País de contradicciones
Honduras es un país marcado por grandes contradicciones. La primera la encontramos en sus niveles de pobreza. La pregunta frecuente es por qué siendo un país con tanta riqueza, hay tanta pobreza y miseria. Basta echar una mirada nacional y nos encontramos con enormes valles fértiles, pero gran parte está en manos de transnacionales y elites empresariales locales.
Una segunda contradicción la encontramos con el extractivismo. Por un lado, van los empresarios y con respaldo de los gobiernos con las concesiones mineras, hidroeléctricas y la agroindustria y, por otro lado, está el rechazo de las familias a los proyectos extractivos. La mayor parte de las personas criminalizadas en la actualidad son personas que están defendiendo sus territorios y eso les está costando la vida. Berta y Juan son ejemplos emblemáticos.
Una tercera contradicción está en la clase política. Según los sondeos de opinión pública los partidos políticos y los diputados del Congreso Nacional son los actores con los mayores niveles de desconfianza en la población hondureña. Sin embargo, la gran mayoría se comporta con tanto cinismo y vulgaridad que parece que no necesitan de la voluntad popular para elegirse.
Una cuarta contradicción está relacionada con la violencia. Por qué siendo Honduras un país con la mayaría de su gente buena y generosa hay tanta violencia. Decenas de miles de personas todos los días se levantan a trabajar y su fuerza dignifica al país, mientras otras pocas familias todo el día viven pensando en cómo evadir impuestos, en saquear instituciones públicas, sobornar a funcionarios públicos, con frecuencia actúan por encima del Estado y otras veces ellas son el Estado. Esas pocas familias son las que sostienen la estructura de la corrupción e impunidad, desde donde se alimenta la violencia.
Una quinta contradicción la encontramos en la guerra de Israel contra Gaza. Honduras es tal vez el único país del continente donde unas pocas familias de origen palestina son los verdugos del pueblo que los acogió. Las víctimas se convirtieron en victimarios. Esas poquitas familias actúan como los sionistas actúan contra los palestinos de Gaza. Varían los métodos, pero la violencia en la misma.
El hilo conductor de las cinco contradicciones es la concentración de la riqueza en pocas manos, y esas pocas manos son las que presionan para que el Estado funcione principalmente para ellos. Democratizar partidos políticos y construir Estado de derecho es urgente para hacerle frente a esas contradicciones y abrir nuevos caminos donde todos corramos los mismos riesgos y tengamos las mismas oportunidades.
Escuchar y descargar Nuestra Palabra