Las maras en Honduras

Hay días que parece que los espacios y los asuntos públicos y privados del país están conducidos principalmente por tres grandes maras en el país. En Honduras podemos entender las maras como un grupo de personas que se asocian para hacer negocios ilícitos y lícitos.

Una mara tiene su centro de operación principalmente en los barrios más empobrecidos del país. En esos territorios ellos son la ley, y desde ahí controlan sus actividades económicas ilegales y se hacen socios de otros negocios legales. Sus fuentes de ingreso primarias vienen del mundo de la extorsión, la venta de drogas o el sicariato.

La otra mara opera también en las principales ciudades del país, pero tienen como sede principal la capital hondureña. Desde ahí diseñan y ejecutan estrategias para controlar y saquear instituciones públicas. En esta mara se disfrazan con saco y corbata cuando van ejecutar sus actividades licitas o ilícitas. Ellos también extorsionan, participan en la narcoactividad y le roban a la gente más empobrecida del país.

Una tercera mara se mueve en el país. Ellos siempre buscan estar por encima de los demás. Pero también extorsionan y son un eslabón importante en la cadena de la narcoactividad. Esta mara con frecuencia se asocia a la de cuello blanco cuando deciden robar los recursos de la población hondureña. Ésta mara impulsa proyectos que destruyen los ríos, las montañas, se asocia con vándalos internaciones y despojan a los negros e indígenas de sus territorios.

La mara que teje lo económico, siempre busca hacer sociedad con la mara de cuello blanco, y como consecuencia de sus acciones económicas y políticas provocan el surgimiento de la mara que teje sus actividades en las geografías más empobrecidas del país.

Estas tres maras están marcando la vida de la población. Las tres usan la violencia para sus operaciones, las tres participan en el mundo de la criminalidad, las tres tienen relaciones económicas a nivel nacional e internacional y las tres están siendo investigadas por el gobierno de los Estados Unidos.

Las tres maras están matando a los hondureños y las hondureñas y, por tanto, tiene el reto de librarse de ellas. Sin duda, el pueblo tiene que empezar por sacar la mara de cuello blanco que actualmente controla toda la institucionalidad, y una vez con el control institucional tiene que avanzar a desmantelar las estructuras de las otras dos maras.