el clima, identificaban áreas de alto riesgo para evitar el asentamiento de la población en zonas propensas a las inundaciones. Pensaban en sus plantaciones, pero dejaban así un modelo estratégico para el mantenimiento de los canales en sus plantaciones. Pensando en proteger sus inversiones, evitaban inundaciones o las mitigaban evitando así pérdidas millonarias.

Se añora la “prisión verde”, no porque el enclave haya contribuido al bienestar del país. No, nada de eso, el enclave fue sin duda el mayor y más prolongado huracán que destruyó soberanía, conciencia ciudadana y postergó indefinidamente un proyecto nacional para el desarrollo.

Pero las bananeras dejaron un modelo de protección a sus inversiones que hoy se añora. El Estado ha sido incapaz de crear condiciones para la prevención, mitigación y reducción de la vulnerabilidad ambiental. Una vez que las compañías bananeras levantaron su infraestructura, el Estado también quedó damnificado.

Se fueron las bananeras, pero llegó la peste politiquera, como espuma política de los tiempos electorales. Llegan a las zonas afectadas con unas cuantas ayudas, se toman la foto, sin faltar el selfi y convierten la desesperación e inseguridad de la gente en publicidad politiquera. No resuelven nada, solo pasan con mayor velocidad que los vientos huracanados, y ambos huracanes dejan reguero de destrucción y angustias.

El país entero necesita de propuestas y soluciones para la emergencia, para mediano plazo y para largo alcance. Es tiempo para situar las propuestas electorales en el marco de un plan nacional que garantice la seguridad socio ambiental con carácter permanente, no solo de emergencia ni coyuntural.