La gran estafa

No le vamos hablar de la saga hollywoodense, “La gran estafa”, donde un carismático criminal recluta a un equipo de expertos ladrones para llevar a cabo un gran asalto en Las Vegas. Le hablaremos de una historia basada en la realidad donde un grupo de ricos y famosos se han organizado para estafar al Estado y la sociedad hondureña.

La gran estafa hondureña lleva el nombre de fundaciones de beneficencia social. Las fundaciones son instituciones creadas por los grupos económicos más poderosos con inversiones en telecomunicaciones, industria maquiladora, sector agroindustrial, sector energía renovable y termoeléctrica y sector financiero. Las intervenciones de estas fundaciones están centradas en temas educativos, salud, medioambiente, asistencia a personas discapacitadas y asistencia a niños.

El paragua de los benefactores es la Fundación Hondureña de Responsabilidad Social Empresarial (Fundahrse), creada en 2007, y entre sus fundadores están grupos económicos y empresas de renombre como el Grupo Financiero Ficohsa, BAC-Credomatic, Grupo Kattán, Cargill de Honduras, Tabacalera Hondureña S.A., la Corporación Flores, por mencionar algunos. Curiosamente, entre los beneficios otorgados por el Estado a Fundahrse, se encuentra la exoneración del pago del impuesto sobre la renta.

Para muestra un botón, entre los años 2012 y 2016 el Estado exoneró a 318 empresas del pago de impuestos de 12,222.7 millones de Lempiras, empresas ubicadas en los rubros de la industria maquiladora, sector agroindustrial, sector energía renovable y termoeléctrica, curiosamente estas empresas exoneradas son parte de la matriz principal de Fundahrse.

Un caso ilustrador es la Fundación Agrolíbano, ubicados en los departamentos sureños de Valle y Choluteca, establece en su página web haber alineado sus objetivos con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el Plan de Nación 2010-2022 y el Pacto Global, también afirma haber invertido, entre 2015 y 2016, más de 19 millones de lempiras, al tiempo indica que recibió 15.9 millones de Lempiras en exoneraciones fiscales.

Estamos cerrando el año, como es costumbre ya aparecieron los mensajes de la Teletón, sin espacio a duda, es uno de los negocios de los últimos tiempos. Convertir la discapacidad en ocasión para vender 27 horas ininterrumpidas de televisión, para evadir impuestos, blanquear capital o para “lavar imagen” de políticos y empresarios es un acto reñido con la ética y la justicia.

Pero ¿Qué hace que estos negocios sean tan exitosos en la sociedad hondureña? Tal vez, su éxito está en que en sociedades deprimidas el negocio de lastima tiene buen mercado y también porque son negocios impulsados por empresarios sin ética y moral, y porque el actual gobernante carece de esos mismos valores.

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