Nuestra palabra
Jueves, 12 Julio 2018

Nery Geremías: una historia para seguir contando

Era un comunicador social de veintiséis años de edad, era parte del equipo productor de Radio Joconguera, radio emisora comunitaria, ubicada en el municipio de Candelaria en el departamento de Lempira. Participó en la iniciativa de convocar y juntar a las radios comunitarias en Honduras. También era corresponsal de Radio Progreso.

Era un joven entusiasta, muy participativo en actividades eclesiales y vinculadas a los procesos organizativos y de lucha de su municipio. Denunció irregularidades en el manejo de los fondos para la salud de la población y dio seguimiento a situaciones de corrupción en la zona.

Su asesinato ocurrió el 14 de julio de 2011, cuando recibió disparos en la cabeza por parte de sujetos desconocidos, que lo interceptaron en el camino hacia la radio Joconguera. Han pasado más de dos mil quinientos cincuenta días y cada mañana ni su madre ni su padre ni su hijito ni el resto de la familia, han recibido noticias serias, claras y esperanzadoras de dar con los responsables materiales e intelectuales de dicho asesinato.

El 91% de los asesinatos de periodistas, comunicadores y comunicadoras, camarógrafos y personas vinculadas a medios de comunicación están en total impunidad, según comunicaciones oficiales del Comisionado Nacional de derechos Humanos de Honduras. Desde el 2001 hasta el año pasado se han registrado más de 70 hechos que han terminado con la vida de hombres y mujeres dedicados a la comunicación.

En tal sentido, el Estado hondureño tiene la imperiosa obligación de hacer investigaciones serias que aclaren los hechos y el contexto alrededor de esos asesinatos. Se ha violentado el derecho a la vida, el derecho a las garantías judiciales y de protección judicial, el derecho a la libertad de expresión y pensamiento, el derecho a la integridad física, psíquica y moral de sus familiares, todos reconocidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos de la cual Honduras es signataria.

Hoy se cumplen siete años y las investigaciones siguen como al principio: vacías. No se han hecho avances significativos y por el contrario los expedientes no están o los han notificado como extraviados. En tiempos en los que se habla tanto de su gran labor señor Fiscal General Óscar Fernando Chinchilla, debería tener mejor actuar frente a los casos de libertad de expresión y ejercicio periodístico, porque en esa materia señor Chinchilla está bastante reprobado. Haga usted, señor Fiscal General, el favor de cumplir su trabajo en lo que corresponde a investigar, esclarecer y llegar a los autores materiales e intelectuales de los asesinatos de periodistas, comunicadores y comunicadoras, como el caso de Nery Geremías.

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